viernes, 24 de marzo de 2017
Economía y Negocios
Pablo Halpern
Experto en Estrategia
El empresario exitoso posee habilidades extraordinarias y múltiples talentos. Que la actividad empresarial haya perdido prestigio en el último tiempo no lo hace menos cierto. El empresario exitoso es capaz de identificar un problema e imaginar una solución. Descubrir una necesidad latente y crear un producto o un servicio para satisfacerla. Es un observador nato que puede conectar realidades cuya relación no sería evidente a vista de cualquier mortal. En un día lluvioso en París Garrett Camp y Travis Kalanick esperaban un taxi que nunca apareció. Se dieron cuenta que había espacio para crear una empresa que convirtiera este transporte público en algo tan disponible y a la mano como el agua. El resultado de esta experiencia cotidiana que vivieron dio forma a Uber. El talento para ver lo que otros no vemos conlleva la habilidad de mirar el mundo con atención, a la par con niveles de insighty de creatividad superiores.
El empresario exitoso es un misionario obsesivo que cree fervorosamente en su emprendimiento. Es poseedor de una inteligencia emocional que le permite seducir con su idea a inversionistas, socios, trabajadores y periodistas por igual. Persevera más allá de lo que el resto de los mortales consideraríamos razonable, pasando por arriba de negativas, críticas, descalificaciones, agravios y todo tipo de obstáculos que sele presentan en el camino. Claudicar es una palabra que no está en su vocabulario.
Pero estos atributos del empresario exitoso ya no son suficientes. Un empresario exitoso tiene que entender el contexto social en el que se desenvuelve porque éste impacta en las expectativas que se tienen de él. Hace un par de décadas las empresas no tenían que preocuparse por el medio-ambiente. Tampoco existía una demanda por transparencia ni se les exigía considerar el impacto social de su actividad. No estaban insertos en una compleja red social que hoy los vigila y denuncia en tiempo real. El activismo anti-empresa que hoy campea no tenía la fuerza que le ha dado Facebook, Twitter, Google y Youtube.
En estos tiempos el empresario exitoso adscribe a un conjunto de valores y estos se reflejan en todos los ámbitos de su organización. Si una empresa incentiva una cultura de innovación, premia y promueve a sus empleados innovadores. Pero despide a los que no lo son. Si la honestidad es un valor, no hay cabida para deshonestos y a la hora de armar el equipo de trabajo examinará la fibra ética de los postulantes.
Para el empresario exitoso el futuro es tanto o más importante que el presente. Su mirada no pierde de vista la sustentabilidad de su organización y no toma decisiones que lo benefician hoy pero que lo pueden afectar mañana. Aspira a que su empresa lo sobreviva. Si bien la codicia es inherente a la condición humana, el empresario exitoso la tiene bajo control para que no eche a perder lo que hace.
El empresario exitoso no tiene complejos con el lucro, no pide perdón por su éxito ni por su enriquecimiento cuando éste ha sido alcanzado legítimamente. Pero al mismo tiempo quiere hacer el bien y resolver problemas más que crearlos. La sociedad necesita empresarios exitosos. Aunque por momentos pareciera menospreciarlos.
