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Para no perderse en el barrio Matadero

sábado, 18 de marzo de 2017

Elisa Montesinos
Vidactual
El Mercurio

Pese a ser rico en cultura y tradiciones, hoy el barrio que rodea al antiguo matadero se conoce más por el Persa Bío Bío que por las historias de matarifes, la cueca urbana con que celebraban, o una joven Gabriela Mistral enseñando y habitando una de las casas del proyecto residencial que soñó dar mejor vida al obrero.



Lanzada recientemente, la Guía Patrimonial del Barrio Franklin destaca el trabajo de 50 emprendedores del persa, pero además incluye un mapa del barrio con hitos claves como el Teatro Huemul y el Matadero, al que pocos de los visitantes de fin de semana saben llegar. La idea era potenciar el barrio desde un punto de vista no solo comercial, sino también turístico.

La Fundación Patrimonio Sustentable ya tenía experiencia trabajando con el barrio Esmeralda y la ciudad de Cartagena. Sumaron el barrio de Matadero-Franklin y pronto añadirán Pomaire. "Aquí vimos un desafío distinto, porque efectivamente el territorio está súper marcado a nivel identitario: está el sector del Matadero, está el sector del barrio Huemul, está el sector del persa, y tienen una conexión histórica muy interesante, siempre desde la lógica del arrabal. Nos había tocado trabajar desde la lógica de 'este es un barrio patrimonial' porque aquí vivía el Presidente, pero aquí hay una lógica más bien popular", dice Alejandra Rosas, presidenta de la fundación. El apoyo del área de diseño del Consejo de la Cultura y de los mismos locatarios les ha permitido que las dos ediciones de tres mil guías sean repartidas en forma gratuita. Uno de los emprendimientos destacados en la guía es Puelmapu turismo sustentable (www.rutaspuelmapu.com); desde el año pasado organizan recorridos que incluyen lenguaje de señas y guías para personas no videntes.

El sueño de un barrio obrero

Un asentamiento desordenado e insalubre de rancherías y conventillos producto de la población que migraba a Santiago. Con la llegada del matadero en 1847 y la posterior aparición de fábricas, comenzó a conformarse como sector de viviendas obreras en los arrabales. El camino de cintura del intendente de Santiago, Benjamín Vicuña Mackenna, estableció el límite para la ciudad; el barrio Matadero quedó fuera, como parte de la periferia semirrural más insalubre y propensa a las pestes.

El proyecto más emblemático y avanzado para su época fue el del barrio Huemul, que aún se mantiene en pie como un oasis en medio del destino inmobiliario que posteriormente tuvo la ciudad. Demuestra que es posible crear un conjunto habitacional de viviendas sociales dignas, con áreas verdes, teatro, iglesia, hospital, escuelas y lugares de esparcimiento. Diseñado por el arquitecto Ricardo Larraín, el barrio inaugurado en 1911 es un ejemplo que no se expandió por el resto de la ciudad.

A Douglas Mella, administrador del Persa Santa Rosa y dirigente vecinal nacido y criado en el barrio, le enorgullece ser un "hijo del zanjón de la Aguada". En su barrio vivió Gabriela Mistral cuando fue directora del Liceo 6 de Niñas, en la década del 20. "Aquí nació 'Desolación'", dice Mella, en una afirmación que varios podrían rebatirle (los magallánicos se atribuyen lo mismo). También vivieron aquí el escritor Carlos Droguett en los años 60 y el menos ilustre pero igualmente famoso 'Cabro' Carrera, legendario narcotraficante que partió de lanza en los alrededores del Matadero. "Acá los matarifes tenían una vida nocturna y bohemia. Ellos trabajaban dos o tres veces a la semana, llegaban a las dos de la mañana y trabajaban veinte horas. Pero salían impecables, con su terno. Se cultivaba la cueca, el canto en rueda, Los Chinganeros son todavía un baluarte en esa tradición; son hijos de matarifes", dice Douglas Mella, quien también tiene matarifes en su familia.

Al aire

Mella es parte del equipo de Radio Franklin, la radio comunitaria del barrio. Funciona en una sala de la parroquia San Pío X con equipos adquiridos con fondos de la Municipalidad de Santiago y la Unesco. Son un equipo de diez vecinos del sector, cada cual con su tema. Hay programas feministas, de música, de herbolaria. Cristian Tagle era el locutor y DJ del barrio, así que cuando Pía Matta, fundadora de Radio Tierra, llegó con una convocatoria para formar la radio comunitaria, se entusiasmó de inmediato. Su programa se llama Conexión Digital, un espacio para que músicos y grupos comunitarios anuncien sus eventos. Nueve meses duró la capacitación y hace dos años salieron al aire, entre comillas, porque funcionan solo por internet. "Transmitimos 24/7 con una parrilla musical bien variada, como es el barrio Matadero: está el tango, están las rancheras. Hay un programa informativo noticioso, La Verdad, con casos del barrio que se analizan, que lo hace Vicente Escudero. Patrimonio Vivo, que lo hace Douglas Mella y destaca todo lo que tiene historia en el barrio. Está Manuel Tobar con Comiendo Raíces, que se basa en el arte de comer y la alimentación; el Canto de las mujeres, por mujeres y para las mujeres, para las vecinas", dice, dando a conocer algo de la programación.

El programa de Douglas Mella, Patrimonio Vivo, es el rescate de personajes e historias. En uno de sus capítulos entrevista a Luis Tobar Reyes, un ícono del barrio, nació en el "potrero de la muerte". Llegó al Matadero a los 11 años de la mano de su padre analfabeto, como varios. "A los 13 años ya estaba matando novillos", cuenta en el programa de Radio Franklin. Los corrales estaban repletos de animales y cada uno mataba 100 o más al día. "Caramba y a las tres, a las tres de la mañana/ caramba por el ba por el barrio Matadero/ caramba por el ba por el barrio Matadero/ caramba llegaban, llegaban a sacar chispas/ caramba los guapos, los guapos con los aceros", dice una de las cuecas.

"Terminábamos de matar y el matadero moría", dice don Luis en el programa de la radio. Faenó animales hasta el año 73 y después el matadero de Lo Valledor reemplazó al de Franklin. Solo sabían ese oficio, así que varios partieron para allá. Don Luis se aburrió a los seis meses, comenzó a comprar mercadería y se instaló con un local en su barrio. En el segundo piso de la principal de sus tres carnicerías tiene una máquina para contar plata. Desmiente los mitos de las peleas a cuchillo. "Mentira, las peleas eran afuera, entre los cogoteros", cuenta, y dice que la calle Bío Bío estaba llena de prostíbulos. Eran tiempos en que los matarifes trabajaban un par de días a la semana y ganaban el mejor salario de la ciudad. Famosas eran las fiestas con música y baile, la cueca urbana. Hoy Tobar tiene cuatro carnicerías, carnes Santa Ema en honor a su esposa fallecida hace unos años, y una cumbia sobre su emprendimiento. Su sueño, que apoyan varios dirigentes locales, es que el Paseo Ahumada del Matadero sea rebautizado como el Paseo del Matarife.

El sueño de los integrantes de la Radio Franklin (www.radiofranklin.cl) es que la señal se escuche adentro del Matadero y también afuera. Quieren tener una antena con señal en el dial, no solo por internet como ahora. "Sería algo más directo, porque el barrio Franklin está un poco aislado de Santiago, Santiago es como la Alameda -dice Cristian Tagle-. La idea sería tener una antena para que todos pudieran escucharnos. En el fondo, queremos que se habilite una ley para poder abrir radios y esta sea una radio normal. Si le va bien a tu vecino, a los locatarios que trabajan ahí, indirectamente te va ir bien a ti. Lo veo como vecino desde que vivo aquí, hace más de 30 años. Acá vas a comprar algo y te conocen, eso se da en los barrios".

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