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María Eugenia Rencoret y Pablo Illanes:

Vuelve la dupla que les cambió la cara a las teleseries

viernes, 17 de marzo de 2017

ERNESTO GARRATT VIÑES
Crónica portada
El Mercurio

Después de trabajar juntos en TVN, la actual directora general del área dramática de Mega y el creativo guionista hacen una vez más equipo en la nocturna "Perdona nuestros pecados", un melodrama clásico que ha dado un inesperado giro en la industria. Acá, ambos hablan del riesgo que corrieron hace siete años con "Alguien te mira", que les abrió el camino para hacer un nuevo tipo de teleseries, donde el romance podía ser una parte secundaria de la trama sin perder su fuerza. Y cómo ahora han recreado un pueblo entero para dar rienda a una historia que crece en intriga cada día.



El primer encuentro entre Pablo Illanes y María Eugenia Rencoret fue en el Tavelli de Manuel Montt. Él venía de Canal 13, donde la teleserie "Machos" -que había escrito junto a Coca Gómez y Sebastián Arrau- acababa de emitirse, y ella había dirigido en TVN éxitos como "Amores de mercado" y "Purasangre".

Era el año 2003.

-Me acuerdo perfecto -dice Pablo Illanes, sentado una tarde de marzo al lado de María Eugenia Rencoret, directora general del área dramática de Mega. Ambos ríen y disfrutan hablar de lo que hoy los convoca: las teleseries, cómo hacerlas, y cómo ha sido trabajar juntos en la nueva producción del canal, "Perdona nuestros pecados". Y, también, sobre cómo comenzó todo en ese café en 2003.

Ese encuentro fue el inicio de una relación laboral que dio como resultado títulos como "Destinos cruzados" (2004), "Alguien te mira" (2007), "¿Dónde está Elisa?" (2009), "Conde Vrolok" (2009) y "Témpano" (2011), de TVN.

-En ese primer encuentro yo creo que la Quena pensaba que yo era distinto. Y yo pensaba que ella era distinta -dice Pablo Illanes.

-Pero conversamos ese primer día y nos llevamos increíble -añade María Eugenia Rencoret.

-Pensé que jamás me iban a llamar de TVN y ellos pensaban que no me iba a querer ir de Canal 13, entonces era como toda una fiesta de suposiciones -recuerda el guionista.

-¿Gracias a qué tema engancharon los dos?

-Yo creo que fue más allá del tema del trabajo -dice Illanes-. Fue más humano que laboral.

-Fue la conversación, lo entretenido que es conversar con Pablo, nos reímos... yo creo que al tiro enganchamos muy bien -agrega Rencoret.

Hubo algo que a Pablo Illanes le llamó la atención de la directora. Algo que podría ser obvio, pero para él, no lo era: además de trabajar en teleseries, María Eugenia Rencoret era fanática acérrima de ellas.

-En eso con Pablo somos parecidos -dice ahora ella.

-Sí, defendemos mucho el género -concuerda él.



***

"Perdona nuestros pecados" era la apuesta menos esperada en el reguero de éxitos de audiencia que ha tenido el área dramática de Mega a cargo de María Eugenia Rencoret. Hasta ahora, títulos conjugados en el humor, como "Pituca sin lucas" y la recién terminada "Sres. papis" eran los aprobados por la audiencia. Entonces, hacer una historia ambientada en los años 50, con un villano central y terrible -como el interpretado por Álvaro Rudolphy-, y un microcosmos como el de Villa Ruiseñor -que refleja el Chile profundo y rural- podría haber sido un riesgo.

-Para llegar a esto lo trabajamos harto con Pablo. Primero, había una necesidad en Mega de hacer una teleserie de época, con un contenido distinto a lo que veníamos haciendo -cuenta María Eugenia Rencoret.

-Queríamos que se notara un cambio, creíamos que era bueno para Mega y para el área. Y en esa búsqueda se llegó a esta historia.

-Tiene elementos muy clásicos, pero está intervenida también por otros muy contemporáneos -agrega por su parte Pablo Illanes sobre este melodrama con visos y señas que hacen eco en el presente, y que a pesar del pie forzado de la época, toca temas del Chile de hoy: discriminación, machismo, clasismo, arribismo, abuso de poder, corrupción. Especialmente a partir del personaje de Álvaro Rudolphy, Armando Quiroga:

-Son cosas hoy políticamente incorrectas; sin embargo, hay muchas personas que las siguen pensando... y esa es la idea de ese personaje, que tuviera esos claroscuros, que fuera el villano y todo, pero que las cosas (que hiciera) fueran tan barbáricas y tan terribles que generaran cierto sentido del humor o cierta ironía al respecto. Y eso es lo que entendió la gente. No es que nosotros pensemos eso y pongamos eso como canal, sino que es un personaje que está equivocado, que hace 64 años pensaba eso.

-Hay otro elemento distinto a las usuales teleseries nocturnas: no hay garabatos.

-Evidentemente eso se cuida -contesta María Eugenia Rencoret-. Estamos hablando de una época, los años 50, en que quizás los garabatos no eran tan habituales, porque hoy hay un relajo en el lenguaje muchísimo mayor. Creo que eso se ha cuidado mucho desde el comienzo. Pablo dialoga, escribe muy bien y la idea era no hacer los parlamentos relamidamente de época.

Para Pablo Illanes, quien escribe esta historia junto a Josefina Fernández, abordar un relato de época dentro de una teleserie obliga a ser riguroso en el uso de modismos:

-El diálogo no puede ser tan suelto, te vas preocupando de que no haya expresiones que no se usaban en ese período, como "subidos por el chorro" , "patudo" ; hay muchas expresiones que parecen muy antiguas, pero que no lo son.

-Claro, y a uno le da un poco de risa cuando lees que viene (en el guion) el "miéchica", el "vamos donde las chiquillas"... y esas cosas a una le parecen graciosas -dice María Eugenia Rencoret.



***

La teleserie "Alguien te mira", de 2007, un thriller mezclado con melodrama en un cóctel nunca visto, fue la más riesgosa para el dúo de creativos.

-Fue mucho más riesgosa que "¿Dónde está Elisa?". Estábamos más asustados con "Alguien te mira". Las anteriores fueron un proceso de afianzamiento, como de ir conociéndonos -dice Pablo Illanes.

María Eugenia Rencoret aporta:

-"Alguien te mira" fue un riesgo grande, porque además con las teleseries que hacíamos queríamos llegar a la pareja, por decirlo de alguna manera: nos había ido bien con "Los treinta". Entonces, claro, después de una producción que la gente reconocía con mucha facilidad y cercanía, veníamos con esta otra que era tan dura. Lo que pensábamos era: "Acá la pareja se arranca o se aventuran en esto". Pero no sabíamos si iban a querer ver un descuartizador, uno de mujeres además.

-Un asesino en serie -comenta Illanes-, porque en ese tiempo estaba dando vueltas en los diarios la historia de un caníbal que había en Alemania.

Para él, "El conde Vrolok", de 2009, fue "otra locura" en donde el aprendizaje sumó en la cantera del método que iban desarrollando. En cambio, calibrar y modular ese método en "¿Dónde está Elisa?" (2009) fue más fluido, inspirados en la desaparición de Madeleine McCann.

-Aprendimos que la historia de amor no era lo más importante en "¿Dónde está Elisa?" -concluye Rencoret-, a pesar de que el personaje de Sigrid Alegría se empezaba a enfrascar en un romance con el detective a cargo de Álvaro Rudolphy: lo más importante era la desaparición de esta niñita y cómo toda esta familia y el imperio del dueño de casa (Francisco Melo) se derrumbaba. Era muy entretenida.

-Era muy entretenida. De eso estábamos muy seguros -dice Illanes.

-¿Y quién llega primero con la idea?

-Se revuelve y la pimponeamos -dice ella.

-Da lo mismo quién llega con la idea -dice él.



***

En una historia de época como esta, donde es imposible comunicar personajes en lugares separados a través de Whatsapp, los lugares de Villa Risueñor, en 1953 -su plaza, su comercio, sus viviendas-, cobran una vital importancia. Los personajes tienen que verse las caras, visitarse en sus domicilios y recorrer físicamente esta locación recreada en Pirque a escala real.

-En esta teleserie en particular la geografía es muy importante, porque estamos hablando de un pueblo y cada espacio es un eje dramático importante -dice Pablo Illanes-. El almacén es el comercio, la iglesia es la parte religiosa que es muy importante, la hostería es la parte más social. Cada escenografía cumple un objetivo.

María Eugenia Rencoret cuenta que el equipo demoró en construir el pueblo entre tres y cuatro meses. Y que los interiores, salvo la iglesia, están en los estudios de Mega.

-Mirando a Álvaro Rudolphy es imposible no pensar en el bigote de Clark Gable...

-Es inevitable no pensar en eso -comenta la directora general del área dramática.

-Tenemos un pendrive de 40 gigas con referencias -detalla Illanes.

-Hemos tenido referencias cinematográficas que son películas de los 50; de hecho, hay libros y películas que se mencionan en la historia más adelante. Cintas como "Camila", que creo que es la primera que vimos; como "El pájaro canta hasta morir", "Ambiciones que matan", todos los melodramas de los 50, "Gigante", "I Confess", de Hitchcock. Y libros de José Donoso como "Casa de campo" y "El obsceno pájaro de la noche", todo eso que tiene que ver con ese campo más brutal. Y creo que eso se nota en la teleserie, esa dureza del campo chileno que la Quena siempre ha pedido como algo importante.

-¿Y tienen ya los actores en mente cuando están creando la historia?

Pablo Illanes: Yo prefiero no saber del elenco hasta que esté listo. Es algo que hemos aprendido también trabajando juntos, porque ha pasado muchas veces que sabemos que fulano va a tener este rol, y psicológicamente afecta mucho cuando un actor se cae o se cambia, algo que siempre pasa.

Las biblias son especies de guías usadas por guionistas y creadores cuando se trata de gestar una teleserie o una serie, en las que se describe la historia global, como si fuera una "novela-mapeada".

María Eugenia Rencoret añade:

-Cuando ya tenemos "las biblias" donde se pueden leer esas descripciones, ya puedes tener bastante armado qué actor podría ser qué personaje.

-Las "biblias" que hacemos son cada vez más largas -dice Illanes-. Y la de esta teleserie en particular es de las más extensas que he hecho.

-Con competencias como Netflix, ¿cómo ven a las teleseries y su futuro?

María Eugenia Rencoret: Sí, nosotros hablábamos hoy en la tarde el tema de las series de Netflix, que está bastante a la mano de todo el mundo. Soy de la idea de que una buena ficción nacional va a ganar siempre. Si tú traes una serie de Netflix a la TV abierta, no tiene el mismo impacto que puede tener una teleserie nacional buena... Soy una convencida de eso.

-La gente ama las teleseries -remata Pablo Illanes-. Aunque pasen por periodos de alta o de baja, siempre le gusta su ficción y sus actores.

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