"Salgamos altiro, porque esto se viene fuerte"
martes, 28 de febrero de 2017
Pamela Gutiérrez
Nacional
El Mercurio
Una familia entera evacuó por su cuenta, mientras que un hombre estuvo a segundos de ser arrastrado por el aluvión.
Los habitantes que han vivido en los alrededores de los esteros San José y San Alfonso, ambos afluentes del Maipo, saben cómo se comportan sus cauces. Y dicen que gracias a eso fue que el sábado lograron escapar. En la vivienda de María Teresa Salas había una decena de amigos y familiares sacando con carretillas el barro que ingresó al inmueble. Tras décadas viviendo al lado del estero San José, la familia aprendió a "escuchar" el cauce, sobre todo si había tormentas eléctricas. El sábado, alrededor de las 21:00 horas, había 10 personas, todas parientes. "Con mi hermano nos dimos cuenta de que, para la lluvia que había, el río venía muy callado. Algo estaba mal". Ante esa alerta, María Teresa gritó: "Salgamos altiro, porque esto viene fuerte". Tras 10 minutos de refugiarse en otra casa familiar, entró el aluvión. Manuel Jorquera ve cómo la maquinaria, donde estaba el puente San Alfonso, trata de despejar el cauce del estero del mismo nombre, cubierto con el material arrastrado. "Nosotros estábamos mirando sobre el puente, y sentimos un ruido extraño. Fue como un temblor. ¡Arranquemos, va a quedar la embarrada! Apenas terminamos de correr (cinco metros) el aluvión ya estaba encima", recuerda. A la altura de El Melocotón, el restorán Albónico está cerrado. El sector de estacionamientos es ahora un pantano. "No han venido a ayudarnos", dice José Miguel Arellano.
Solo los residentes y personal de construcción puede entrar a San Alfonso. Hay control de Carabineros.
