La capital del estado mexicano de Chiapas crece como destino para descansar, comer e incluso ir de compras. En el centro histórico, las callecitas empedradas y edificios coloniales se mezclan con restaurantes orgánicos, bares con música en vivo, tiendas de artesanía y una cierta atmósfera hippie. Así es el particular estilo de "Sancris", como le dicen los locales.