miércoles, 22 de febrero de 2017
Economía y Negocios Online
EFE
El avión de transporte militar A400M se convirtió una vez más en el gran lastre de Airbus, que en 2016 vio reducido en un 63 % su beneficio hasta 995 millones de euros, y hoy mostró su intención de negociar con los países clientes para que dejen de penalizarlo financieramente y le den más flexibilidad.
El principal motivo del bajón del beneficio el pasado año fueron los 2.200 millones de euros de una nueva provisión por el A400M, que se añadieron a las cuantiosas de ejercicios anteriores (290 millones en 2015 o 551 millones en 2014).
Además, aunque inicialmente el gigante europeo de la aeronáutica y la defensa no prevé nuevas cargas por ese aparato que se ensambla en su factoría de Sevilla (España), en la presentación hoy de sus resultados anuales reconoció que el riesgo persiste y que por eso quiere discutir con los Estados que lo encargaron.
El presidente de la compañía, Tom Enders, precisó que no se trata de pedirles “miles de millones” porque la situación no es la de 2009 cuando se reevaluó el contrato, sino de solicitar que dejen de aplicarle penalizaciones financieras (retenciones) por los retrasos sucesivos, y le permitan más flexibilidad.
Enders subrayó que los países compradores tienen interés en que las entregas y las capacidades disponibles sean más predecibles y avanzó que si no hay nuevos obstáculos inesperados, este año saldrán de Sevilla más de 20 de esos aparatos, tras los 17 de 2016 y los 11 de 2015.
Más allá del A400M, la dirección de Airbus destacó que el pasado año cumplió con los compromisos que había asumido y anunció que pese al retroceso del beneficio, el dividendo aumentará un 4 % a 1,35 euros por acción como una muestra de confianza en el futuro y en las indicaciones que habían dado previamente.
Los elementos no recurrentes, como la provisión para el A400M, pesaron sobre el resultado neto operativo (EBIT) del grupo, que cayó en términos absolutos un 44 % en 2015 hasta 2.258 millones de euros, aunque en términos ajustados el retroceso se limitó al 4 %, a 3.955 millones.
De nuevo la división de aviones comerciales volvió a ser, con diferencia, el principal contribuyente a los ingresos y a los resultados, gracias a una nueva cifra récord de entregas (688 después de los 635 de 2015) y a un efecto favorable del tipo de cambio (la devaluación del euro frente al dólar).
La facturación de esa división se incrementó un 7 % hasta 49.237 millones de euros, y su EBIT ajustado un 2 % hasta 2.811 millones.
Además, aunque los pedidos fueron un 17 % inferiores a los de 2015, los 114.938 millones de euros en contratos permitieron elevar todavía más, un 6 %, la cartera de encargos, para representar a fecha del 31 de diciembre 1,01 billones de euros.
Para 2017, Airbus espera entregar más de 700 aviones comerciales y el responsable operativo, Fabrice Brégier, precisó que una de las metas es acelerar la cadencia de producción de la versión modernizada de la familia de pasillo único, los A320neo, para triplicar la cifra de 68 que salieron de las cadenas de montaje el pasado año.
Sobre el modelo gigante A380, Brégier confirmó que ante la escasez de nuevos
contratos (no se vendió ni uno en 2016), el ritmo de fabricación se va a reducir a 12 en 2018 con la esperanza de que en los dos próximos años lleguen nuevos pedidos, porque a su juicio "hay un gran futuro para este avión,” ya que cada 15 años se duplica el tráfico de pasajeros aéreos en el mundo.
En cuanto al A330neo, la versión modernizada de esta aeronave de doble pasillo, el primer vuelo está programado a mediados de año, con vistas a las primeras entregas en la primavera de 2018.
La división de helicópteros, confrontada a una coyuntura de negocio desfavorable, sufrió un recorte del 2 % en su volumen de negocios, hasta 6.652 millones de euros, y sobre todo, del 18 % en el EBIT ajustado, a 350 millones.
En la defensa y espacio, los ingresos disminuyeron un 9 %, hasta 11.854 millones de euros y el EBIT ajustado un 5 %, pero la empresa señaló que eso tuvo que ver con el reajuste de su perímetro y no con un empeoramiento de esta actividad.
Preguntado sobre el impacto que auguraba a causa del “brexit,” Enders explicó que no se puede anticipar cómo se desarrollará la salida del Reino Unido de la Unión Europea, y dijo esperar que ese proceso no implique barreras que
obstaculicen la competitividad del grupo Airbus, que tiene en ese país 15.000 de sus 55.000 empleados.
