lunes, 20 de febrero de 2017
Giselle Garrote González
El_Mercurio
Pese al bajo número de proyectos femeninos, la cifra va en aumento y se mantiene estable en el tiempo. Además, las emprendedoras están incursionando cada vez más en el sector tecnológico-científico.
Recientemente, Start-Up Chile fue escogida por la revista Fast Company como la compañía más innovadora de América Latina, transformándose la aceleradora de proyectos en la única firma chilena entre las top 10 del ranking . En el listado también se encuentran en los primeros lugares Airbnb, Apple, BuzzFeed, Facebook y el indiscutido número uno, Amazon. Lo que da cuenta del fuerte desarrollo del ecosistema de la innovación y el emprendimiento en Chile. Desde que se inició la plataforma de Corfo, en agosto de 2010, han pasado en total 1.309 proyectos de 77 países diferentes; incluso, el modelo ha sido replicado en cerca de 50 naciones. De todos los proyectos, el 24% es chileno, y de esos, 18% son liderados por mujeres. En el caso de ellas, sus negocios acumulan ventas, a febrero de 2016, por sobre los US$ 46 millones. De estos, 39 son de comercio electrónico, 38 de educación y 28 de salud y biotecnología. La cantidad de hombres con emprendimientos es mayor que la porción de mujeres tanto en Chile como en el resto del mundo. Sin embargo, cada vez son más las que se aventuran a hacer realidad sus proyectos. "Hay pocas mujeres que hoy en día se están atreviendo, especialmente chilenas", dice Patricia Hansen, directora de Aceleración y Experiencia de Start-Up Chile. Si bien la plataforma estatal ya tenía el programa acelerador Seeds, vieron necesaria la creación del programa preacelerador The S Factory (TSF), el cual exige que al menos uno de los fundadores sea mujer. Además, requiere bajos requisitos de entrada e incluso se puede postular con una idea o prototipo de negocio, es decir, no es necesario tener una compañía ya formada. Entonces, si ya existía una aceleradora, ¿por qué se creó esta preaceleradora? Al respecto, Hansen explica que lo hicieron para que quienes pertenecieran a TSF, luego se potenciaran en la aceleradora Seeds, y de este modo llegarían a ese modelo más exigente mejor preparadas. En la práctica, la estrategia ha demostrado ser exitosa. Hoy, el 10% de las mujeres líderes del programa Seeds fueron emprendedoras en TSF. "Estamos comprobando la hipótesis de que las mujeres no están postulando en la etapa Seeds (directamente), pero si creamos instancias previas, se genera un buen vínculo", agrega Hansen. Emprendimientos exitosos En el caso de los proyectos acelerados por Start-Up Chile, desde sus inicios hasta febrero de 2016, la tasa de supervivencia de los emprendimientos liderados por mujeres, en promedio, fue de 56,7%, superando en casi siete puntos porcentuales la de los hombres, que llega a 49,9% (ver infografía). Entre las iniciativas chilenas lideradas por mujeres más exitosas se encuentra el sitio de comercio electrónico de artículos para bebé Babytuto (generación 2014 de Start-Up Chile), junto con la marca de accesorios hechos a mano con impacto social, Minka (2012). Para Ignacia Núñez, cofundadora de Minka y actual directora del Centro de Innovación Social de la Universidad Finis Terrae, Start-Up Chile fue un gran impulso para su negocio. Pero no todo fue éxito desde el comienzo. "Nos equivocamos mucho con esa primera inversión", afirma la emprendedora, quien añade que ello se debió a que no tenían vastos conocimientos en finanzas o contabilidad. Sin embargo, la perseverancia es una característica que la ha llevado -junto a su socia y hermana Andrea- a impulsar su negocio. Para Ignacia Núñez, una particularidad que diferencia las startups de mujeres de las de hombres, es que el género femenino tiene más tolerancia a fallar al emprender, ya que no tienen la idea de generar un gran negocio que tenga éxito inmediato. Incluso, según su experiencia, cuando comienzan, el foco no está netamente en el negocio, sino en lo social o en otras áreas. "Los hombres, en general, emprenden con la idea de generar un negocio exitoso, pero claramente si no se da en un tiempo relativamente corto, lo dejan de lado". Según la experiencia de Daniela Lorca, fundadora y CEO de Babytuto, "lo que ayuda a mantener a flote los proyectos es que como género, en general, somos tremendamente perseverantes, obsesionadas por los detalles y perfeccionistas. Además, podemos hacer varias cosas al mismo tiempo, manteniendo la capacidad de pensar, solucionar y ejecutar de forma paralela". Mujeres y tecnología Si dar el primer paso para emprender es difícil, aún lo es más hacerlo en el área tecnológica. Las mujeres deben enfrentar desafíos como la discriminación de género. "Muchas veces, las emprendedoras en tecnología derechamente son vistas como menos capaces por los inversionistas. Tienen que demostrar que sí se dedicarán al negocio, que le pondrán el alma tal como lo haría un hombre", manifesta Maitetxu Larraechea, directora ejecutiva de Girls in Tech Chile (GiTChile), una organización sin fines de lucro cuyo objetivo es dar visibilidad a las creadoras de tecnología en el país. Larraechea asegura que las mujeres en Chile tienen "una gran oportunidad de vivir en un país que se ha hecho un nombre como ecosistema emprendedor tech ". Uno de los grandes atributos de este campo es que es grande y competitivo, creativo y ambicioso y, además, "permite construir el trabajo y la vida que tú quieras, ¿no es eso lo que queremos las mujeres hoy?", enfatiza Larraechea. En la actualidad, las emprendedoras chilenas están atreviéndose más en relación a sus proyectos; antes se enfocaban más en negocios tradicionales femeninos, relativos a la moda o repostería: "Felizmente, existe un movimiento creciente de mujeres que se están enfocando en emprendimientos de base científico-tecnológica. Incluso, quienes están en los rubros tradicionales están reformulando sus modelos para poner la tecnología en el centro de los mismos", agrega Larraechea. Ese, precisamente, es el caso de Minka, donde sumaron al negocio el formato de comercio electrónico. Desde hace cuatro meses implementaron el sistema webpay , el que ha permitido que sus ventas en línea representen el 20% del total, y proyectan que para la próxima Navidad estas aumenten a un 50%. Mirando hacia el futuro Según un estudio de impacto preparado por Boost y Start-Up Chile, en una etapa temprana de sus proyectos, las mujeres tienen 41% de miedo al fracaso, frente a un 37% en el caso de los hombres. Maitetxu Larraechea, de GiTChile, dice que si bien ellas suelen ser caracterizadas como "mateas" y prolijas, "al hacer negocios no siempre sirve esta característica, y viene bien un poco más de riesgo e incertidumbre". Razón por la cual las emprendedoras, en general, son menos, y según la experiencia de Daniela Lorca, "en general, es difícil atreverse a hacerlo, porque existe la presión social de que la mujer se debe hacer cargo de la casa, de los hijos; entonces, sumar otro desafío a veces genera temor, pero no es imposible (...) cada vez hay más ganas de atreverse, estoy segura de que el futuro nos pertenece", sostiene.
