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El libro de las viejas canciones infantiles de Ángel Parra

viernes, 03 de febrero de 2017

IÑIGO DÍAZ
Cultura
El Mercurio

"Al mundo niño le canto" recupera un patrimonio musical que el cantor de 73 años escribió hace medio siglo. La edición de Catalonia cuenta con dibujos de Pati Aguilera.



Del centenar de personas que se congregaron para escuchar al cantor esa mañana en la Plaza de Armas, la mitad coreó las canciones y la otra mitad se incorporó al ritmo en un baile espontáneo. Ángel Parra (1943) estaba desempolvando un repertorio que había escrito en su juventud para mostrarlo ahora, medio siglo después.

"Yo pensaba que estas canciones estaban olvidadas, pero me sorprendió ver a los papás cantándolas conmigo y a sus niños bailando y actuando cada una", dice el cantor, con un nuevo libro en las manos.

"Al mundo niño le canto" (Catalonia, $13.500) recupera un repertorio para niños que Ángel Parra comenzó a escribir en los años 60, en paralelo al material de raíz folclórica que había iniciado a la zaga del trabajo de su madre, Violeta Parra, o sus canciones más comprometidas en la Nueva Canción Chilena. Con el sello Arena, en 1968, publicó un disco con ese título, donde mostraba su faceta como compositor de música infantil.

Esas canciones están ahora representadas en las ilustraciones de Pati Aguilera. "Están llenas de contenido y tienen una gran melancolía, muy distintas a las que conocemos como canciones infantiles", señala Aguilera.

"Yo no pretendo convertirme en un superventas ni nada. Cuando observo grupos de música infantil que van hasta Lollapalooza me parece curioso. Ahora vivimos en otros tiempos. Mis canciones con guitarra incentivaban la imaginación del niño", dice Parra. "Los niños tienen una inteligencia que siempre me ha sorprendido", agrega.

El libro incluye un código del sitio portaldisc.cl para descargar la reedición ampliada del disco de 1968. Tiene canciones como "Caballo Tordillo mío", recopilada por Violeta Parra hacia 1955, "La historia de nunca acabar", "Muñeca de trapo", "Chachachá de la frutera", "El volantín" y "El manseque", el canto de un juego que hace 50 años Parra ya advertía que iba en extinción: "Había que calentar los pies en la calle, entonces los niños saltaban de la vereda, con un pie y con el otro: 'manseque, manseque, la culeque'", dice.

Pero como todo parte por casa, Parra recuerda que en su origen el cancionero infantil nació en dedicatoria a sus hijos, Ángel (1966) y Javiera (1968), reconocidos músicos. Ahí están entonces "Canción para Angélico" y "Canción para Javiera". "Las hice cuando su madre estaba embarazada. Las canciones nacieron antes que ellos. Después tuvieron la utilidad de hacerlos dormir y al final se traspasaron a otros niños, muchos de ellos ahora son abuelos", completa.

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