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La dispar ruta de los autores de los tres primeros goles del fútbol profesional chileno en 1933:

El azaroso destino de "Chincolito" Miranda y Gino Iacoponi, los artilleros del primer partido de la historia del torneo nacional

domingo, 29 de enero de 2017

Ignacio Briso
Deportes
El Mercurio

Ambos delanteros marcaron un hito casi por accidente: Audax Italiano se fue de gira por América y a ellos les tocó debutar ante Morning Star. Uno era reserva de los reservas y el otro -de pasado ilustre en Italia- ya era muy "viejo" para irse de viaje con el equipo estelar. A Miranda, que pintaba para "crack", se lo llevó el olvido. Iacoponi, en cambio, dejó huella en los "Tanos". Este viernes parte el torneo 100. Acá, un recuerdo de dos protagonistas del día en que empezó todo.



La tarde 22 de julio de 1933, Audax Italiano y Morning Star dieron los primeros pasos del fútbol profesional chileno. El compromiso se jugó en el Estadio Santa Laura y el resultado fue 3-1 a favor de los itálicos. El primer y tercer gol -en off side , según los relatos de la época- fueron obra de Julio Miranda quien, con seguridad, entonces no se dio cuenta del hito que marcó en la historia del balompie nacional.

La crónica de El Mercurio describe la jugada del primer gol del naciente profesionalismo criollo: "Apenas había transcurrido un cuarto de hora de juego, cuando los italianos consiguieron abrir la cuenta por intermedio de Miranda, que con hermoso golpe de cabeza aprovechó un centro de José Arias", se lee en el extracto del día 23 de julio de 1933.

El autor del libro " Audax Italiano: 1910-1960" , Gino Barducci cuenta que la titularidad de Miranda respondió a la ausencia de los artilleros titulares. "Miranda era reserva porque los itálicos estaban de gira por las tres Américas y, como el nuevo torneo se hizo de la noche a la mañana, los equipos tuvieron que improvisar porque tenían otros compromisos pactados", dice el fervoroso hincha "tano" de 89 años y privilegiada memoria.

El historiador Sebastián Salinas, autor del libro " Por empuje y coraje: los albos en la época amateur" , apunta que las publicaciones de esos años describen a Miranda como "un goleador que venía apareciendo, que se hacía respetar en las defensas y que le pegaba a la pelota como venía".

En tanto, Eduardo García, un viejo rastreador de datos y estadísticas echa mano a su apuntes y señala."Miranda jugó cinco partidos en 1933, anotó la misma cantidad de goles y solo estuvo un año en Audax Italiano".

Los datos de Miranda son tan pocos que generan discrepancia. Mientras Salinas dice que lo apodaban "Chincolito" por su juego parecido a Iván Mayo -astro chileno de la época que emigró a Vélez Sarsfield de Argentina-, y también que después de Audax, Miranda habría jugado un tiempo en el desaparecido Santiago Badminton, García comenta que le decían "Pajarito" y que tras militar fugazmente en Audax desapareció de las páginas deportivas.

En rigor, la revista "Don Severo" - que circuló entre 1933 y 1935 y que publicó la única imagen conocida de Julio Miranda - lo bautizó como el "Chincolito 2.0" y, en otra ocasión, se refirió al novel delantero como el "Manchón" Miranda.

Con todo, Miranda tendría otra fugaz aparición antes de desparecer del mapa. En abril de 1934, un párrafo en "Don Severo" reportó sus pasos en un amistoso de Audax contra Unión Deportiva Española en el estadio Santa Laura, con triunfo para los audinos por 6-2. "Destacó en la línea delantera "Chincolito" Miranda, a quien e1 Audax no cotizó en esta temporada, siendo que en la anterior fue la revelación de su equipo joven que quedó de repuesto cuando los titulares andaban en jira (sic) en Centroamérica. Se nos mostró como un buen centrodelantero, repartió el juego a conciencia, sin hacer juego para él, siempre le pasó la pelota al compañero mejor colocado y cuando le tocó disparar sobre la puerta contraria lo hizo siempre con buena puntería. Fue el Escorer del partido, pues colocó tres de los seis goles de su equipo", cerró.

De Miranda, después de su triplete, no se supo nunca más. Ni siquiera su fecha de muerte.

De Livorno a Audax

Caso contrario al de Miranda es el italiano Gino Iacoponi, autor del segundo gol ante el Morning Star, un toscano que junto al portero Bruno Iacoponi -su hermano mayor-, jugaron en el Livorno, llegando a disputar la final de la primera categoría italiana de 1920: de hecho, perdieron la final ante el Inter Milán por 3-2.

Ambos llegaron a Chile para jugar en Audax en 1923, convencidos por Félix Coste, un italiano vinculado a Chile que el guardameta conoció durante los años de la guerra.

"Gino era centro half ofensivo (...) Un jugador dribleador, rematador e impredecible. Sus cabellos color mostaza atraen la mirada de los espectadores tanto como sus precisos tiros. Pases bien ajustados y la disposición a dirigir el juego dentro de la cancha, convirtiéndose en uno de los jugadores más admirados de Audax", reseña Barducci.

La titularidad de Gino Iacopini en el histórico primer partido, al igual que la de Miranda, también fue azarosa. "La edad fue un factor para que Gino estuviera en el plantel que jugó el primer torneo. Entonces ya tenía tenía 33 años y no viajó a la larga gira de Audax por las Américas, que se extendió por nueve meses", complementa Barducci.

Un párrafo en la revista Don Severo de julio de 1933, describe al equipo "B" del Audax que representaba al club en las canchas de Santiago mientras los estelares andaban de gira: "En tres partidos han destacado dos elementos que parecen llamados a atraer la atención de los espectadores: el centrodelantero Miranda y el half Fuentes, dos muchachos nuevos, desconocidos, pero con todos los arrestos de grandes cracks ".

La añosa revista dedicó, en otra de sus ediciones, elogiosas líneas a Gino Iacoponi y Miranda, pero también a un volante de peculiar apodo. "Entre los verdes hay elementos nuevos de pasta. El half "Cuarto de pollo" Fuentes demostró condiciones. El 'Manchón' Miranda, ese centrodelantero verde es de los que entusiasman. Se escurre como el agua, se arranca como una liebre, y chutea como un 42. Nos gustaría verlo acompañado de dos inter con la experiencia de Giaco (Gino Iacoponi), pero con más pelo, el cual no se ha caído de malo, sino de edad. Y eso que Giaco, francamente, ha demostrado que los años bien cuidados suelen dejar poca huella porque en los últimos matchs "Vindobona Giacoponi" no lo ha hecho nadita de mal".

Los hermanos Iacoponi dejaron huella en Chile. Ambos se quedaron a vivir en Santiago, pero solo Bruno dejó descendencia. El apellido vive con Bianca Iacoponi. "Lo que sé es por tradición oral. Supe que tuvieron una tienda de abarrotes, un bar en calle Manuel Montt y hasta una flota de micros", cuenta. Luego corrige un error que se repitió por años. "El apellido lo han escrito con Y, J y G, pero es Iacoponi: mi papá Nino, hijo de Bruno Iacoponi hizo la corrección hace unas dos décadas en el registro civil", apunta.

La madre de Bianca Iacoponi, Miriam Espinoza completa la historia. "Gino no tuvo hijos y mientras ambos jugaban, tenía una tienda de abarrotes en calle San Alfonso, negocio que mantuvieron luego de retirarse del fútbol".

Magallanes se tituló campéon en 1933, seguido de Colo Colo, Badminton, Unión Española, Audax, Morning Star, Green Cross y Santiago National.

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