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Cuando el principal adversario no es solo el fuego : cómo trabajan los brigadistas de la Conaf

domingo, 29 de enero de 2017

El Mercurio
Jorge Enríquez

Combatientes dicen que la capacitación es insuficiente y que deben cumplir con extensos horarios de trabajo. También aseguran que la indumentaria que utilizan presenta deficiencias y que el sueldo de $360 mil que ganan en promedio no es proporcional al riesgo que asumen. El director ejecutivo del organismo reconoce que un 10% de la ropa se recicla y que hay acuerdos sindicales por horas extras.

"Mi familia reza cuando sabe que voy a una emergencia". Bernabé Pavez (64) habla con la propiedad que le otorgan los 38 años que lleva como brigadista de la Corporación Nacional Forestal (Conaf). Hoy es jefe de incendios de la entidad en la provincia de Cardenal Caro en la Región de O"Higgins, y dirigió a cincuenta brigadistas que batallaron el fin de semana pasado contra el incendio en la comuna de Pumanque, que arrasó con 50 mil hectáreas.

Su cargo es similar a un comandante de Bomberos y durante la presente crisis vivió jornadas en que durmió 4 o 5 horas entre cada salida a terreno. Asegura que la labor durante emergencias, como fue el caso de Pumanque, se extiende de 12 a 16 horas y que los sueldos no son proporcionales a la complejidad y el riesgo que asumen los brigadistas. Dice, además, que hasta se usa ropa reciclada y que se entregaron zapatos que son para escalar y no para enfrentar el fuego.

Los voraces incendios que afectan a la zona centro-sur del país han develado la precariedad institucional para enfrentar este tipo de catástrofes, y han instalado en el debate público la pertinencia de las acciones y la manera cómo han respondido las autoridades a la emergencia que ha consumido 387 mil hectáreas. Y en esta línea, en los últimos días, la Conaf ha estado en el centro de la discusión.

"Nuestra gente está sometida al máximo. No se toman los resguardos de su integridad. Lo que se necesita es que el Estado invierta y pueda tener más brigadas de relevo. Un combatiente gana en promedio 360 mil pesos. Al final, se trabaja más por amor al arte o vocación", dice Pavez.

De acuerdo a la Conaf, desde el 1 de diciembre en el país hay 89 brigadas combatiendo los incendios forestales, cada una compuesta por 12 personas, que incluyen un chofer y una manipuladora de alimentos. Eso equivale a 1.031 brigadistas para todo Chile. A eso se suma apoyo aéreo y de maquinaria pesada. Hasta este viernes había 71 "incendios en combate", desde Coquimbo hasta La Araucanía. Si se dividen las brigadas por la cantidad de focos activos, el resultado sería de 1,2 brigadas de la Conaf por cada concentración de fuego.

"Pantalones de colegio" y zapatillas de trekking

Cristopher Plaza es brigadista en la Quinta Región. A los 28 años y con seis temporadas de experiencia en el combate de incendios, señala que hoy están ingresando muchos jóvenes con poca experiencia en esta tarea. "Hay poca preparación. Trato de enseñar lo más que puedo, pero les pido a las autoridades que reaccionen porque no queremos seguir lamentando más muertes como las ocurridas en Vichuquén", asegura.

El oficial de seguridad de la brigada explica que junto a los problemas de capacitación -la que se extiende por solo dos semanas-, hay deficiencias en la indumentaria que les entrega Conaf. "Cuando comenzó esta temporada nos entregaron unos pantalones plomos que parecían de colegio, a los que con una ceniza se les hacía un hoyo y que después tuvieron que cambiar. También hay algunos compañeros que aún usan zapatos de trekking , que no son adecuados, porque se queman", señala.

Sobre las condiciones de trabajo, Felipe Peña, presidente del Sindicato de Trabajadores de Conaf de la Quinta Región, dice que desde hace dos años que han planteado denuncias, desde Contraloría hasta la Cámara de Diputados. "Nuestra gente ya no puede seguir trabajando en situación extrema. Están extenuados, los horarios de trabajo están sin control, no tienen la capacitación suficiente, hay problemas con la ropa, que en algunos casos es reciclada de un año para otro y los sueldos no se condicen con el nivel de riesgo que viven", explica.

El presidente de la Federación Nacional de Sindicatos de Conaf, Erry Leiva, en tanto, agrega que "la Conaf no puede seguir siendo una corporación de derecho privado, porque el problema de los incendios se pone peor cada temporada y Chile debe prepararse".

La corporación cuenta con un presupuesto de $29 mil millones para este año, lo que es calificado como insuficiente por Leiva, tomando en cuenta el escenario actual de los incendios que afectan al país.

Exceso de carga laboral

Durante los últimos días han surgido cuestionamientos a la excesiva carga de trabajo que enfrentan los trabajadores en la línea de fuego. El caso de los tres brigadistas muertos en El Maule deja en evidencia ese problema. El domingo 15 de enero Sergio Faúndez, Ricardo Salas y Wilfredo Salgado fallecieron combatiendo el incendio en la comuna de Vichuquén. Todos tenían cargos de jefatura en sus grupos.

La bitácora del siniestro del Centro de Operaciones de la Conaf, y a la que tuvo acceso "El Mercurio", describe que la muerte de los combatientes se alertó a las 15.39 horas de ese domingo, siete horas después que se enviara el primer contingente a la localidad de Las Cardillas, en la citada comuna.

En el documento no se informa de qué manera fallecieron los brigadistas; pero se habla del repentino aumento destructivo del incendio y también del contacto con carabineros, fiscalía y ambulancias para el rescate de los tres cuerpos y de otros tres heridos: los motosierristas Cristián Poblete y Ariel Pacheco, junto al también brigadista Pablo Cantero.

Ricardo Salas y Wilfredo Salgado presentarían 14 horas de trabajo por jornada en los dos días previos al accidente fatal. Así lo confirma el Sistema de Información Digital para el Control de las Operaciones (Sidco) de la Conaf, que registra los horarios de trabajo de las brigadas. El tercer fallecido, Sergio Faúndez, jefe de la segunda cuadrilla de la brigada "Maqui 6", aparece en el mismo sistema en línea con 12 y 11, 5 horas de labor también en las mismas jornadas previas a su muerte. Expertos estiman que el cansancio pudo haber influido en el desempeño de los brigadistas (ver recuadro).

Desde el Gobierno, la seremi del Trabajo del Maule, Elia Piedras, dice que hay una investigación abierta respecto de alguna irregularidad en la situación laboral de los brigadistas fallecidos, pero declinó confirmar si conocía la cantidad de horas de labor que presentaban al momento de su muerte, por lo menos, hasta que no haya un pronunciamiento oficial por parte de la Dirección Regional del Trabajo. Además, asegura que de acuerdo al contrato de los trabajadores de Conaf existe un pacto especial de regulación de las extensiones de horario.

Los trabajadores tenían un contrato de 12 días de labor por tres de descanso y gran parte de las horas extras realizadas les eran devueltas con días libres. Sin embargo, también se está indagando, por parte de la Inspección del Trabajo, si algunos de los fallecidos tenían más de esos días de trabajo de manera continua.

En tanto, desde la Fiscalía del Maule se confirmó que los esfuerzos están concentrados en determinar la responsabilidad en el origen del incendio y no en un eventual problema laboral de los brigadistas muertos. Sin embargo, se aseguró que esta situación también sería investigada.

Posible demanda al Estado

El padre de Sergio Faúndez, que tiene su mismo nombre, señala que desde el miércoles 18 de enero, el día en que enterraron a su hijo y a los otros dos combatientes fallecidos, no ha tenido contacto con la Conaf.

El brigadista dejó una viuda y una hija de cinco meses. Según su padre, desde la corporación se le ofreció a la familia atención sicológica y eso aún no se concreta. También está presente el cobro del seguro de vida que asciende a 800 Unidades de Fomento (UF), que equivalen a $20 millones. Sin embargo, Sergio Faúndez padre asegura que, junto a las otras dos familias, se reunió esta semana con un abogado para analizar la opción de presentar una querella contra quienes resulten responsables por las muertes. En la medida en que se determine alguna responsabilidad estatal por negligencia, presentarían una demanda indemnizatoria.

Fallas en los protocolos

Otro tema que genera preocupación en el mundo de los brigadistas son las condiciones de seguridad en las que trabajan. No solo asociadas a los problemas de indumentaria y la escasa capacitación; también a las descoordinaciones que se presentan en terreno.

A los 20 años, el porteño Nicolás Véliz quedó con cinco piezas dentales menos. La tarde del miércoles 18 de enero, mientras combatía un incendio en el sector de Colliguay en la ruta Lo Orozco (Quilpué), un helicóptero lanzó su carga de agua sobre el foco del fuego y le cayó directo sobre la cabeza al brigadista. "No me di cuenta. No hubo aviso ni por radio ni por la sirena, que es el protocolo de seguridad que nos enseñan", dice.

Según su relato, luego cayó de frente sobre unas rocas y a consecuencia de ello sufrió la pérdida de los dientes y también heridas en su cabeza. Fue trasladado a la Clínica Valparaíso, donde recibió el alta recién el lunes. "Me dijeron desde Conaf que cumplirían con todo, pero el proceso por lo menos durará cuatro a cinco meses", asegura.

Véliz es unos de los cientos de jóvenes que ingresaron por primera vez a la Conaf esta temporada de verano. Tuvo una capacitación de dos semanas, la cual considera insuficiente. Pese a su accidente dice que no se retirará de la organización: "Faltan más combatientes y quiero seguir aunque mi familia quiere que me vaya".

Desde hace 15 años, Elías Apud, doctor en Ergonomía y docente de la Universidad de Concepción, investiga las condiciones de trabajo de los combatientes de incendios forestales. Asegura que la capacitación y preparación de los brigadistas debe ser continua, se debe contar con equipos permanentes -no como hoy, que son transitorios-, con control del estado físico, y también debiera existir una selección de personas para realizar esta labor. Explica que la cantidad de personal de Conaf es escasa, porque los relevos debieran ser continuos, como no sucede hoy. "Un brigadista, en estado de emergencia, debe trabajar 15 minutos y descansar la misma cantidad de tiempo. Eso es lo ideal. Así se disminuyen los riesgos de accidentes y hay mayor rendimiento", dice Apud.

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