"En una situación de debilidad, cualquier problema mundial afecta a América Latina"
domingo, 22 de enero de 2017
Francisca Maturana Torres
Internacional
El Mercurio
El cientista político duda que Trump tome un liderazgo en caso de una crisis en la región.
La llegada del republicano Donald Trump al poder es motivo de expectación y temor en Latinoamérica, que pasa, además, por momentos de inestabilidad. "Hay desconfianza en la política, problemas económicos que tienen que ver con la caída del precio de los commodities ...con el Estado de Derecho y la corrupción", dice Arturo Valenzuela, ex secretario de Estado adjunto para Asuntos del Hemisferio Occidental en el gobierno de Barack Obama. El cientista político chileno-estadounidense -que en su paso por Santiago para participar en un seminario de Imaginacción esta semana habló con "El Mercurio"-, aseguró que a pesar de que "no estamos en una situación de confrontaciones políticas como antes, el punto clave es que en una situación de debilidad económica y política en América Latina cualquier problema mundial puede afectar". Y con la nueva administración estadounidense, nadie sabe cómo serán las relaciones. "Si hay un problema económico importante en México, en relación a la caída del peso o el default de Venezuela, ¿cuál va a ser la reacción de un gobierno que tiene una cierta hostilidad a ese tipo de cosas?", dijo. Valenzuela estuvo con el Presidente Bill Clinton cuando EE.UU. rescató a México en 1995 y después apoyó a Brasil, cuando la crisis asiática lo golpeó. Pero, recuerda, que esto no ocurrió con George W. Bush en relación a Argentina y pone en duda que Trump tome el liderazgo para evitar que una crisis se agrave. -Trump ha tenido dos definiciones claras en relación a América Latina, sobre México y Cuba. En el caso de México, aún sin ganar las elecciones Trump provocó cambios en el gabinete de Enrique Peña Nieto y el desplome del peso. ¿Cómo puede enfrentar México esta nueva Presidencia? "Sigo visitando mucho México... He podido ver otra realidad que es más bien del sector privado y ciertamente la preocupación de ambos lados de la frontera es sobre lo que pueden hacer si efectivamente se viene abajo el sistema comercial entre los dos países. La clave es qué va a pasar con el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (Nafta, firmado hace 20 años por Canadá, México y EE.UU. y que Trump promete renegociar). Ese tratado cambió en forma dramática la relación entre los tres países. Por ejemplo, entre EE.UU. y México el comercio era de 50 mil millones y hoy está en 700 mil millones. EE.UU. se beneficia mucho del comercio no solo con México y Canadá, sino también con América Latina. Un 40% de todas las exportaciones de EE.UU. son con el hemisferio occidental, aunque el grueso son esos dos países... Una disrupción de eso va a tener un impacto terrible para México obviamente, pero también para EE.UU. Y lo que va a lograr es que van a subir los precios de los productos importados en forma espectacular. Lo que tiene que hacer México es moverse mucho más y también las industrias que están en estas cadenas de valor para hacerles ver a los políticos estadounidenses en un estado como Ohio, por ejemplo, que va a ser perjudicado si efectivamente se corta esta relación... Hacerles ver los costos". -¿Y en el caso de la migración y la promesa de la construcción de un muro en la frontera entre ambos países? "En el caso del muro es un discurso verdaderamente demagógico, sin mucha lógica. Es terriblemente perjudicial sin embargo para el clima de cooperación entre los países, para la confianza y genera un grado de inestabilidad e incertidumbre que es peligroso para todos". -Sobre Cuba, el republicano promete revertir la normalización de las relaciones. ¿Qué medidas podría revertir y cómo afectará esto a los cubanos? "Todavía está vigente la Ley Helms-Burton, del año 1996, que enmarcó en una ley el embargo. Pero también le da ciertas facultades al Presidente. Obama revirtió las restricciones que puso Bush a todos los viajes a Cuba... Todo eso ha sido criticado por los que apoyan el embargo, que aseguran que lo único que hace eso es entregarle más recursos al régimen y que lo que hay que hacer es restringirlo tanto que caiga económicamente. Esto lo puede revertir Trump. La otra cosa insólita es que Cuba no quería que se restableciera la relación diplomática; quería solo que se levantara el embargo. Pero EE.UU. insistió en que se restableciera. Es ahí donde todavía no está claro si el nuevo gobierno va a decidir echar al embajador o cortar la relación diplomática. Mal que mal, tenemos relaciones diplomáticas también con Rusia y con China y con todos estos otros países". -Hace unos días, Trump se reunió con expertos en Latinoamérica y dijeron que una de sus principales preocupaciones era Venezuela. Muchos creen que ese país podría ser su primera pesadilla en materia internacional... "El tema a estas alturas de Venezuela es gravísimo. Las negociaciones por parte del Papa, de esta comisión, no han prosperado muy bien. Ahora, ¿qué podría hacer EE.UU. con este nuevo Presidente?. Esperemos que a nadie se le ocurra que esto se puede solucionar mandando a los marines ... El problema de Venezuela es un derrumbe de su institucionalidad y esas cosas no se arreglan con una invasión militar. Lo que requiere Venezuela es un respaldo internacional a una crisis económica salvaje y eso, obviamente, se debería conducir con negociaciones fuertes que digan: 'les ayudamos a prevenir un default ... pero tendrán que hacer otras cosas'. No está claro de que haya capacidad en este momento por parte de la Casa Blanca de hacer eso, pero hay gente muy prominente en el Departamento de Estado, entre ellos Tom Shannon, que podría ver cómo prevenir una crisis. Pero eso va a requerir un liderazgo importante en momentos en los cuales la preocupación es que por todos los otros temas del mundo, especialmente lo de Siria, dejen en el tintero el tema latinoamericano y veamos una espiral de crisis hacia adelante".
