Fondos Mutuos
ALFREDO ROJAS Disputó el Mundial de Suecia por Argentina, fue ídolo en Boca pese a haber militado antes en River, estuvo tres temporadas en el fútbol español (Celta y Betis) pero se retiró en Chile defendiendo a la Universidad Católica en 1972. En rigor lo trajo O'Higgins desde Peñarol y se pensaba que, a los 35 años, le quedaba poca pólvora. Pero se transformó en goleador del cuadro de Rancagua, lo que posibilitó el contrato con la UC. El apodo se lo puso el relator argentino José María Muñoz en una Copa de Naciones, enfrentando a los ingleses, por la forma de aguantar la marca y de arremeter contra la defensa rival. En el cuadro de la franja jugó apenas 14 partidos, y por delante de él en la tabla de goleadores estuvieron Julio Crisosto, Hugo Solís y Arturo Salah, pero dejó marcado su estilo de juego, sin eludir ninguna batalla. Después de esa temporada, marcada por las lesiones, se retiró. JUAN ÁLVAREZ Ningún porteño bien nacido puede olvidar a Juan Álvarez, oriundo de Mejillones e ídolo de los caturros tras el título ganado en 1968, en un equipo que -por extensión quizás- terminó inmortalizado como "Los Panzers". En la delantera alternó con Bonano, Griguol y Reinaldo Hoffman, anotando siete goles que sirvieron para la segunda estrella del club. Fue descubierto por San Luis de Quillota y además de la estrella conseguida en el Puerto logró el título de segunda con Lota Schwager. Tras pasar por La Serena, Palestino y el Bolívar, regresó a Wanderers, donde se retiró para luego trabajar en divisiones menores, y ayudó a incrementar el patrimonio del club formando a David Pizarro y Reinaldo Navia, entre otros. CARLOS CAMPOS Jugó solo en la Universidad de Chile, club donde mantiene el título de goleador histórico con 197 tantos. Campeón en seis oportunidades, su estilo fue inconfundible, forjado en un físico potente (1,83 de estatura) y un cabezazo temible, con el que aprovechaba los centros de Leonel Sánchez, Pedro Araya y toda una generación brillante que conformó el Ballet Azul. El "Tanque" Campos marcó cuatro veces en Copa Libertadores, aunque a nivel internacional sus logros más notables estuvieron ligados a la selección chilena, consiguiendo el tercer lugar en el Mundial del 62, la clasificación al Mundial de Inglaterra y un tercer lugar en Copa América. Fiel a su apodo, arremetía imparable en el área, pero también se le elogiaba una frialdad única a la hora de enfrentar al portero contrario. LUIS ARANEDA Fue campeón con Colo Colo en 1970, aunque su aporte en ese extenso campeonato haya sido escaso. En una escuadra con muy buenos delanteros -Ahumada, Caszely, Beyruth y Leonel Sánchez- tuvo pocas opciones pese a un físico privilegiado. Por eso lo cedieron a préstamo a Green Cross y luego a Lota, aunque retornaría en 1974 cuando el éxodo y la crisis dejaron a los albos sin muchos delanteros. Ganó la Copa Chile y, tras varios escándalos de indisciplina, comenzó un largo peregrinaje por Audax, Santiago Morning, Trasandino, Everton, San Luis y Soinca, donde no pudo ratificar sus grandes condiciones. Jugó cuatro partidos por la selección, incluido un duelo frente a Argentina por la Copa Carlos Dittborn, pero no logró consolidar su estilo aguerrido. En carrera era difícil detenerlo, no así en la vida privada, donde la indisciplina le reportó fama y más de un escándalo. Otros pesos pesados: Alejandro Kenig jugó en la UC 1992 y Coquimbo 1995; Eduardo Hurtado, en Colo Colo 1993 y U. de Concepción 2003; y Juan Carlos Ferreyra, en Unión Española 2015.