Fondos Mutuos
Ya en su primer encargo como fotógrafo profesional, a Jack Ceitelis (1930) lo mandaron al campo de batalla. Comisionado por una empresa constructora, tuvo que hacer registros del desastre que en 1960 dejó el terremoto más grande de todos los tiempos. "No había cómo llegar a Valdivia por tierra, así que me fui a Cerrillos e hice dedo a un avión. Hice fotos de las construcciones que se habían venido abajo, pero aproveché de fotografiar la naturaleza del sur", rememora. Y no es casual que Jack Ceitelis -inmigrante lituano nacido como Jacobo Ceitelis Rubinstein, que llegó a Chile con su familia en 1940- mencione ambos frentes de trabajo como fotógrafo autodidacta. Su trayectoria lo ubica como uno de los principales exponentes de la fotografía industrial y de paisaje en Chile. "Ceitelis es uno de los absolutos baluartes de la fotografía chilena. Junto con Domingo Ulloa, un exponente vivo de la generación de los 50 y 60. Trabajó mucho en temas de minería y construcción. Pero yo no me limitaría a eso. Creo que sus registros de naturaleza son tremendamente importantes", señala Carla Franceschini, curadora del Museo Histórico Nacional. Esa institución adquirió 30 mil piezas de Ceitelis -negativos y diapositivas- para los fondos monográficos que conserva. Por ejemplo, los álbumes de Martín Gusinde o el archivo de Luis Ladrón de Guevara, contemporáneo a Ceitelis y socios de un recordado estudio de fotografía en los años 60. "Después de que dejamos de trabajar juntos con Lucho, yo me fui a Australia, en 1967. Cuando volví me metí de lleno en la fotografía industrial, que era un tema muy distinto a lo que se hacía en esos tiempos. La mayoría de los fotógrafos dirigían estudios y eran retratistas. No iban a terreno como yo", dice. Paisaje y país Ceitelis, que también se integró al Grupo Rectángulo, realizó registros de la construcción del edificio de la Unctad en 1971, donde puso atención en los aspectos geométricos de la composición. "Yo estaba empeñado en demostrar que un fotógrafo podía sacar de los fierros mucho más que solo fierros", apunta. Montañista y viajero, cada expedición le significó una posibilidad de fotografiar paisajes. Viajó dos veces a la Antártica, donde realizó importantes capturas, y ha registrado procesos mineros. "Sigo activo. Hace cuatro años recorrí Chile de punta a cabo para un proyecto del Ministerio de Obras Públicas, y hace otro tanto hice la construcción de la mina Collahuasi, dos meses a 4.500 metros de altura", dice. Son sus trabajos formales en industria, pero Ceitelis asegura que nunca se ha alejado de lo que él llama "la cosa personal". Parte de ese ángulo autoral fueron sus imágenes incorporadas a la exposición fotográfica "El Rostro de Chile", que en 1960 impulsó Antonio Quintana, a quien ha reconocido como maestro generacional. "Fue un hito importante porque, como dice Nicanor Parra, Chile era un paisaje, no un país. Después, pasó a ser un país", cierra.