La primera detención de Francisca Linconao en el marco del caso Luchsinger se produjo en enero de 2013. En esa oportunidad, la fiscalía la inculpó de tenencia ilegal de arma de fuego, pero los tribunales terminaron absolviéndola. Frente a ello, la machi entabló una demanda contra el Estado, la que ganó en octubre de 2015, cuando el Primer Juzgado Civil de Temuco ordenó al fisco pagarle una reparación de $30 millones. En esa demanda, Linconao planteó que la detención de 2013 tuvo un impacto negativo en su oficio de machi, "el que se vio seriamente afectado (...). Hasta antes de este hecho tenía ingresos en promedio de $755.000 (mensuales)". Según los mismos datos, sus ingresos de $9.050.000, en 2012, bajaron a $250.000, en 2013, año en que sus entradas mensuales descendieron a $21.000. Una tabla incluida en el fallo indica que el cobro por cada una de sus atenciones como machi bordeó los $100.000, en 2012. Así, en septiembre de ese año, obtuvo un millón de pesos por diez atenciones y $1.200.000 por 12, en diciembre.