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Novelista y conferencista científica

La doble vida de Siri Hustvedt

martes, 03 de enero de 2017

Por María Cristina Jurado
Crónica
El Mercurio

Respetada académica e intelectual, autora de seis premiadas novelas y ganadora del premio Gabarrón 2012 lanza nueva trilogía de ensayos sobre arte, feminismo, percepción, neurociencia y psiquiatría. Aquí habla de "Una mujer mirando a hombres que miran a mujeres" y cuenta por qué su potencia creativa se bifurca entre literatura y ciencia.



Hace unos años, la escritora y ensayista Siri Hustvedt -nacida en Minnesota hace 61 años, Bachelor of Arts en Historia y doctorada en inglés en la Universidad de Columbia- decidió testearse a sí misma. Poeta en sus inicios y prosista después -novelista y ensayista que ha sido best seller internacional y está traducida a más de 30 idiomas-,  Hustvedt, casada desde 1982 con el célebre escritor Paul Auster y madre de Sophie Auster, quiso medir su conocimiento en psiquiatría, una de las áreas científicas que convocan su interés intelectual. En una librería de barrio compró un formulario de entrenamiento médico y se dio a la tarea de completarlo. Este ejercicio y otros probaron no ser en vano: en 2015 la escritora fue nombrada conferencista en temas literarios y psiquiátricos en la Facultad de Medicina de la Universidad de Cornell en Nueva York.

Desde su casa en Brooklyn dice:

-Me nombraron en esa capacidad por mi trabajo. He publicado papers en revistas psicoanalíticas y científicas; no soy psiquiatra, pero sé mucho de la historia de la psiquiatría y de su práctica, y puedo ser crítica. Para este trabajo tuve recomendaciones de un renombrado neurocientífico y de un facultativo de Columbia. Unos años atrás quise probar mis conocimientos y compré el facsímil de un examen de especialidad destinado al cuerpo médico del Estado de Nueva York. Pasé la prueba.

Detalla su trabajo en Weill Cornell:

-Doy un seminario para los residentes en psiquiatría, les pido a estos doctores que lean y escriban textos literarios, filosóficos y médicos. La psiquiatría narrativa enfatiza el carácter cambiante de toda enfermedad mental y la relación entre médico y paciente.
Y es que Siri Hustvedt nunca ha sido una escritora que se mueve solo en el ámbito de la literatura. Para esta hija de estadounidense y noruega, nacida en el medio oeste de Estados Unidos, quien ganó el premio español Gabarrón Internacional en 2012 y recorre el mundo con sus conferencias y seminarios, el conocimiento humano es inagotable y tiene múltiples aristas. Aunque es conocida por sus seis novelas, su poemario y sus ensayos -sus trabajos de ficción-, la veta científica es una marca en su carrera.

Recién publicado, su tercer libro de ensayos -antes hizo "Misterios del rectángulo"(2005) sobre las artes, y "Viviendo, pensando, mirando" (2012), sobre filosofía, neurociencia y literatura- constituye un conjunto de reflexiones reveladoras. "Una mujer mirando a hombres que miran a una mujer" está dividido en tres partes y relaciona a la creación literaria con la percepción, el arte, la psiquiatría, el sexo, la neurociencia y el eterno conflicto entre el cuerpo y la mente. Sus capítulos hacen referencia a personajes clave en casi todas las áreas de la creación intelectual: Picasso y De Kooning, Louise Bourgeois, Susan Sontag, Pedro Almodóvar y Robert Mapplethorpe, Wim Wenders y Pina Bausch. Y, a través del filósofo danés Sören Kierkegaard, se acerca al tema de los seudónimos y la ficción.

Explica:

-Esta colección son tres libros en uno, una trilogía. La primera parte, "Una mujer mirando a hombres que miran a una mujer", que le da el título al libro, son ensayos sobre arte y literatura. La segunda, "Las ilusiones de la certeza", es un solo largo ensayo donde hablo de la relación entre el cuerpo y la mente. La tercera y última, "¿Qué somos?", reúne una serie de conferencias que he dado en todo el mundo. Yo escribo ensayos y, cuando junto una buena cantidad, los colecciono. Este libro es mi tercera colección.

-¿Ha pensado que su perfil como conferencista científica puede colisionar con su imagen de escritora? ¿Siente que proyecta una doble imagen pública?

-Soy una novelista y soy una estudiosa, una erudita. No es algo nuevo. Tengo un doctorado en Columbia y llevo años leyendo sobre diversas disciplinas y escribiendo sobre materias que me interesan. Hace solo un par de semanas di una conferencia clave en un simposio de psiquiatría. Acepté la invitación porque yo sabía que podía hacer una crítica válida a la psiquiatría contemporánea. Mi conferencia fue bien recibida.

-¿No teme que sus lectores pudieran confundirse con esta dualidad?

 -No estoy segura de que sea mi tarea preocuparme de cómo soy percibida por el público. Estoy mucho más interesada en vivir mi confesada doble vida. Una vida que me permite moverme entre la ficción y la no ficción.
 
mundos creativos

Feminista desde siempre, Siri Hustvedt no descuida recordar en esta tercera colección de ensayos, los prejuicios que se ha tenido a lo largo de las épocas sobre la creación femenina en todas sus facetas. El sexo, dice la escritora, ha sido determinante en la falta de proyección de mucho talento femenino, un problema que cruza las épocas.

-En su trilogía recuerda personajes emblemáticos como Emily Dickinson, las mujeres de Picasso, Louise Bourgeois. ¿Cómo ve a las mujeres en las artes y las ciencias? Usted es feminista.

-En mis ensayos enfrento el problema de la discriminación femenina. De cómo las mujeres han sido arrinconadas, subvaloradas y pasadas por alto solo por su sexo. Esa verdad permanece inmutable hasta hoy. Las investigadoras y estudiosas del feminismo han sido muy importantes en hacer frente a este problema y analizar por qué se sigue repitiendo una y otra vez. Estamos aun muy limitados por estereotipos que infectan nuestra percepción. Hay muchísimos estudios empíricos que demuestran cómo hombres y mujeres califican mejor un trabajo si creen que fue hecho por alguien de sexo masculino. Cuando creen que fue hecho por una mujer, le ponen menor nota. Este es un ejemplo más de nuestra necesidad de estar muy atentos a cómo funcionan nuestros prejuicios inconscientes.

El libro de Hustvedt desmenuza la percepción humana afectada por prejuicios. La autora evidencia que no hay verdad en sí misma: todo influencia la mirada que se tiene sobre el arte, la literatura, el sexo, el pensamiento, los seres humanos, la inteligencia y el mundo. En el segundo capítulo "Las ilusiones de la certeza" expone cómo el conflicto entre la mente y el cuerpo a veces distorsiona el pensamiento contemporáneo aplicado a la ciencia: sería así en muchas áreas, desde la psiquiatría a la neurociencia o la inteligencia artificial.

-En su libro plantea el conflicto subyacente entre los artistas y los científicos. ¿Siente esa dicotomía?

-El arte y la ciencia no siempre estuvieron tan separados como están hoy. Hasta la Segunda Guerra Mundial, hubo muchos intelectuales con mucho conocimiento de las ciencias y las artes. Eso cambió. Hoy, estas áreas pueden entrar en conflicto, pero lo que es más habitual, es que haya solo incomprensión mutua. Yo trato de juntar ese abismo en mi propia vida. Por dar un ejemplo, soy competente en el lenguaje de la neurociencia y también en el de las artes y las humanidades.

-"Si no fuera escritora, sería una artista visual" dijo en 2014, cuando publicó su novela "El mundo deslumbrante". ¿Qué tipo de artista visual hubiera sido?

-Todavía dibujo. Todavía escribo sobre arte. Probablemente, hubiera hecho obras visuales muy parecidas a las que describo en mis novelas: trabajos narrativos complejos con figuras. El arte aparece frecuentemente en mi ficción por lo que se podría decir que me convertí en novelista, pero también en una artista conceptual.

-"Sin un observador, un lector o un oyente, el arte está muerto", ha dicho. ¿Qué importancia ha tenido el público en su vida y en su carrera como escritora y conferencista?

-Todo escritor quiere ser leído, pero ningún escritor controla quién lee su obra. Cuando digo que el arte está muerto sin un lector, observador u oyente, no me refiero al gran público. Me refiero a un individuo específico que toma una obra en sus manos. Argumento que el arte es intersubjetivo: nace entre una persona y un producto artístico y su éxito o fracaso depende de ambos. No existe una comprensión objetiva del arte. Cuando yo escribo o dicto una conferencia, guardo la esperanza de ser comprendida, pero no siempre sucede. Para ser honesta, hay mucha pocas personas que se han sumergido en tantas diversas disciplinas como yo. Esto significa que muchos conocen bien solo un tema, pero muy poco otros.

No solo el arte y literatura copan su vida. La neurociencia se eleva entre los intereses de esta intelectual, quien fue nombrada doctora Honoris Causa en tres universidades europeas entre 2012 y 2016.

En "La mujer temblorosa" de 2009, su investigación personal en psiquiatría y neurología sobre las jaquecas que la afectaron desde su infancia -y que nunca la han abandonado-, Hustvedt retrató sus migrañas y cómo estas influyeron en su existencia.

-La razón de su fascinación por la neurociencia comenzó con sus propias jaquecas. ¿Hay algún nexo entre este nuevo libro y esa experiencia? ¿Sufre todavía migrañas?

-Sí, yo me fasciné con mi propia condición, que no me fue diagnosticada hasta mi adultez, principalmente, por los cambios de percepción que acompañan el aura de una migraña: luces, alucinaciones, sensaciones peculiares. Estas aberraciones son muy útiles cuando uno piensa sobre el fenómeno de la percepción. Pero mi interés por la neurociencia sobrepasa mis experiencias personales: tuve que dominar el tema antes de escribir sobre él. Estoy muy interesada en lo que son los seres humanos y en las diversas disciplinas que enmarcan el tema. La literatura, la filosofía y la ciencia son parte de este puzle. Yo cuento la historia completa de mis migrañas en "La mujer temblorosa". Ahora las sufro en menor cantidad y las enfrento con técnicas de relajación profunda. Y es extraño cómo yo evoco a las jaquecas dolorosas de mi infancia: no como un dolor, sino como una parte interesante de mi vida.

"La ciencia me ha dado acceso a modos de pensamiento que antes estaban cerrados para mí. Me ha otorgado una mente más flexible y sintética, pero esto solo fue posible porque no es mi único modo de pensar", dice Siri Hustvedt. Afirma que su pensamiento es una continua danza entre una disciplina y otra, un atajo mental que anheló desde su juventud.

En medio de la factura de su nueva novela, "Then", dice:

-He sido una intelectual sólida por mucho tiempo. Pero jamás tomé mis aventuras intelectuales como algo ajeno a mi propia historia, que me gustaría continuar hasta el final de mi vida. Las buenas preguntas nunca terminan de contestarse. Estoy escribiendo una novela ahora, recién di cuatro conferencias en la Universidad de Tübingen, Alemania, y daré otra de neurología en Londres, en el otoño. ¡Mi doble vida continúa!


"He sido una intelectual sólida por mucho tiempo. Pero jamás tomé mis aventuras intelectuales como algo ajeno a mi propia historia", dice Siri Hustvedt.

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