jueves, 30 de agosto de 2007
M. Teresa Solinas Ivys
Economía y Negocios, El Mercurio
En la Fechipan, asociación que agrupa a las empresas, dicen que el 80% de ellas están quebradas. Pero no sólo eso: el alto precio de las materias primas y la mano de obra dejan sus ganancias por el suelo, por lo que un aumento en los precios es inevitable.
Argentina, Ecuador, Colombia y República Dominicana son sólo algunos de los países que están preocupados por el precio del pan. En todo el mundo, el alza del valor del trigo amenaza a la industria panadera y, más aún, a los consumidores.
Chile no es la excepción. Según el presidente de la Federación Chilena de Panaderos (Fechipan), Marcelo Gálvez, el panorama también es complejo en nuestro país.
Sólo con las especulaciones de un alza en el precio del producto, las ventas de la panadería que Gálvez maneja han disminuido en aproximadamente 10%. "Y eso que se supone que tengo que subir el precio a fin de mes", señala. Pero según dice, es un mal que esta industria arrastra desde hace tiempo y que hoy tiene al "80% de las panaderías en bancarrota".
¿Colusión?
Pero además de esto, una investigación de las autoridades por una supuesta colusión para fijar el precio del pan en $1.000, hoy los tiene preocupados.
Aunque rechazan las acusaciones, afirman que con el alza de la harina, un nuevo aumento en el precio del pan es inevitable. Es más, según datos del INE, sólo durante este año, el precio del kilo de pan corriente ha aumentado un 6,2% en promedio.
La visión del gremio es compartida por los expertos. Jorge Tarjizán, director de la Escuela de Administración de la Universidad Católica, es uno de ellos. Para él, "el aumento en el precio del pan más bien parece una respuesta a una fuerte alza de las materias primas".
Según el académico, hay factores del sector que hacen "muy improbable" una colusión. Entre ellos, enumera las bajas barreras a la entrada al mercado, el que las panaderías y los supermercados tengan distintos objetivos de venta, la existencia de varios productores por sector geográfico y una difícil capacidad de coordinación entre todos los actores.
Reinventarse o morir
Pero más allá de la acusación de colusión, el sector ha disminuido a la mitad el volumen de venta desde 1992, según cifras de la Fechipan.
Por eso, desde hace ya varios años la tónica ha sido ganar competitividad y diversificar la oferta para sobrevivir a la irrupción de supermercados y grandes cadenas de panaderías.
"Los productores más pequeños, por ejemplo, hacen pan de calidad y con gran surtido de pastelería y otros servicios, como pan a domicilio", explica Gálvez.
Es que la competencia es cada vez más fuerte. Actualmente, el 21% del mercado del pan pertenece a los supermercados, y el resto corresponde a panaderías, de las cuales el 98% son pymes.
"Los márgenes de ganancia han disminuido. Más o menos ganábamos el 16% y ahora estamos entre 8 y 10%", señala el líder del gremio. Lo cierto es que por el momento la situación no promete mejorar.
Según el gerente general de Comercializadora de Trigo S.A., Eduardo Meersohn, si el precio del pan dependiera sólo de las variaciones del trigo, este producto podría tener un alza de 12% en su valor.
Sin embargo, los productores de pan dicen que la incidencia de la harina en el precio del pan es de 40%, mientras que el resto corresponde a insumos, materias primas y mano de obra, que también han estado al alza.
Según datos entregados por la Fechipan, desde enero a la fecha, la harina ha subido cerca de 45%; las materias grasas, 45%; la mano de obra, 10%; y el diésel, 12%.
Alzas que -a juicio del gremio- justifican variaciones del precio del producto.
