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Los emplean en la Fundación Gantz, líder en Latinoamérica en tratar estos casos:

Cirujanos usan modelos 3D para aprender a operar a niños con labio leporino

lunes, 26 de diciembre de 2016

Alexis Ibarra O.
Vida Ciencia Tecnología
El Mercurio

La cirugía para reparar el paladar de niños de seis meses de edad ahora se puede practicar con prototipos que simulan todas las condiciones a las que se enfrenta el cirujano. De su éxito dependen el habla y la forma de comer del niño fisurado.



"Un aprendiz de piloto no vuela de inmediato un avión. Debe pasar por una etapa de aprendizaje y para hacer un vuelo realista usa simuladores virtuales que los ponen en distintas situaciones", dice el cirujano plástico Carlos Giugliano, director médico de la Fundación Gantz, institución que asiste y trata a niños con labio fisurado.

Giugliano usa esta comparación para mostrar la importancia del "Simulador Quirúrgico 3D", que permite que estudiantes de posgrado y cirujanos puedan practicar en un entorno controlado la difícil operación que repara el paladar de un niño con malformaciones congénitas. Fue diseñado por el canadiense Dale Podolsky, cirujano plástico quien además es ingeniero biomédico. Creó un dispositivo que recrea a la perfección las condiciones en que debe trabajar un cirujano en una operación real: el paladar fisurado con el hueso palatino seccionado en dos partes, dos úvulas (campanilla). Además, se recrean los seis músculos del área, las mucosas y hasta las arterias importantes. El aprendiz debe operarlo, tal como operaría a un niño.

"Esta es una de las cirugías más complejas. Para poder operar deben pasar tres o cuatro años de entrenamiento y 12 a 15 años para ser un experto. Por eso es tan importante una herramienta como esta, para entrenar a los profesionales sin tener que hacerlo con un paciente real", dice Giugliano.

El 9 y 10 de diciembre, una delegación de la fundación canadiense Transforming Faces y la empresa Simulare Medical estuvieron en Chile para mostrar este simulador y capacitar a una decena de profesionales en su uso. Ellos eran monitoreados con cámaras. Un software y la revisión de las grabaciones permitían conocer sus aciertos y errores.

"Para mí es difícil decidir que un niño sea operado por alguien que está en etapa de entrenamiento. Su vida futura depende del éxito de esta cirugía. Si no queda bien a la primera, es más difícil reparar el daño después", aclara. Las secuelas son dificultades en el habla (personas gangosas) y que, incluso, tienen dificultades para comer. "Dificulta mucho las relaciones personales y laborales en el futuro".

En el mundo, la tasa de cirugías en que el resultado no es óptimo es entre un 15% a 20%. En Chile, es entre un 6% y 10%. De ahí que la Fundación sea considerada un referente en la región y Chile fuera elegido por Transforming Faces para ser el tercer país en que se prueba esta tecnología, tras Canadá y EE.UU.

"Los profesionales que operaron con este modelo 3D quedaron fascinados, ya que recreó todas las condiciones reales, salvo el sangrado", dice Giugliano. Uno de estos simuladores quedó en Chile y espera que, cuando se fabriquen masivamente, la Fundación Gantz sea el laboratorio de capacitación en la región.

Mientras, Dale Podolsky ya está trabajando en su próximo desafío: un simulador del rostro completo, que emula la operación de labio y nariz, a la que también deben ser sometidos los niños con labio fisurado; en promedio deben pasar por unas cinco cirugías y 600 atenciones con especialistas.

452
niños, en promedio, nacen cada año con labio leporino en Chile.

8.500
pacientes ha atendido la Fundación Gantz desde su creación, hace 30 años.

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