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Destacó como la Lady Macbeth verdiana y Marie de "Woyzeck":

Adiós a la gran soprano chilena Claudia Parada

jueves, 15 de diciembre de 2016

Juan Antonio Muñoz H.
Cultura
El Mercurio

A los 85 años, ayer falleció la histórica cantante lírica , quien vivía en Italia desde la década de 1950.



Ninguna cantante lírica chilena puede exhibir la trayectoria de la soprano Claudia Parada, pues fue una artista que triunfó en el difícil mundo lírico de los años 50, en medio de las llamadas "voces de oro" de la ópera. Aunque su nombre es familiar para los aficionados chilenos, su carrera no es de dominio público. Solo por comenzar, cuatro siglos de música encontraron en su voz un canal. Eso, a la par de su intensa personalidad escénica, destacada en personajes tan distintos como la Lady Macbeth verdiana y la expresionista Marie de "Woyzeck".

Residente en Milán por seis décadas, su salud se había deteriorado en el último tiempo. La cantante falleció ayer en su casa de descanso en Cagliari. Tenía 85 años. "Estuve con ella hace muy poco y fue un lindo reencuentro. Admiré mucho a mi hermana, con quien vivimos juntas durante años. Ella decidió quedarse en Italia, porque fue allí donde hizo su carrera, fue aplaudida, reconocida y premiada", señala la gestora cultural Martiza Parada, quien confirmó que sus restos serán incinerados en Italia y que volverán a Chile, "como era su deseo", agrega.

Claudia Parada fue alumna de Clara Oyuela, quien le habría inspirado una "disciplina feroz". Nacida como Olinfa, audicionó para el maestro Erich Kleiber y fue él quien sugirió a la madre de Claudia y a su profesora la posibilidad de que fuese a estudiar a Italia. En Milán, se puso en contacto con Carmen Melis y con todos los maestros importantes, y después de unos meses se presentó al concurso del Teatro Nuovo de Milán, donde fue seleccionada para debutar como Nedda en "I Pagliacci" (Leoncavallo).

Poco a poco, empezaron a llegar contratos de teatros pequeños y otros importantes como Nápoles, Turín, Génova y Roma. Y desde ahí saltó a La Scala. La dirección del teatro le propuso dos funciones como Leonora de "La fuerza del destino", de Verdi, para la temporada de 1957. Los organizadores también le pidieron ser la sustituta de Maria Callas en "Anna Bolena" de Donizetti. Ese año, en La Scala cantó solo "La fuerza del destino", pero en 1958 fue llamada para "Un baile de máscaras", también de Verdi, obra con la que debutó oficialmente en dicho teatro.

Siguió Viena. Herbert von Karajan le pidió hacer "Un baile de máscaras", y él mismo la llevó luego a Berlín para cantar "El trovador" junto a Carlo Bergonzi. Desde entonces se sucedieron grandes escenarios y títulos difíciles: "Aida", "Nabucco", "Norma", "Don Carlo", "Fedora" (con Di Stefano, en Barcelona), "María Stuardo" (en La Scala), "La Favorita" (con Alfredo Kraus), "Charlotte" (en Parma, con Kraus), "Medea" y "La Africana" (en el Maggio Musicale Fiorentino, dirigida por Riccardo Muti).

Son los pasos iniciales en una carrera que alcanzó grandes alturas, sobre todo en Europa, como lo dimensiona Andrés Rodríguez, ex director del Municipal de Santiago. "Fue una artista muy completa, siempre dispuesta a reemplazar a Maria Callas cuando esta estuvo aquejada por problemas de salud. Claudia Parada fue una gran soprano lírica, dramática y terminó como mezzosoprano. Manejó el repertorio clásico y contemporáneo de una manera muy única. Fue una cantante que brilló en el bel canto , en roles como Norma, Anna Bolena y Charlotte".

Abanico abierto

Abarcó un amplio repertorio: desde Monteverdi hasta Richard Strauss ("Salomé"). También Britten ("Peter Grimes"), Berg ("Woyzeck"), Schostakovich ("Lady Macbeth de Mtsensk") y Janacek ("Jenufa"). Verdiana por naturaleza, recorrió Europa cantando Leonora de "El trovador", Elvira de "Ernani" y Lady Macbeth. Estuvo en muchas temporadas chilenas; entre los roles que interpretó destacan Mimí de "La Boheme"; Maddalena di Coigny, de "Andrea Chénier" (Giordano), en el debut en el país del tenor Plácido Domingo, y "Norma", de Bellini. Posteriormente, incursionó en el repertorio de mezzosoprano. Se retiró de los escenarios cantando el papel titular de "La Médium", de Giancarlo Menotti.

En 1995, reflexionando acerca del término de su carrera, declaró a "El Mercurio" que "a un artista puede deteriorársele su medio de expresión, pero la vida artística interior sigue creciendo. Eso no se acaba (...) De pronto uno decide dejar de cantar no porque ya no quiera hacerlo sino porque siente que no va a dar lo mejor de sí misma. La vida te va midiendo".

Consultada sobre si hubo algún papel que le hubiera gustado cantar y que nunca pudo hacer, apuntó al rol titular de "Carmen", la gitana de Bizet.

La noticia de su deceso repercutió de inmediato en el ambiente nacional. "Claudia Parada fue una artista tremendamente importante para Chile. Ahora a seguir sus pasos, su perseverancia, sus ganas. Ojalá Chile le haga un homenaje como le corresponde y valore su gran talento", señaló la mezzosoprano Evelyn Ramírez, mientras que la soprano Patricia Vásquez dijo ser admiradora de Claudia Parada: "Debuté con ella en 1967, en el Municipal de Santiago, en 'Andrea Chénier' junto a Plácido Domingo. Fue una experiencia extraordinaria en lo vocal y en lo humano".

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