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Entrevista a Peter Schechter, director del Centro para América Latina del Atlantic Council:

"En 2017 la incertidumbre y la inquietud aumentarán; hay tensiones que van a crecer"

sábado, 03 de diciembre de 2016

Alicia Tagle Crichton
Internacional
El Mercurio

El consultor dice que Latinoamérica está a destiempo con sus socios en Europa y EE.UU., que quieren cerrar sus puertas a la integración.



Comienza a cerrar un año marcado por noticias sorpresivas de impacto mundial, pero para Peter Schechter, director de Atlantic Council, no hay duda de que el triunfo de Donald Trump en las elecciones estadounidenses fue el hecho más relevante. Su gobierno se convertirá en un punto de inflexión que, según el experto, hará que la incertidumbre siga creciendo, sobre todo cuando Occidente se está cuestionando cosas tan existenciales como la globalización.

El consultor internacional, que ha asesorado a jefes de Estado de distintas partes del mundo, lidera la sección para América Latina en el prestigioso centro de estudios basado en Washington DC y aseguró en entrevista con "El Mercurio" que la región va por el camino correcto. En el marco de un foro realizado por la consultora ABECEB en Buenos Aires, afirmó que los mandatarios latinoamericanos están entendiendo que el crecimiento y la integración permitirán hacer frente a las urgencias sociales.

-Este año hemos visto el triunfo del Brexit, de Trump, el impeachment en Brasil y la derrota en las urnas del proceso de paz en Colombia. ¿Cómo catalogaría lo que se está viviendo a nivel internacional?

"A esta lista tienes que añadir este domingo la derrota del referéndum del Primer Ministro Matteo Renzi en Italia. Hay varios ejemplos de lo que claramente es una crisis de cuestiones existenciales en Occidente. Inicialmente la gente pensaba que esto se estaba produciendo en Europa por la falta de crecimiento. Pero es mucho más arraigado y mucho más complicado.

Una parte se debe a la globalización, que está creando malestares económicos, que tienen que ver con inequidad en la sociedad, seria y creciente, y con una falta de crecimiento, en particular, en países de Occidente, pero también de Asia. Lo que está claro es que no vamos a volver a ver las tasas de crecimiento que vimos hace 10 años.

Después, hay una sensación de que muchas de las cosas que la gente tenía como seguras de repente se vuelven inseguras; los enormes movimientos rápidos de opinión dejan a la gente incómoda y molesta. En Estados Unidos hace cinco años había una gran mayoría en contra del matrimonio gay y cambió completamente por la rapidez de las comunicaciones. La rápida aceptación de la mujer como líder, los hispanos que empiezan a entrar mucho y dominar en términos de lengua. Es una sensación de perder la sociedad que ellos conocen".

-¿Qué viene ahora y qué tan difícil será superar la incertidumbre?

"La incertidumbre va creciendo y las políticas del nuevo gobierno norteamericano la van a aumentar. Donald Trump ha sido elegido para ser una marioneta de los políticos de ayer. Va a hacer cambios y va a romper con algunas cosas que hemos tenido. Las conexiones comerciales van a disminuir".

-¿Qué tanto puede afectar el triunfo de Trump a América Latina y su integración?

"Estamos en un momento en el cual a América Latina le está faltando un poco de sincronización. Ha pasado por una década de populismos nacionalistas y justo ahora ha decidido deshacerse de ellos. Quiere ser más integrada y conectada con las cadenas de valor internacionales. Pienso en Brasil y Argentina, y lo ha confirmado Perú. Esto ocurre exactamente cuando los socios de Latinoamérica han decidido que no quieren globalizarse y quieren cerrar sus puertas.

Hay cosas que podemos decir con más seguridad: entre México y EE.UU. van a aumentar las tensiones. La otra cosa que sabemos es que hay gente alrededor de Trump que a toda costa quiere deshacer los logros que el Presidente Barack Obama ha construido con Cuba. Un tercer tema, del que estoy menos seguro, es Colombia. El Presidente Obama ha apoyado al Presidente Juan Manuel Santos y todos los intentos de forjar una paz estructurada con las FARC. Yo siento que el Presidente electo de EE.UU. se acerca mucho más a la posición del ex Presidente Álvaro Uribe".

-¿A qué se debe la creciente visita de los líderes asiáticos a la región? ¿Cree usted que seguirá aumentando su presencia tras el triunfo de Trump?

"El triunfo de Trump y la poca importancia relativa que dará a América Latina, junto con sus dudas sobre cualquier tratado de comercio y las tendencias naturales de todos los latinoamericanos de ser solidarios con México, harán que la región quede bastante abajo en el ranking de las prioridades de la nueva administración. Esto da a los países asiáticos, y a China en particular, una oportunidad extraordinaria para profundizar sus lazos con la zona, para buscar inversiones y hacer negocios.

Yo creo que también da a empresarios latinoamericanos una oportunidad de entrar donde antes no podían. La gente va a tener mucho cuidado de comerciar con Estados Unidos, por lo menos al principio, hasta que las cosas se aclaren".

-¿Qué espera para 2017?

"Creo que 2017 va a ser un año extremadamente importante. Podemos acabar donde empezamos y en vez de calmarse las cosas, se agitarán. La incertidumbre y la inquietud aumentarán. Tendremos tensiones que van a crecer, entre México y EE.UU., Ucrania y Rusia, Irán y Arabia Saudita, Corea del Norte".

-¿Qué estrategia debe seguir ahora América Latina para seguir en su camino al desarrollo y lograr mayor integración?

"Cuando yo digo que América Latina está a destiempo con sus socios occidentales no quiere decir que está por el rumbo equivocado. Está en un muy buen momento, y aunque los titulares pueden ser contenciosos, yo creo que las tendencias están exactamente en el rumbo correcto.

Yo pienso que hoy tenemos presidentes que entienden que sin crecimiento y sin mayor integración entre las economías latinoamericanas no pueden mejorar la educación, la salud, la infraestructura, la vivienda. Moisés no vino con las tablas y dijo que Latinoamérica está condenada al subdesarrollo por el resto de la historia. No está en el ADN de los latinoamericanos ser subdesarrollados".

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