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El Mandatario electo anunció que el 15 de diciembre revelará su plan de traspaso de las empresas:

Trump promete retirarse de los negocios, pero será difícil que evite los conflictos de interés

jueves, 01 de diciembre de 2016

Francisca Maturana Torres
Internacional
El Mercurio

El republicano aclaró que aunque no está "obligado por ley" a dejar su imperio, considera que "es visualmente importante, como Presidente", no tener problemas relacionados con este aspecto. Su vocera de campaña adelantó que sus hijos tomarán el control.



Con negocios en más de 18 países, principalmente en el sector inmobiliario, no hay ningún Presidente de EE.UU. que haya llegado a la Casa Blanca con un imperio tan grande y con tantos contactos internacionales como Donald Trump. Y aunque el republicano prometió ayer que abandonará "por completo" sus negocios para centrarse en el gobierno, el posible conflicto de interés que generará su doble rol como empresario y Jefe de Estado aún genera dudas.

"Dejaré mi gran empresa para centrarme totalmente en gobernar el país para HACER A ESTADOS UNIDOS GRANDE DE NUEVO", tuiteó Trump. "Aunque no estoy obligado a hacer esto por ley, siento que es visualmente importante, como Presidente, no tener de ninguna manera conflictos de interés con mis diversos negocios". Se están "elaborando (los documentos legales) para sacarme completamente de las operaciones comerciales. ¡La Presidencia es una tarea mucho más importante!".

El anuncio fue cuestionado de forma inmediata por expertos legales y de ética en Washington, que aseguran que las palabras del empresario no sugieren que tomará suficientes medidas para eliminar los problemas que podría traer su vinculación al conglomerado de negocios, llamado Trump Organization.

El Presidente electo aseguró que ofrecerá detalles de este plan de alejamiento el 15 de diciembre en Nueva York, junto a su familia. Sin embargo, la vocera de campaña Kellyanne Conway adelantó que serán sus hijos adultos, Donald Jr., Eric e Ivanka, los que tomarán el control de su imperio. Pero eso no parece una buena solución.

"Va a ser casi imposible que Trump se aleje de sus innumerables conflictos de intereses. En vez de establecer sus negocios en un fideicomiso ciego -como los presidentes anteriores-, ha elegido imprudentemente confiarlos a su familia, que simultáneamente desempeñará papeles prominentes en su nueva administración", dijo a "El Mercurio" Thomas Whalen, profesor de la Boston University.

De las 515 empresas en las que Trump ha participado como ejecutivo, 268 llevan su apellido, y esto podría influir en las relaciones bilaterales. El republicano es propietario de hoteles y campos de golf que van desde Panamá a Escocia, y tiene otros negocios como ropa, acciones de Facebook, una agencia de modelaje, etc.

De acuerdo a sus cálculos, su fortuna tiene un valor de US$ 10 mil millones, aunque agencias independientes la avalúan en entre 3 y 5 mil millones. Difícil saber cuál estimación es la más acertada porque Trump se negó a mostrar su declaración de impuestos durante la campaña.

El republicano -que anunció renunciará a su sueldo- podría ver crecer su riqueza gracias a la Presidencia, lo que se teme influiría en sus decisiones en materia fiscal, de política exterior y de seguridad nacional. El problema es que aunque en EE.UU. hay reglas para prevenir estos conflictos en la rama ejecutiva, el Presidente y el Vicepresidente están exentos. Y Trump ha tomado en serio este punto.

"La ley está totalmente de mi lado. El Presidente no puede tener un conflicto de intereses", afirmó la semana pasada a The New York Times. "En teoría podría seguir con mis empresas y gobernar perfectamente", dijo.

Reuniones bajo la lupa

Desde la elección sobre cada paso que Trump ha dado sobre sus negocios ha estado bajo la lupa. El temor es que algunos traten de "ganar puntos" con el Presidente electo. The Washington Post señala que las reservas en el Hotel Trump Internacional de la capital -inaugurado durante la campaña- aumentaron como una forma deliberada de los extranjeros de demostrar su apoyo al nuevo gobierno.

La conducta podría repetirse en otros países donde Trump tiene propiedades. De todas formas, este mismo hotel podría verse perjudicado por la elección, debido a que existe una cláusula contractual que impide la participación financiera de "funcionarios electos" en el negocio. El edificio es una antigua sede de correos que el empresario remodeló.

Otra polémica poselectoral fue la cita que el republicano mantuvo días después de ganar con ejecutivos de bienes raíces indios, que construyen un complejo residencial de lujo en Mumbai con el apellido del Presidente electo.

La Trump Organization señaló que solo querían felicitarlo. Pero el diario indio The Economic Times citó a esos empresarios diciendo que conversaron sobre la posibilidad de expandir una sociedad conjunta.

Finalmente, "siempre que EE.UU. tenga un objetivo de política exterior o un interés de seguridad nacional que discrepe incluso ligeramente de lo que quisieran hacer los países donde Trump tiene negocios, eso representaría un serio conflicto para él", dijo a "El Mercurio" Laurence Tribe, profesor de derecho constitucional de la Universidad de Harvard.

Otras dudas las han generado sus hijos. Ivanka, la hija mayor del millonario y ejecutiva de la organización, no solo participó de la reunión que el Presidente electo mantuvo con el Primer Ministro de Japón, Shinzo Abe, sin que se explicara por qué. También fue cuestionada por usar el triunfo de su padre para el beneficio de sus negocios, luego que en la primera entrevista que dio Trump en TV promoviera una pulsera de oro y diamantes de su línea de joyas y que cuesta US$ 10.800. El rol de su familia es aún difuso, incluyendo a su yerno Jared Kushner.

Sin recibir préstamos

Más allá de sus activos, el problema podrían ser los regalos y préstamos. Poco después de llegar a la Presidencia, Barack Obama tuvo que recurrir a la justicia debido a un posible conflicto de interés con un gobierno extranjero. Obama quería saber si podía aceptar el Premio Nobel de la Paz, que lo da Noruega. Es que hay una Cláusula Emolumentos, que señala que los presidentes no pueden recibir una compensación por sus trabajos o servicios "de cualquier clase que sea, de cualquier rey, príncipe o Estado extranjero", a menos que el Congreso lo acepte. Otro problema para el republicano.

Las empresas de Trump tienen múltiples acreedores internacionales, desde el Banco de China hasta el Deutsche Bank. La institución del gobierno chino concedió hace un tiempo un préstamo de US$ 950 millones para un grupo de empresas, entre ellas una de Trump, que se llevó el 30%. Podría haber problemas para el republicano si sus negocios reciben este tipo de ayuda mientras está en la Casa Blanca.

"No hay manera de que Trump pueda evitar serios problemas constitucionales durante su mandato si no separa de manera clara y completa sus intereses comerciales de su papel de Presidente", dijo Tribe.

El republicano nombró la semana pasada a Donald F. McGahn como consejero de la Casa Blanca, un abogado político experto en ética gubernamental que debe ayudarlo con este tema. Habrá que ver en qué consiste su plan de distanciamiento, sobre todo si Trump quiere evitar un juicio por sus intereses, como algunos ya prevén.

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