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Jorge Edwards, ex diplomático en Cuba, Premio Cervantes y autor de "Persona Non Grata":

"Después de un paréntesis de cincuenta años, van a volver a una economía capitalista"

domingo, 27 de noviembre de 2016

Pablo Obregón Castro
Nacional
El Mercurio

El balance que hace de cinco décadas de castrismo es categórico: "Desde el punto de vista económico, no resultó; desde el punto de vista cultural, para qué decir. Cómo se puede decir que ha resultado una revolución que lo primero que hace es censurarlo todo. Lo que creó el castrismo es miedo".



Fue en 1971 cuando el Presidente Salvador Allende lo nombró encargado de Negocios de la embajada de Chile en Cuba. Duró muy poco tiempo en el cargo. Apenas tres meses pasaron para que el régimen de Fidel Castro lo declarara persona non grata . Jorge Edwards recuerda que tres días fueron suficientes para darse cuenta de lo que pasaba: "Si esto lo hacen en Chile, yo voy a ser de los primeros exiliados; esto, para mí es inaguantable, vigilancia total, miedo. Cuando se hablaba de Fidel Castro entre los intelectuales, nunca se decía Fidel, sino que se hacía un gesto tocándose la barba".

Fue entonces cuando el escritor chileno -ganador del Premio Cervantes en 1999- decidió escribir su experiencia como diplomático en La Habana, libro titulado precisamente "Persona Non Grata", que salió a la luz en 1973.

-Fidel Castro miraba con desconfianza a los intelectuales. Sin embargo, muchos peregrinaron a Cuba para rendirle homenaje. ¿A qué lo atribuye?

"Hubo intelectuales con un sentido crítico frente a Fidel y el mejor ejemplo de eso es Octavio Paz. Hubo intelectuales que en el fondo lo criticaban, pero que no se atrevían a hacerlo en la forma: Pablo Neruda. Después, hubo intelectuales ingenuos. El mejor ejemplo fue Julio Cortázar. Era un momento en que todo el mundo tenía que ser revolucionario. Yo conté ese proceso en una novela que se llama "Los Convidados de Piedra" (1978), que se olvidaron de ella, porque yo soy todavía persona non grata . La censura que ejerce la izquierda intelectual contra cualquiera que dice algo diferente es muy fuerte".

-¿Cuál es el principal logro de Fidel Castro?

"Fidel logró una cosa en su vida. ¿Sabe lo que logró Fidel? Logró durar, porque en la economía cubana dejó la crema. Esa economía no era tan mala, ese es un mito. Cuba tenía el tercer ingreso per cápita de América Latina antes de la Revolución; ahora, la gente gana veinte dólares mensuales promedio. Desde el punto de vista económico, no resultó; desde el punto de vista cultural, para qué decir. Cómo se puede decir que ha resultado una revolución que lo primero que hace es censurarlo todo. Lo que creó el castrismo en Cuba es miedo".

-El propósito de la Revolución Cubana era construir un hombre nuevo, movido por incentivos morales. Si uno va a la isla hoy, ve un pueblo ávido de conseguir dinero, a veces a toda costa.

"El Ché decía: 'hay que mover la economía solo por estímulos morales'. Pero si a uno no le pagan, qué estímulos morales. Cuando yo estuve, la gente hacía trabajo voluntario el domingo, pero era el trabajo menos voluntario que hay, porque si una persona no se presentaba a hacer el trabajo voluntario, era tachada, era un contrarrevolucionario, era un gusano. Cuando fui encargado de negocios invité a un gran escritor chileno, que era un viejo militante comunista: Francisco Coloane. Era una reunión en que estaban los funcionarios cubanos. Y Coloane, ya al medio del almuerzo y con sus buenas copas, dijo: 'yo encuentro que aquí uno es un héroe o es un perfecto hipócrita, y yo creo que lo que abunda en Cuba son los hipócritas'. Era evidente, pero no se podía decir".

-¿Cómo se portó Allende cuando usted entró en conflicto con los cubanos?

"Pésimo, quería que me echaran. Neruda me defendió. El que se portó sorprendentemente bien fue Clodomiro Almeyda, que era ministro de Relaciones. Don Cloro, que era un hombre que estaba a la izquierda de Allende, me dijo 'mire, la única pelea seria que he tenido con el Presidente Allende es por usted, porque él me pidió que le aplicara sanciones administrativas y yo le dije 'oiga, Presidente, yo no puedo sancionar a un funcionario chileno antes de oírlo".

-Neruda se portó bien con usted porque él tampoco tuvo una relación muy fluida con Fidel. En 1959, en Caracas, Fidel incluso zamarreó a Neruda...

"Neruda y Fidel no se entendían nada. Neruda había estado en la República española, conocía lo que era eso y decía 'es demasiado izquierdista esta revolución y va a terminar mal'. Fidel hizo que los intelectuales escribieran una carta contra Neruda y él no lo perdonó".

-¿Hacia dónde cree que avanza Cuba?, ¿hacia un capitalismo a la china, hacia una dinastía a la norcoreana?

"Después de la muerte de Fidel, va al capitalismo. Todas la medidas que ha tomado Raúl son de apertura económica. Una cosa muy simple: antes se admitía que los paladares (restorantes cubanos) tuvieran quince asientos, bueno, con Raúl pueden tener cien asientos. Conozco a los dos personajes, conozco bastante a Raúl, y estaba Fidel de atrás frenando. Van a llegar a una conclusión bien triste: que durante cincuenta años han frenado el proceso y después de cincuenta años vuelven a lo mismo. Hay muchos vetos y censuras que sin Fidel disminuyen, aumenta la posibillidad de libertad (...) el mercado controlado ha producido en Cuba una situación de semimiseria. Una amiga muy castrista me dijo una vez en París 'oye, creo que tú quizás tienes algo de razón, porque antes Cuba estaba lleno de prostitución, pero ahora he visto que incluso las doctoras y las profesoras de universidades se prostituyen, porque nadie puede vivir con lo que tienen. Ahora se va a llegar a la conclusión de que después de un paréntesis de cincuenta años, van a volver a una economía capitalista. Lo que hay que esperar es que sea un capitalismo sin salvajismo".

-¿Qué le parece la reacción de la izquierda chilena ante la muerte de Fidel? Bachelet señaló que Fidel fue "un líder por la dignidad y la justicia".

"Cuando va Michelle Bachelet en su primer período, Alejandro Foxley, ministo de RR.EE., me dice 'tú tienes que venir con nosotros'. Yo le dije 'mira, hay una feria del libro en Cuba y hay un libro mío censurado'. Si a mí me dejan firmar en la feria del libro 'Persona Non Grata', voy. Nunca más me hablaron, mudos. Chile aceptaba una censura castrista. Entonces, qué tiene de extraño que Fidel mueva un dedo, llegue corriendo Bachelet y Fidel le diga que les devuelva el mar a los bolivianos. La izquierda chilena es muy frágil, piensa mal, no tiene cultura".

-En los años setenta, ¿Fidel ya tenía conciencia de su condición de "santo" de la izquierda latinoamericana?

"Total. Tenía conciencia (...) Neruda tenía una conciencia al revés: de ser él santo pero no creyente. Era un cardenal de la iglesia comunista, pero un cardenal ateo. Estaba lleno de dudas al final".

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