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José Miguel Insulza, ex canciller y ex secretario general de la OEA:

"No me llevé muy bien con Hillary, pero habría votado a ciegas por ella"

domingo, 13 de noviembre de 2016


Reportajes
El Mercurio

"Me preocupa cuando leo que hay gente que piensa que en esta elección no se jugaba tanto; están equivocados", dice quien durante los últimos diez años conoció y convivió con los círculos de poder en Washington. Pilar Vergara y M. Soledad Vial



El agente chileno ante La Haya y precandidato presidencial debe ser el chileno que más conoce los vericuetos del poder en Washington, porque... él mismo ha pertenecido a ese círculo "dorado".

Durante los diez años que vivió en la capital norteamericana -desde 2005 hasta el pasado, como secretario general de la OEA-, José Miguel Insulza fue un personaje de las "ocho manzanas" washingtonianas, con oficina a escasas cuadras de la Casa Blanca, y con tráfico permanente con sus habitantes y los del Capitolio.

El nuevo Presidente de los Estados Unidos nunca fue de ese mundo, y por eso a Insulza no le tocó conocer a Trump. Con Hillary Clinton, en cambio, no solo interactuó, sino que tuvo desavenencias constantes y bulladas.

Hoy, sin embargo, reconoce que "habría votado a ciegas por ella"; porque sus expectativas para el gobierno que viene no son para nada auspiciosas. Y no comprende por qué hay gente acá que está reaccionando con paños fríos... "como si diera lo mismo; y no da lo mismo".

"Uno conoce solo las cosas más estridentes de Trump"

-Con ese privilegiado background que le da conocer a los personajes de esta trama, ¿cuál es su perspectiva sobre la era Trump?

-A mí, lo que me preocupa es que cuando leo los diarios acá en estos días, mucha gente trata de pensar que en realidad no pasó tanto. Y este es uno de los casos de aquellas elecciones en que no daba lo mismo.

Destaca el sensible tema de la circulación de armas, que Hillary pretendía, "tímidamente", limitar, por lo menos para las ametralladoras, y de lo cual Trump no es para nada partidario. "Para legislar sobre el uso de armas en las casas hay que tener mucha fuerza, y es difícil, porque el lobby es tremendo. Hoy, cualquiera puede comprar un fusil de repetición que dispara centenares de tiros por minuto y eso es legal. Entonces, en Texas, muchos señores trafican en eso gracias a señoras dueñas de casa que compran un arma cada tres semanas -lo legalmente posible- y después las exportan hacia México".

El análisis de Insulza continúa con el tema de las migraciones. "Aunque durante Obama se echó más gente indocumentada del país que en cualquier gobierno anterior, ahora las leyes migratorias se van a aplicar todavía con más fuerza, y eso se va a notar".

Y suma y sigue.

Porque en materia de comercio internacional, piensa que más vale dar por muerto el TPP, y en general los tratados internacionales serán revisados y redimensionados. Y la rebaja de impuestos, aunque a su juicio no tiene fundamento económico, también se va a hacer y se va a notar. No le cabe duda de que va a haber una reducción de la participación norteamericana en los organismos internacionales, puesto que la gente de Trump es muy negativa respecto de las organizaciones tipo ONU. "El discurso de que se gasta mucha plata en defender a gente que no está dispuesta a poner su propia plata para ser defendida va a funcionar".

-¿Usted piensa, entonces, que la mayoría republicana en el Congreso va a seguir ciegamente a Trump y todo le va a resultar?

-Uno conoce las cosas más estridentes de Trump. Que va a construir el muro, que va a echar a todos los indocumentados, que les va a impedir entrar al país a personas de algunos países árabes, y tal vez esas cosas sean las más difíciles de hacer, y no sean aquellas para las cuales va a tener mayoría en el Congreso. Pero para ciertos cambios radicales va a tener mayoría, como para terminar con la ley de salud de Obama. En política exterior, es difícil que lo acompañen los republicanos, pero es posible que se exija esfuerzos compartidos a los aliados. Si quieres que te mande soldados, tienes que poner la plata, porque Estados Unidos no la va a poner más. Eso, desde el punto de vista del Congreso, puede no ser muy aceptable, puesto que reducir el gasto militar en un país como Estados Unidos presenta problemas económicos. Pero, en todo caso, lo suyo es preocuparse menos de lo que pasa en el mundo y más de la cosa interna de EE.UU.

"Hay zonas industriales donde la gente ha perdido mucho"

-Bueno, ¿y qué pasó? ¿Por qué los estados demócratas dejaron de serlo y pasó lo que nadie creía que iba a pasar?

-Mi interpretación está en la desigualdad. En Estados Unidos ha habido un aumento muy sustantivo de la desigualdad: hay muchos más millonarios que antes y muchos más pobres que antes. Y lo que ha ido desapareciendo son los sectores medios. En algunos estados, quienes habían hecho su vida de manera independiente, trabajaban en una fábrica, en una oficina, tenían empleo estable y una buena jubilación, comenzaron a perder todo eso. Eso pasó en estados donde hay zonas industriales abandonadas en que la gente ha perdido mucho; entonces, tienden a rechazar los acuerdos de libre comercio. Miremos dónde ganó Hillary: Nueva York, California, donde están el progreso y el desarrollo tecnológico. En cambio, perdió en Ohio, Michigan, Wisconsin, Pensilvania.

-¿Por qué la desigualdad hace ganar a un multimillonario?

-Eso tiene que ver con la idiosincrasia de la parte norte del mundo, donde demostrar tu riqueza tiene que ver con el desarrollo cultural e incluso religioso. El protestantismo postula que mientras mejor te vaya en este mundo, es una mejor señal de que Dios te tiene elegido para ir al Cielo. Pero alguna vez, la izquierda tendría que preguntarse por qué el discurso antiglobalizador es mejor aprovechado por la extrema derecha.

-¿No cree que lo que funcionó fue el discurso populista de Trump?

-El discurso fue populista, por cierto. "Hagamos grande a América" hizo sentido, porque siendo EE.UU. un país tremendamente rico, la gente tiene la impresión de que ha habido un tremendo retroceso en las carreteras, en la educación, que muchas cosas han ido deteriorando las condiciones de vida; la culpa se la echan a la globalización y a los extranjeros que se quedan con las plazas de trabajo.

Hillary, "dura pero muy efectiva"

-Ya quedó escrito que Hillary fue una mala candidata, ¿lo ve así?

-Ella es una persona inteligente, aguda, tremendamente preparada y muy franca. Recuerdo que me senté al lado suyo cuando vino como esposa de Bill Clinton, y sabía más de Chile que el resto de la delegación. A veces, todas estas virtudes no son suficientes para ser elegido Presidente.

-Como secretaria de Estado, sus "encontrones" con ella en la OEA fueron constantes y publicitados.

-Efectivamente, tuve con ella una relación relativamente compleja, por algunas cosas que se hacían en la OEA. La OEA siempre fue de EE.UU. y ha sido difícil para ellos aceptar que exista una democracia o pseudodemocracia. Yo no creo haber hecho una OEA antinorteamericana ni tampoco a favor. Pero voy a decir dos cosas respecto de Hillary: es una persona de difícil trato, dura, pero al mismo tiempo tremendamente efectiva. Por ejemplo, a ella no le gustaba nada el levantamiento de las sanciones a Cuba que hicimos el año 2009, pero cuando comprendió que había que hacerlo, colaboró muy eficazmente. No me llevé muy bien con Hillary, tampoco tan mal como se dice, pero habría votado a ciegas por ella. Estoy convencido de que habría sido mejor Presidenta de Estados Unidos".

-Llamó la atención la forma como el Presidente Obama y su mujer se involucraron en la campaña de Hillary, hasta dejar de ser "el Presidente de todos los norteamericanos". Aquí eso no pasa...

-Pero allá no llama la más mínima atención. Cuando hay elecciones parlamentarias, lo habitual es que el Presidente se traslade en el US Force One para apoyar a los candidatos de su partido, y nadie se va a escandalizar.

"El establishment no puede parar a un candidato a primarias"

-Ahora queremos preguntarle, no al conocedor de Washington, sino al "Pánzer": ¿qué posibles reflexiones compartidas ve entre la elección norteamericana y la temporada de campañas presidenciales que se abrió en Chile?

-Hay una gran diferencia. En Estados Unidos, como estado federal, cada estado organiza su elección como le parece, tiene su método establecido hace 100 años, y aceptan sus resultados, los respetan, aunque no les gusten. El sistema de partidos es fuerte y al mismo tiempo el establishment no tiene condiciones para parar a un candidato que va en las primarias. Si nadie quería a Trump, pues. Si los republicanos se hubieran podido operar de él, lo habrían hecho. Pero el señor ganó y eso fue respetado. Aquí estamos recién empezando con las primarias. Además, tenemos un sistema multipartidista y allá es un bipartidismo fuerte; por lo tanto, aplicar criterios norteamericanos aquí es difícil.

-Otra pregunta para el "Pánzer". Allá, la campaña llamó la atención por agresiva y violenta. Aquí, en cambio, está instalada la idea, después del Sí y el No, que tienen que ser alegres y positivas, y que la población chilena rechaza las descalificaciones.

-El tono, a mí me escandalizó por la agresividad del debate, pero no siento que eso tenga repercusión. Lo que tiene repercusión es que los jóvenes le temen al discurso de Trump; en la interna, la gente sabe que van a pasar cosas, por eso están atemorizados. La cultura política es distinta. El Presidente de Estados Unidos puede ser atacado por TV por el candidato -como lo hizo Trump- con una mentira, y cuatro días después es recibido en la Casa Blanca. La señora Clinton plantea que Trump tiene derecho a que se le dé una oportunidad, después de que se sacaron la mugre. También es distinto el tema de la plata para las campañas: se puede dar toda la que se quiera, pues la Corte Suprema derogó los límites al gasto electoral.

-¿Hay algo con el personaje extrasistema?

-Eso hizo a Trump atractivo para toda la gente que está enojada con el establishment , que sienten que esta sociedad les jugó sucio y que todos los que se enriquecieron son parte de eso. Pero en EE.UU. hay un sistema que impide hacer barbaridades; si se manda un numerazo, hay un procedimiento de destitución. Eso aquí no existe.

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