"Prometo que seré el Presidente de todos los estadounidenses". El tono conciliador del primer discurso que Donald Trump dio como Presidente electo de Estados Unidos estuvo lejos de la polémica y las descalificaciones que caracterizaron los últimos meses de campaña. Y abrió la interrogante sobre qué se puede esperar para los próximos cuatro años del liderazgo de un personaje autoritario, que ha sido tachado de racista, xenófobo, machista y antisemita. Pese a los anticuerpos que genera en muchos, el atractivo de Trump, para quienes votaron por él, radica precisamente en su autoritarismo. "Una personalidad autoritaria se caracteriza por definir el mundo en blanco o negro, sin matices; tiene un pensamiento categórico y tiende a ver la vida como una lucha de todos contra todos, donde se impone el más fuerte", explica el sociólogo Luis Gajardo, académico de la Escuela de Sociología de la Universidad Central. "Una personalidad de ese tipo puede resultar bastante atrayente en tiempos en que priman la incertidumbre, el miedo y la inseguridad a nivel social y financiero", agrega. Y parte del voto fuerte de Trump fue el ciudadano medio estadounidense, que en los últimos años viene padeciendo todas esas situaciones. Es decir, los votantes buscan a un líder fuerte que los haga sentir seguros. Lo que se quiere oír "La personalidad de Trump tiene rasgos narcisistas e histriónicos que le permiten mostrarse empoderado y con un discurso que incluye frases que dan miedo y que a la vez encantan a sus seguidores, porque es lo que quieren oír. Es similar a un líder de una secta religiosa", afirma el doctor Paul Vöhringer, psiquiatra e investigador del Instituto Milenio para la Investigación en Depresión y Personalidad (Midap). "El problema es que los líderes políticos, empresariales y de medios de comunicación de hoy están 'metidos en sus castillos', mirando hacia adentro de sus pequeños mundos. Son los que siempre están hablando en los medios y que hablan más de lo mismo", opina Eduardo Águila de Ramón, experto en coaching y director del Centro de Creatividad e Innovación para el Liderazgo, de la Universidad Finis Terrae. Donald Trump viene de afuera, agrega, y conoce mejor al ciudadano de a pie, a la gente que era su objetivo y que lo eligió. Ahora, después de una campaña virulenta que acaparó la atención mundial, muchos se preguntan qué se puede esperar de un líder con su personalidad. Lo que viene El llamado a la calma y a la unidad que realizó luego de su victoria, para algunos, es una muestra de la moderación que podría caracterizar sus acciones una vez que asuma el poder. Pero para otros, su "megalomanía y narcisismo" se lo impedirá. "Trump dijo cosas que nadie se atrevería a decir; pero una cosa es el candidato y otra es asumir el rol de Presidente de la nación más poderosa del mundo", precisa Gajardo. "Cuando las personas asumen roles, tienden a adecuarse a las características que eso les exige -agrega-. Uno podría suponer que Trump terminará adecuándose a cómo funciona la política y buscará consensos". Además, agrega el sociólogo, tendrá a toda una institucionalidad que debe vigilar lo que hace el Presidente y frenará cualquier decisión que surja de arranques emocionales. "Puede que recurra a amenazas, pero no va a tomar decisiones extremas". Aun así, su personalidad va a influir y se va a notar, opina. Su discurso tras la victoria da señales de ello: "Vamos a llevarnos bien con el resto de las naciones que quieran llevarse bien con nosotros". Algo parecido cree Águila que sucederá. "Él ya cumplió su primera fase del líder duro que conquistó a quienes lo hicieron triunfar. Ahora, por su ego, va a tratar de figurar intentando ser el mejor y más empático, para conquistar más gente". Una mirada menos optimista es la que tiene Fernando Estenssoro, director del Instituto de Estudios Avanzados (IDEA) de la U. de Santiago. A su juicio, Trump no se moderará. "No se moderó cuando era precandidato presidencial, y al llegar a la Presidencia, su estilo se va a acentuar". Vöhringer concuerda: "Ahora se puede esperar lo inesperable", sentencia. Incluso, al tener al e stablishment republicano en su contra, podría llegar a fraccionar el partido y crear su "Trump party". Es más, opina, no sería extraño que este triunfo genere un efecto similar en otros lugares del planeta. Según Estenssoro, puede "potenciar que aparezcan sujetos de esas características en Chile y otros países. Este fenómeno se llama 'demostración' y va a ocurrir. No faltarán los Trump del Tercer Mundo", augura. ''Es hora de que nos unamos como un solo pueblo, de que EE.UU. cierre las heridas de la división (...). Para los que han elegido no apoyarme en el pasado, que ha habido algunos, les extiendo la mano para que me ayuden y me orienten, para que podamos trabajar juntos y unificar nuestro gran país". ''Construiré un muro magnífico y no saldrá caro. Lo haré en la frontera sur y haré pagar a México por él". ''Este país necesita ser manejado por alguien que entienda cómo se hacen negocios". Tengo a la gente más leal. Podría disparar a gente en la Quinta Avenida y no perdería votos".
DONALD TRUMP,
Discurso en el Hotel Hilton de Nueva York, en la madrugada de ayer, tras anunciar su victoria en las elecciones presidenciales
DONALD TRUMP
Frases dichas durante su campaña.