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Debate Reacciones a la entrevista del ministro Ottone a Artes y Letras:

Temblor en el arte contemporáneo chileno

domingo, 30 de octubre de 2016

CECILIA VALDÉS URRUTIA
Artes y Letras
El Mercurio

La política del ministro Ernesto Ottone de dar como año de inicio 1967 para el nuevo Centro de Arte Contemporáneo de Cerrillos, encendió las alarmas en el mundo del arte y la cultura. Artistas, investigadores y gestores se pronuncian sobre un eventual reordenamiento cronológico del Museo Nacional de Bellas Artes, de acuerdo a criterios poco ortodoxos y sin mayor consulta.



El domingo pasado se produjo un remezón, y no precisamente por las elecciones municipales. Uno que concierne al mundo del arte y el patrimonio. Se trata de las declaraciones del ministro del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes, Ernesto Ottone Ramírez, dadas a estas páginas en cuanto a que el Museo Nacional de Bellas podría cortar su colección en 1967, fecha definida para iniciar la política curatorial del recién inaugurado Centro de Arte Contemporáneo Cerrillos. Esa data fue escogida pensando en el año en que ese aeropuerto dejó de ser el principal del país, lo que implicaría que en el futuro las creaciones de arte posteriores a 1967 podrían trasladarse a ese espacio. Para ello se está construyendo un gran centro de almacenaje. "Hoy los museos, en general, en el país no siempre tienen depósitos en óptimas condiciones (...) Queremos crear un gran depositario nacional en Cerrillos", afirmó el ministro. Eso afectaría directamente al Museo de Bellas Artes.

Las propuestas de Ottone -cuando aún no se aprueba la creación de un Ministerio de las Culturas- han remecido el ambiente. Esta semana no han dejado de aparecer artículos, declaraciones públicas, cartas, tuits y gente del mundo del arte y la cultura exigiendo aclaraciones y rectificaciones. Hay un documento de protesta que circula y que firmarán simbólicamente 100 artistas.

La división cronológica de los museos en algunos países, donde existe un desarrollo avanzado, es el modelo que buscaría seguir Ottone. Como es el caso emblemático de Francia, donde las fechas para la separación de la colecciones de los museos están dadas por un hito histórico y no por uno puntual del arte (ver recuadro). Pero el asunto aquí parece tener implicancias más profundas, que involucran nuestra memoria visual y las instituciones del Estado. Diversas voces del mundo cultural se pronuncian sobre las declaraciones dadas por el ministro del CNCA.

"Necesidad de poseer obras"

El conocido teórico, artista e integrante de la Academia de Bellas Artes, Gaspar Galaz , comenta que Ottone "no puede trazar políticas respecto a un tema que aún corresponde a la Dirección de Bibliotecas, Archivos y Museos. Nadie puede lanzar ideas, incluso con cierto mandato, sin que antes se haya producido la hipotética modificación y creación del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, sobre del que dudo su aprobación final por hechos como este y otras razones".

Galaz da luces también acerca de qué habría surgido en la fijación de una fecha para traer obras a Cerrillos. "Le manifesté al ministro que es lamentable que el espacio de Cerrillos, que encuentro muy bonito, no tenga una colección propia. De ahí nace la necesidad de poseer obras de algún lado, sino Cerrillos quedaría vacío".

Y la idea de llevar las obras contemporáneas del Museo de Bellas Artes podría cercenar sus colecciones, subraya Galaz. "Este museo tiene un espléndido patrimonio de arte contemporáneo, que Milán Ivelic pudo adquirir en un momento, y todas sus obras deben permanecer allí; incluso si hipotéticamente se aprobara que el museo pase a depender del CNCA y no existiera la Dibam".

El investigador concluye sugiriendo que el nuevo centro de arte podría obtener los medios para una colección de arte a partir de hoy. O bien, dice el artista y docente, fijar una fecha de la historia del arte local: "Lo más apropiado tal vez es que debiera partir desde la Escena de Avanzada, en 1977, cuando se produce el primer escrito a máquina de Nelly Richard sobre ese movimiento, en la galería Cromo, la que se abrió con una exposición de la Roser, Vilches, Smythe...".

"Desconocen de coleccionismo"

El curador y téorico del arte Justo Pastor Mellado comparte las aprensiones: "Cerrillos no es un museo, a pesar de que digan un día que sí y el otro que no. Entiendo que quieren transformarlo en un acopio de colecciones públicas, lo cual denota que el ministro y su equipo desconocen de coleccionismo. Porque una institución como el Museo Nacional de Bellas Artes, que deoende de la DIBAM, no se puede desprender de los objetos materiales de su colección. Otra cosa es que el mismo museo tenga galpones de acopio propio, en otro lugar. Pero un asunto muy distinto es que se lo entregue a una institucionalidad para que lo maneje. Hay errores conceptuales en ello".

Mellado agrega que la fijación de la fecha corresponde a un hecho de la aeronáutica, que "tampoco tiene exactitud, está fuera de lugar. El año 1962, en cambio, sí podría ser adecuado, pues marca lo contemporáneo con la aparición del Grupo Signo, con Balmes, Pérez, Barrios y Martínez Bonatti. Lo curioso es que en nuestro país no ha habido modernidad en el arte. Se pasó del postimpresionismo a lo contemporáneo. Una figura que se adelantó en ello es Marco Antonio Bontá. En 1948, él ya está hablando de arte contemporáneo".

Mellado insiste en que hay que definir bien los roles del Museo de Bellas Artes y del Centro Cerrillos. "Ottone y su equipo realizan definiciones cometiendo muchos errores conceptuales e históricos.

El Museo Nacional de Bellas Artes tiene un rol que ningún otro museo puede cumplir -precisa-. Y podría tener sedes en varias partes: es una manera de gestionar museos y de contemporaneidad del análisis curatorial. Sin embargo, Ernesto Ottone y Camilo Yáñez pretenden transformar al MNBA en un museo del siglo XIX. Esa es una posición muy conservadora", remata Mellado

Espacios de vínculo con la comunidad

Bajo otra óptica, la curadora y ex asesora del CNCA, Beatriz Bustos , comenta que un centro de arte contemporáneo, como Cerrillos, podría ser un espacio para explorar nuevos caminos para las producciones contemporáneas. "Y un Museo de Bellas Artes focalizado en su colección histórica no significa que no pueda exhibir obras de otros períodos o naturaleza. Lo importante es el foco, las narrativas que se construyan y el sentido que quieran desplegar con ello".

"Un centro de arte contemporáneo que se instala en Cerrillos podría convertirse en un modelo replicable a nivel nacional, si se logra desarrollar, con piezas de colección u otras obras, una programación de vínculo con el contexto, dándole un sentido a la comunidad en donde está emplazado".

A nivel internacional, museos como el Victoria & Albert Museum, en Londres, se resignifican creando sedes en barrios periféricos, diseñando programaciones que responden a los contextos en los que se emplazan, señala. "Se constata el beneficio que ha significado para los vecinos del MAC Niteroi, en Brasil, donde desde las favelas participan en el quehacer del museo.

"En este sentido, la necesidad urgente aquí es fortalecer los espacios existentes dedicados a las artes visuales. Me inclino por los espacios en ciudades más pequeñas".

"Operación autoficcional de la izquierda"

El artista visual chileno Juan Dávila -ex protagonista de la Escena de Avanzada- rompió su silencio al venir a clausurar su antología en Santiago. Y como publicó La Tercera, el premiado pintor señaló que "el Centro de Arte Contemporáneo Cerrillos no propone nada vanguardista. Se propone algo que va a cuidar obras de ciertos coleccionistas, que no dicen nada respecto del futuro del arte chileno del siglo XXI; es como que el tiempo se detuvo en el año 70". Dávila acusó que habría "arrogancia de la izquierda y su arte oficial".

El investigador y editor Pablo Chiuminatto -quien participó en comités del CNCA- tiene una visión similar y subraya a "Artes y Letras": "Cerrillos es la materialización de una operación autoficcional de la izquierda chilena en grado sumo. Es una táctica basada en conseguir una justicia histórica por la propia mano, algo bastante más cerca de un modelo de propaganda, sacrificando una mirada amplia e inclusiva de la multiplicidad cultural nacional".

"Todo ello revela que estamos ante un ministerio básicamente programático, con un proyecto historiográfico y curatorial con una mirada parcial. El Centro Cerrillos nace como una forma de darle autonomía a la línea de artes visuales del CNCA, respecto a cualquier relación con la Dibam. Porque el ministro Ottone no puede esperar la aprobación del ministerio: necesita amarrar curatorialmente el centro, ante la incertidumbre del cambio de gobierno".

"Ottone explica que este centro nace como una especie de algo providencial del Ministerio de Vivienda, ante la ocupación inmobiliaria del aeropuerto. Pero ello no es más que un cruce ocupacional historiográfico e inmobiliario, parámetros fundamentales en períodos electorales. Y si para ello necesita demoler alguna entidad cultural, poco importa. El pensamiento de facción lo explica todo. Eso se llama gobierno, como dijo Hegel".

"Y pusieron el año 1967, como quiebre, porque mayo del 68 hubiese sido la parodia nostálgica de donde surge el imaginario que guía este proyecto. Una idealización que ni los franceses se atreverían a montar en forma de centro cultural. Cuando el concepto por el que debemos preguntarnos es sobre el arte contemporáneo. ¿Qué define el arte contemporáneo?", concluye el doctor en filosofía Pablo Chiuminatto.

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