Estado chileno en tamaño histórico: gasto fiscal al alza, crece poder regulatorio y sube presión para expandir empresas públicas
domingo, 23 de octubre de 2016
Silvana Celedón Porzio
Economía y Negocios Domingo
El Mercurio
Hasta 98 días al año debe trabajar una persona para cumplir con sus obligaciones tributarias con el Estado. El aparato público tiene casi 300 mil funcionarios y podría aumentar sus empresas si se concreta la AFP estatal.
na fuerte discusión se ha generado en los últimos días en torno al tamaño del Estado chileno. Y el foco se ha puesto en este tema principalmente por dos razones. Por un lado, se está legislando hoy en el Congreso el presupuesto fiscal que regirá en el país en 2017, pero además porque los problemas de gestión que atraviesan organismos como el Sename, el Registro Civil y el Servel han llevado a debatir en extenso sobre el tamaño del Estado, la calidad de las instituciones públicas y los recursos que los chilenos desembolsan día a día para que el aparato público funcione. Se trata de una discusión en que hay un fuerte componente ideológico, señalan los economistas Andrés Velasco y Jorge Marshall. Pero más allá de la posición, hay varios antecedentes sobre la mesa que generan preocupación por el nivel de gasto que registra el país. La cantidad de funcionarios que emplea el Estado para operar ha ido al alza en los últimos años. La publicación más reciente de la Dirección de Presupuestos (Dipres) muestra que el personal del gobierno central civil ascendía a 167.153 trabajadores en 2005, cifra que pasó a 227.869 en 2014, y ojo que este cálculo no incluye a los funcionarios de municipalidades, universidades ni empresas públicas. Tampoco considera a los funcionarios a honorarios. En 2014, estos ascendieron a 41.239, dato que eleva la cantidad de empleados fiscales ese año a 275.108. Para tener una idea, ya en 2014 el fisco empleaba a más funcionarios que los 196 mil que tiene el sector minero en todo el país, según el último reporte del INE del trimestre junio-agosto de 2016. ¿Y quién sostiene todo este aparato fiscal? Las propias personas, que a través de sus impuestos financian las distintas demandas que surgen a nivel público y cuyo aporte aumentó tras la reforma tributaria, principalmente en los quintiles de menores ingresos (ver recuadro). Para abordar esta amplia discusión definimos seis áreas. La primera es la macroeconómica, que toma como base el peso del gasto fiscal respecto del PIB, y donde Chile sigue estando en niveles bajos respecto de otros países, pero en una marcada tendencia al alza. En segundo lugar, la presión de distintos sectores por expandir el giro y número de empresas públicas. La tercera área se enfoca en el rol regulatorio del Estado y donde desde el sector privado advierten una intención por dar más facultades de distintos organismos públicos. La cuarta es la injerencia del Estado en la generación de empleo e inversión. La quinta aborda qué está pasando con la carga tributaria que pagan las personas al fisco. Y, finalmente, los desafíos en materia de mayor focalización del gasto y modernización del Estado.
