-Mediante la creación de un robot, se pueden tratar temas de física, matemática, tecnología, biología y artes, de manera lúdica, entretenida y desafiante. La robótica no es un tema de género, pero ser la única mujer en la Asociación Chilena de Robótica me permite promover la incorporación de otras. Hay también interés en atraer y educar a niños y jóvenes con iniciativas como el Festival del Robot, verdadero espectáculo educativo, con robots, pantalla holográfica y las últimas tecnologías. A los 28 años, Camila Quevedo vive y respira el arte de la robótica. Un terreno tecnológico con auge en el mundo, que recién despunta en Chile y al que ella hace "aportes reflexivos, lógicos e intuitivos", según el ingeniero en Prevención de Riesgos Hernando Roa, quien trabaja con ella desde marzo. Como cofundadora y gestora de la Asociación Chilena de Robótica (Achiro), Camila conoció el tema desde chica: muchos integrantes de su familia se dedican al tema y han sido pioneros en él. Dibujante arquitectónica del Duoc y en vías de diplomarse en Arquitectura Sustentable en la UC, siente que la robótica es la senda hacia el futuro: hoy es gerenta general de Rotatecno, empresa pionera. Desde ella, fomenta el acortamiento de la brecha tecnológica en los chilenos y el interés de niños y jóvenes. En paralelo, dirige los departamentos de Diseño y Prototipado en Robotics Lab, el primer hub local de la especialidad. Para su director, Rodrigo Quevedo, Camila "posee características de liderazgo y fue entusiasta en asumir el reto de liderar y convocar a mujeres para que se coloquen el overol. Ella es atrevida y quiere romper el molde". Y el ingeniero en Automatización y Control Industrial Felipe González, quien compartió con ella la creación de la mano gigante robótica de Lollapalloza, aprecia su visión como líder "detallista y exigente". En 2015 ganó el premio Innovatón de Teletón y el Best Sunset Corona Award. Para Camila Quevedo, el futuro está ligado a su pasión.