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Actual rector de la U. San Sebastián y ex titular de la cartera de Economía

Ex ministro de Bachelet: "Los proyectos de las dos nuevas universidades estatales son innecesarios"

sábado, 22 de octubre de 2016

Gabriel Pardo
Nacional
El Mercurio

Hugo Lavados analiza las prioridades del presupuesto en educación y critica que en el sistema de gratuidad para las universidades implique disminuir sus ingresos.



Hugo Lavados no tiene problemas en ser "políticamente incorrecto". Sí, fue ministro de Economía del primer gobierno de la Presidenta Bachelet, pero hoy, como rector de la U. San Sebastián, dice que la actual administración está cometiendo errores a la hora de asignar recursos en el presupuesto de educación.

"Una altísima proporción de lo que se señala son compromisos de las leyes de los años anteriores y una continuación de los compromisos asumidos en la Ley de Presupuestos 2016, especialmente en lo relativo a la educación superior. Es decir, no hubo grandes novedades respecto a lo que se había venido anunciando", dice.

-Usted planteó en su momento que los recursos frescos que estaba invirtiendo el Estado en gratuidad no eran una cifra alta. ¿Cómo interpreta el aumento de recursos para la gratuidad?

-El aumento de recursos para la gratuidad se produce en lo que respecta a la incorporación de Centros de Formación Técnica e Institutos Profesionales. Existe una leve disminución en lo que dice relación con gratuidad en las universidades, que puede deberse a que este año (2016) se ejecutó un monto menor al presupuestado. Lo anterior puede significar que no se considera incrementar el número de estudiantes universitarios beneficiados.

-Se ha dicho que el próximo año podrán acceder 280 mil estudiantes a la gratuidad.

-Considero que esto, sin duda, es un avance, especialmente respecto de la incorporación de estudiantes de CFT e IP, que tienen una matrícula proporcionalmente más alta que quienes pertenecen a las familias con menores ingresos de nuestro país. Nuestra crítica a la gratuidad se ha manifestado por dos motivos: primero, porque continuar avanzando hacia deciles de ingresos más altos significa subsidios crecientes para sectores que tienen capacidad de pago, ya sea parcial o total del arancel. En definitiva, lo que parece más equitativo es lo que de hecho se ha estado dando en las universidades chilenas por la combinación de distintas fuentes de financiamiento, y es el conocido y antiguo sistema de aranceles diferenciados según ingresos de las familias de los estudiantes.

En segundo lugar, nuestra crítica tiene que ver con que para las instituciones significa disminuir sus ingresos o mantenerlos al mismo nivel existente, porque la fórmula para calcular el arancel en gratuidad es menor o igual al arancel cobrado por las universidades.

-Se ha anunciado también que se entregarán recursos para que empiecen a operar las dos nuevas universidades estatales (O'Higgins y Aysén). ¿Cuál es su mirada sobre estos dos proyectos de universidades?

-Mi opinión, y sé que estoy siendo políticamente incorrecto, es que los proyectos de las dos nuevas universidades estatales son innecesarios. En Aysén hay muy pocos estudiantes que justifiquen tener una universidad nueva, y lo que sí es necesario es un centro de investigación potente y con recursos sobre la Patagonia, en distintas áreas como antropología, recursos naturales, historia, relaciones con el sur argentino, etc. Además, en Coyhaique existe una sede de la Universidad Austral que se ha mantenido con programas de un ciclo inicial de dos o tres años.

Con respecto a la universidad de la Región de O'Higgins, dada su proximidad a Santiago, es mucho más conveniente desde el punto de vista del desarrollo académico de ese proyecto expandir universidades ya existentes, como, por ejemplo, la propia Universidad de Chile. Cabe recordar que algunas universidades contemplaron proyectos de sede en esa zona, como la U. Federico Santa María y la U. de Valparaíso; esta última construyó un edificio que nunca se plasmó en una sede.

-Otro de los anuncios es que los CFT y los IP con acreditación de cuatro años y sin fines de lucro podrán entrar en la gratuidad. ¿Qué le parece que se mantengan condiciones similares para acceder a las que se habían planteado el año pasado?

-Hemos señalado anteriormente la inequidad que ha existido en las condiciones para las universidades fuera del Consejo de Rectores, a las que se les han exigido cuatro años de acreditación, y lo mismo ocurre en el caso de los CFT y los IP. De todos modos, los CFT y los IP de mayor tamaño tienen acreditaciones que exceden con holgura el mínimo planteado.

-¿Cuál es su balance respecto de las primeras universidades privadas que entraron al sistema de gratuidad?

-La única evidencia que existe es la de 2016 de las cuatro universidades que ingresaron al sistema, y los resultados no han sido positivos, porque ha significado, como señalamos antes, una disminución de los recursos. Tanto es así, que uno de esos rectores ha señalado que están pensando seriamente en retirarse del sistema. Adicional a la disminución de recursos, está la serie de restricciones para poder cumplir con los planes de desarrollo de las universidades privadas, y que en el caso de lo señalado en el proyecto de ley sobre educación superior, constituyen condicionantes o barreras al desarrollo académico.

-El ministerio ha mostrado dudas respecto de Ues privadas que entraron a la gratuidad, pero que eventualmente podrían estar lucrando.

-Los dichos que involucran un aspecto tan delicado como el lucro no debieran ser planteados a nivel de duda o sospecha, sino en la medida en que existan antecedentes que puedan demostrarlo. En el caso de la U. San Sebastián, el Mineduc dictó una resolución descartando ese problema en nuestra institución.

-¿Qué le parece que aumenten los recursos para el Crédito con Aval del Estado (CAE)? Esto ha sido criticado por otros rectores.

-Me parece muy bien y es un reconocimiento a la importancia que tiene el CAE para el financiamiento de las universidades, y responde al crecimiento del número de estudiantes que lo han utilizado en años anteriores. También crecen los recursos del Fondo Solidario, que es un crédito que tiene condiciones mucho más favorables que el CAE, pero al que solo pueden acceder estudiantes de las universidades del CRUCh. Lo que debiera pasar en el futuro es que las condiciones de ambos créditos estudiantiles se equiparen. Vale decir, que ni el CAE ni el Fondo Solidario son un mochila impagable para los alumnos. Eso es un mito.

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