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En libro "Economía sin Banco Central. La banca libre en Chile (1860-1898)", de Ediciones "El Mercurio":

Académicos ven factible que los bancos privados vuelvan a emitir dinero

sábado, 15 de octubre de 2016

LINA CASTAÑEDA
Economía y Negocios
El Mercurio

El sistema fue exitoso en el siglo XIX no solamente en Chile, sino sobre todo en Irlanda , plantea el ex ministro y académico UC Rolf Lüders.



La emisión competitiva de billetes por parte de bancos privados fue una experiencia desarrollada en Chile entre 1860 y 1898. Fue un sistema que existió en todo el mundo y fue especialmente exitoso en Irlanda, hasta que comenzaron a aparecer los bancos centrales y es una alternativa que se debe considerar seriamente, dice el economista Rolf Lüders.

Lüders, junto al economista Pedro Jeftanovic (fallecido en 2010), desarrollaron un ejercicio econométrico, según el cual, en la época en que funcionó en Chile, la banca libre fue mejor que el Banco Central. Este trabajo forma parte de los estudios del libro "Economía sin Banco Central. La banca libre en Chile (1860-1898)" de Ediciones "El Mercurio", cuyo lanzamiento se realizará a comienzos de noviembre. El texto, que ya está en librerías, contó con el apoyo de la Facultad de Gobierno de la U. del Desarrollo (UDD).

Editado por Juan Pablo Couyoumdjian, con el prólogo de Lawrence H. White, el libro también incluye trabajos de los académicos Ignacio Briones, Juan Ricardo Couyoumdjian e Ignacio Muñoz Delaunoy. El contexto histórico, su forma de operar, los mecanismos de autorregulación y la crisis financiera de 1878 son examinados por los autores.

Sistemas de banca libre

Los sistemas de banca libre del pasado generalmente operaron bajo el patrón oro o plata y en la actualidad, dice White, la banca libre -incluyendo la emisión local de moneda- podría operar bajo un patrón dólar en una economía dolarizada. La emisión local competitiva de billetes aún perdura en Escocia e Irlanda del Norte (bajo el patrón libra esterlina) y en Hong Kong (bajo el patrón dólar HK, fijado al dólar estadounidense a través de un régimen de convertibilidad). No obstante, detalla White, en esos sistemas el ingreso de nuevos actores está bloqueado y los emisores existentes están sujetos a fuertes restricciones.

"La banca libre es un sistema de tipo de cambio fijo en que los bancos emiten billetes competitivamente, y tiene la gran ventaja de que las emisiones se acercan muchísimo a las variaciones de la demanda. De manera que es mejor que el sistema de una banca central", afirma Lüders.

En cuanto a los orígenes, Chile heredó de la Colonia un sistema bimetálico basado en la circulación de monedas de oro y plata. La principal fuente de monedas fue el comercio exterior, especialmente con Perú y Argentina, usándose monedas de alta denominación. Hasta 1873 hubo una permanente escasez de monedas de menor valor para pagar alimentos y salarios, lo que incentivó el desarrollo de medios alternativos. En 1960 se dictó la ley bancaria que estableció que "las personas hábiles para ejercer operaciones de comercio podrán establecer y dirigir libremente bancos de emisión en el territorio de la república" y "se considerará como banco de emisión al establecimiento que emita billetes pagaderos a la vista y al portador".

Hoy día habría que vincular el peso a una canasta de bienes, dice Lüders, y observa que el sistema no es tan distinto del que propuso F. A. Hayek en 1976, quien buscaba un remedio para las tasas de inflación de dos dígitos causadas por los bancos centrales en esos años y propuso la "desnacionalización del dinero".

La convertibilidad al oro no existe hace tiempo, pero hay convertibilidad al dólar y, según Lüders, a muchas economías les ha ido bastante bien. Menciona casos como Panamá y Ecuador.

Cuenta que los bancos centrales empezaron a aparecer porque los gobiernos querían obtener el "señoreaje" de la emisión de billetes, porque cuando la banca central emite, genera una utilidad para el banco central, que es del gobierno. Pero hoy día la cantidad de dinero es muy pequeña porque se usa mucho dinero plástico y los gobiernos ya no tienen tanto interés en recolectar el "señoreaje", que es una especie de impuesto.

El problema con los bancos centrales es que son discrecionales, pero si se permite que los bancos privados emitan competitivamente, sostiene Lüders, no hay posibilidad de discreción. En el siglo XIX, había unos 20 bancos en Chile y había bastante competencia, asegura.

No es que existan problemas con la banca central para pensar en esta alternativa, aclara, porque en los últimos años los precios se han mantenido relativamente estables en la mayoría de los países del mundo. Pero, por otro lado, observa que hay fuertes aumentos en la cantidad de dinero y no se sabe exactamente cómo se van a deshacer en el momento en que las economías se vuelvan a normalizar.

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