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ENTREVISTA A LÍDER DE LAS FARC, "TIMOCHENKO".

"Nadie en Colombia desea la reanudación de la guerra, la paz es un hecho irreversible"

sábado, 15 de octubre de 2016

JAVIER MÉNDEZ ARAYA
Internacional
El Mercurio

El comandante Rodrigo Londoño Echeverri se mostró, sin embargo, contrario a la revisión del acuerdo de La Habana y dice que no pactaron una solución política para que los líderes guerrilleros vayan a la cárcel a pagar altas penas.



El jefe de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), Rodrigo Londoño Echeverri, se mostró optimista sobre el futuro del acuerdo de paz firmado con el gobierno del Presidente Juan Manuel Santos, pese a que quedó en suspenso por el sorpresivo revés en el plebiscito del 2 de octubre. "Nadie en Colombia desea la reanudación de la guerra. La paz es un hecho irreversible", asegura "Timochenko" o "Timoleón Jiménez", como se hace llamar.

Las impresiones de "Timochenko", quien se encuentra en Cuba con la delegación de las FARC, se producen en el momento en que Santos ordenó una prórroga del alto el fuego bilateral hasta el 31 de diciembre a fin de lograr un consenso sobre el acuerdo de paz.

Para tal efecto, el Presidente ha convocado a todas las fuerzas políticas para encontrar una salida a la situación, en especial al partido Centro Democrático que encabeza el senador y ex Mandatario Álvaro Uribe (2002-2010).

Uribe lideró la campaña en contra del acuerdo por considerar, básicamente, que daba impunidad a los líderes guerrilleros de extrema izquierda acusados de crímenes de lesa humanidad, una excesiva participación política a la guerrilla y porque el delito de narcotráfico quedaba anexo al delito político, entre otros puntos.

En entrevista por escrito con "El Mercurio", el máximo líder de la guerrilla entregó su visión sobre estos temas.

-¿Están las FARC dispuestas a revisar el acuerdo de paz firmado en La Habana y qué aspectos estarían abiertas a modificar o transar?

"El acuerdo firmado en La Habana, tal como lo expresamos el pasado 7 de octubre en el comunicado conjunto con los delegados del Gobierno Nacional, contiene las reformas y medidas necesarias para sentar las bases de la paz y garantizar el fin del conflicto armado. Es el producto de más de cinco años de conversaciones difíciles, en las cuales los voceros gubernamentales trataron todo el tiempo de arrinconarnos casi hasta el sometimiento. No les fue posible, como tampoco logramos nosotros que una buena parte de nuestras aspiraciones en los diálogos pudieran concretarse en el Acuerdo Final. Se concluyó en una transacción, un acuerdo sobre lo que ambas partes estaban dispuestas a ceder y aceptar a fin de conseguir la salida política. La puja por el consenso fue muy dura y prolongada. Habrá que escuchar lo que plantean algunos de los voceros del 'No', pero por lo que hemos oído se trata de posiciones extremas, que harían imposible cualquier solución concertada. No estamos dispuestos a echar atrás el acuerdo, y solo un irresponsable puede aspirar a ello. Defenderemos el derecho a la paz del pueblo colombiano y su mejor garantía es el acuerdo alcanzado".

-Uno de los puntos más trascendentes y polémicos en Colombia es el de la justicia... ¿Están abiertas las FARC a que se revise el tema de la privación de libertad de sus comandantes y que estos tuvieran que cumplir una pena de reclusión efectiva de entre 5 y 8 años en una cárcel?

"Duramos más de año y medio en discusiones para llegar a un acuerdo sobre el tema de la justicia. Al fin lo firmamos el 23 de septiembre de 2015, pero luego el Gobierno Nacional insistió en revisarlo y hubo que volver sobre él. Ese es uno de los asuntos en donde más distorsión ha habido por parte de los enemigos del proceso y de la solución política. La justicia contempla un tribunal especial de las más altas calidades, integrado en su mayoría por juristas extranjeros de talla internacional, que ni siquiera serán nombrados por las partes en la Mesa y, por tanto, sobre los que no habrá influencia de ninguna de ellas. Se adelantarán los procesos penales por los llamados crímenes de lesa humanidad y de guerra a los que haya lugar, y se aplicarán penas para el caso de que se compruebe la responsabilidad. Hay un elemento que gravitará en todos esos procesos y es el de la verdad. Si los responsables aportan la verdad plena y detallada sobre lo ocurrido, podrán beneficiarse con penas alternas a la privación de la libertad. Y esto no opera solo para la guerrilla, sino también para los crímenes cometidos por el Estado, de los que la derecha extrema no quiere hablar y que constituyen mucho más del 80 por ciento de las más graves violaciones a los derechos humanos durante el conflicto. Ningún movimiento revolucionario insurgente va a pactar una solución política para que todos sus dirigentes vayan a la cárcel a pagar altas penas. Y ya se sabe de centenares de militares en las cárceles que esperan el momento de implementación de la justicia para acogerse a ella. Quizá lo que más temen los que combaten el acuerdo sea que esos militares confiesen toda la verdad para no pagar cárcel, y entonces salga a relucir la responsabilidad de otros que han querido 'pasar de agache' (rehuir). El sistema pactado se ajusta a todos los cánones del derecho internacional humanitario y de derechos humanos. ¿Vamos a modificarlo solo por los temores de ciertos personajes comprometidos hasta el cuello en buena parte de los horrores de la guerra?

-¿Cree que hay algunos puntos en común con el Ejército de Liberación Nacional (ELN) para abrir una negociación en conjunto, es decir, una nueva negociación con el gobierno?

"El ELN ya tiene su agenda pactada con el Gobierno Nacional y ya se anunció para el 3 de noviembre el comienzo de las conversaciones en Ecuador. Nosotros ya tenemos un Acuerdo Final tras un larguísimo proceso. No vemos por qué tirar a la basura todo lo alcanzado por nosotros para iniciar de nuevo unas conversaciones con el gobierno, sobre temas que fueron largamente discutidos y finalmente consensuados. Antes bien, creemos que el Acuerdo Final de La Habana puede ser un importante referente para los compañeros del ELN. Con ellos habíamos acordado que habría dos mesas y un solo proceso, sería muy interesante conocer el modo cómo consiguen realizarlo".

-En una eventual "revisión" al acuerdo de La Habana, ¿están las FARC disponibles para negociar cara a cara con los defensores del "No", incluidos los representantes del partido Centro Democrático del ex Presidente Álvaro Uribe?

"Nosotros no tenemos la menor dificultad para hablar con cualquier colombiano interesado en el tema de la paz y la solución política. Pero observen esto: el señor Uribe fue invitado reiteradamente por el Presidente Santos a vincularse de alguna forma al proceso de paz, y de parte nuestra fueron múltiples las misivas invitándolo a La Habana, obteniendo siempre su abierto rechazo. Ahora, quiero decirles que prácticamente todo lo que plantea hoy Uribe fue expuesto y defendido con ahínco por el gobierno de Santos en la Mesa. Otra cosa que no hubieran logrado imponer. O sea que esas posiciones de extrema también hicieron parte de la Mesa. Lo que sucede en realidad es que la capacidad de manipulación mediática del Centro Democrático embrolló a un porcentaje de colombianos que se dejó engañar por su propaganda sucia. Eso está cada vez más claro en Colombia".

-¿Por qué cree usted que la comunidad internacional debiera seguir apoyando el acuerdo de paz y posibles nuevas negociaciones, si ya hubo un rechazo de los colombianos en el plebiscito del 2 de octubre a los pactos de La Habana?

"Ustedes son quienes aseguran que hubo rechazo de los colombianos en el plebiscito del 2 de octubre, pero les aseguro que en Colombia las cosas no se ven del mismo modo. El porcentaje por el que se impuso el 'No' fue demasiado pequeño (50,2% sobre 49,7%), lo que llaman los expertos un empate técnico. Ya le hablaba de la campaña de distorsión, que incluso fue confesada con el mayor cinismo por el jefe de la campaña por el 'No' del Centro Democrático, en entrevista reciente al diario La República. Pero además hubo cerca de un 64% de abstención. El día de las votaciones se sintió en la costa atlántica el huracán Matthew y fue mucha la gente que no pudo salir a votar. Usted sabe que en la costa el 'Sí' barrió por completo. Hay muchas marchas en todo el país en las que la población movilizada reclama la implementación de lo acordado. No se trata de que la comunidad internacional deba seguir apoyando el acuerdo, sino de que ella lo rodea y apoya por completo. No crea que el premio Nobel de la Paz a Santos no significa otra cosa que un espaldarazo pleno al acuerdo de La Habana".

-Si bien hay una convicción de los comandantes de seguir con el proceso de paz, podría haber frentes de las FARC que se sientan asustados y acorralados por la actual situación y reanuden acciones de violencia. ¿Hay alguna opción de que si fracasan todas las instancias de diálogo, las FARC puedan volver a la guerra?

"Las FARC estamos completamente unidas y cohesionadas con relación al proceso de paz y los acuerdos alcanzados. La situación que ustedes plantean no se corresponde con nuestra realidad. Aquí no hay frentes acorralados ni asustados. Si fracasaran absolutamente todas las instancias del diálogo, eso querría decir que nos empujaron una vez más a la guerra. Pero voy a decirles algo, salvo los sectores de extrema que se enriquecen con la guerra, nadie en Colombia desea la reanudación de la confrontación. Si algo está claro en este país es que la gente anhela la paz, el fin definitivo del conflicto armado. Por eso estamos seguros de que no van a fracasar las distintas instancias del diálogo, ellas terminarán por imponerse. La paz es un hecho irreversible".

-Si las FARC finalmente logran convertirse en partido político y puedan sus miembros ocupar cargos de representación popular, ¿en qué cargo se imagina usted desempeñándose? ¿Como senador, alcalde o incluso como Presidente?

"Sencillamente en el puesto de la lucha en que me ubique el movimiento. Los revolucionarios no vamos tras intereses personales o egoístas, lo que más nos interesa es que el pueblo haga conciencia, se una, se organice y se movilice por sus derechos. En lo que podamos ayudar a que eso sea posible, nos sentimos realizados.

-Finalmente, ¿cree usted que las FARC también debieron haber ganado el Premio Nobel de la Paz?

"Si los premios se los otorgara uno mismo, quizás qué se adjudicara. Pero los premios, y más los de semejante dimensión, los conceden entidades respetables que se encargan de otorgarlos tras hacer las más serias valoraciones. Si no nos tuvieron en cuenta, sus razones tendrían. Más que el Premio Nobel de Paz, nos colmaría de satisfacciones la consecución de ésta para Colombia, la implementación de lo acordado en La Habana, echar las bases para la materialización de la justicia social en nuestro país, que no vuelva a haber un solo muerto por razones políticas".

"Ningún movimiento revolucionario insurgente va a pactar una solución política para que todos sus dirigentes vayan a la cárcel a pagar altas penas".

"No estamos dispuestos a echar atrás el acuerdo (de paz), y solo un irresponsable puede aspirar a ello".

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