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Franco Parisi

"Sería lindo volver a ser candidato"

sábado, 15 de octubre de 2016


Crónica
El Mercurio




Franco Parisi, ingeniero comercial de la Universidad de Chile, doctor en finanzas de la Universidad de Georgia, 49 años, tres hijos, está parado en Nataniel Cox con la Alameda; hay una pizarra; hay un plumón en su mano; "años que no venía por acá", dice antes de comenzar; hay decenas de personas alrededor suyo, observando como este hombre de piernas arqueadas y el pelo encajado como una pieza de greda se alista para trazar cifras y analizar la situación financiera de Codelco, hablar del miedo y de las pérdidas y de los políticos y de los grupos económicos, todo envuelto en un tono deslenguado y didáctico, el mismo que a fines de la década pasada lo encumbró como líder de opinión después de rotar en programas de televisión desmenuzando el Caso La Polar. Las cámaras se encienden: Parisi, ex candidato a la Presidencia, autoexiliado desde entonces en Alabama, Estados Unidos, tras la serie de polémicas que marcaron su campaña, da inicio el show.

Es lunes. Tres de la tarde. Lo que se graba en esta esquina es la primera cápsula callejera de su nuevo programa Economía entre hermanos, que conduce junto a Antonino Parisi, para la Televisión Nacional Evangélica. Gente se acerca. Se oyen cosas. "¡Estafador!", le grita una mujer en bicicleta. "Pintaba pa' bueno", comenta un oficinista. "A mi nieto le pusieron Franco en honor a ti", le cuenta un admirador y lo abraza. Un abuelo flaco y con jockey, de aspecto extraviado, se acerca y pregunta a un espectador: "¿Este es el que acusaron por toquetear a una niña en una universidad gringa?". "¡Mentiroso!", le gritan desde una micro. Y el ex candidato a la Presidencia sigue trazando cifras, haciendo oídos sordos. Luego dirá que sabe que su imagen cambió, que le duele y le molesta. Cuando termina, uno de sus hijos se le acerca. Le pregunta por qué le gritan mentiroso. Luego dirá:

-Le expliqué que los que gritan están equivocados. Que uno tiene que ser quién quiere ser. Mi familia entiende que es parte del paquete. Y van a tener que madurar eso.

-¿Le molesta que le griten estafador?

-Obvio que me molesta. Pero de la señora Bachelet, ¿qué se dice? De Piñera, ¿qué se dice? De Lagos ¿qué se dice? Cosas horribles. Es el costo de ser personaje público.

-¿Cambió mucho su vida después de las elecciones pasadas y las polémicas en las que se vio envuelto?

 -Sí. Ya no me río como antes. No le doy el celular a cualquiera. No tengo celular chileno, porque acá te pinchan las llamadas. Tomo todas las medidas que puedo. Miro dónde estoy sentado, la gente que me rodea. Todas mis tarjetas son extranjeras y para conectarme al WhatsApp uso internet móvil. Tengo que cuidarme de todo porque no quiero más sorpresas. No me fío de nadie.

-¿Se puede vivir tranquilo así?

-No. Pero es lo que asumí.

-¿Por qué cuidarse tanto?

-Porque no soy una persona común y corriente. Saqué un 10,11 por ciento en una elección presidencial.

-Siempre quedó una duda en cuanto a su definición política. Digo, siempre se alejó de corrientes políticas y partidos. Incluso para los expertos era un desafío definirlo políticamente. ¿Cómo se define usted?

-Nosotros decíamos que éramos socio-liberales. Mi definición siempre ha sido: respeto a la propiedad privada, pero con un aparato estatal que proteja a las personas y a la familia. ¿Qué modelo actual lo tiene? Ninguno. No lo he visto en ninguna sociedad con el nivel de ingreso de Chile. Lo que ocurre acá es que las instituciones no funcionan para las personas. Nosotros calculamos que si sacáramos todos los operadores políticos con sobresueldos se ahorraría entre 5 mil y 6 mil millones de dólares. Nosotros proponíamos una regla: que nadie ganara más que el Presidente de la República. En el aparato público hay gente que va a servirse.

-Para muchos, ese discurso sonaba facilista y sin sustento detrás. Cuando lo calificaron como populista, usted no lo tomó como un insulto.

-No me molestaba. Porque si te das cuenta, populista significa del pueblo. De hecho, gente de la UDI quería cambiar el nombre a Partido Popular. Y me acusaban a mí de populista. Esto lo aprendí: trataban de hacer un relato y en ese relato trataban de perjudicarme. Éramos populistas por decir que el salario mínimo tenía que ser 250 mil pesos. ¿Cuánto es ahora? 250 mil. Nos decían populistas porque decíamos que había que tener una AFP estatal. Ahora, con toda esta discusión de las AFP, y ha salido en todas partes, la gente recuerda que yo les advertí sobre el tema. Lo que sembramos fue muy importante.

-La primera bofetada que sufrió fue el destape de las deudas previsionales y laborales en los colegios que la sociedad de su familia administraba. Novecientos millones de pesos, según la justicia. ¿Qué pasó con eso?

-Lo que se hizo en ese caso que como sociedad arrendamos los colegios (La Fontaine y Las Américas) con intención de mejorarlos y tener educación en línea para los que no han podido terminar la educación media. Se perdió plata. Antonino puso mucha plata, yo también le contribuí y mi padre también. Según los balances, no generabas plata y Antonino estaba dispuesto hacerlo. Hay gente que está dispuesta a hacer cosas para ayudar.

-¿No había lucro en su administración? ¿No generaba dinero tener dos colegios bajo la dirección de la sociedad?

-No. Es como que me digas que hay lucro en la Teletón. Era una institución sin fines de lucro.

-Pero con deficiencias previsionales y laborales.

-Como los balances anteriores eran defectuosos, se informó el pago de las cotizaciones. Se apeló. Y ya se hicieron cuatro recursos y tres los ganamos. Mis abogados dicen que esto va a ser largo, pero nos va a ir bien, siempre y cuando no haya presión incorrecta.

-Luego vino el llamado Caso Firmas, que terminó con la expulsión del notario que validó las firmas de su candidatura sin haber estado presente.

-De ese caso solo espero que haya un cambio significativo en los procesos notariales. Se acusó al notario porque no estaba, ¿esa fue la falta?

-Según él, hubo gente que falsificó su firma y que le habían sacado el timbre desde la notaría.

-Pero fue su gente, nosotros nada que ver.

-Finalmente, cuando las elecciones habían terminado, se conocieron detalles de la declaración de gastos de campaña que informó al Servel, que le fue objetada.

-Lo que pasó es que nosotros entregábamos todas las boletas. Llegábamos de cualquier viaje, manos a los bolsillos y tirábamos las boletas. No teníamos una estructura capaz de llevar adelante eso. El contador hizo lo que tenía que hacer. Nosotros informamos todos nuestros gastos, pero rendimos lo que había que rendir. ¿Qué se hizo cuando se objetó la rendición? Se retiraron esos gastos. Quizá no medimos el impacto mediático que podía tener esto, pero la pregunta es cómo lo hicieron los otros candidatos: los otros contrataron una productora y la productora ponía todos los gastos. Mediáticamente me hicieron pedazos, lo cual fue un abuso. Fue un autogol. Porque yo no entendía lo importante que éramos en ese momento.

-Con más del 10 por ciento de los votos, ¿no sabía la relevancia de su participación en la candidatura?

-Sí. Estuvimos arriba, pero perdí. Como perdí, creí que ya no era importante. Para mí ya había terminado el partido. Un error puede haber sido no entender que el partido seguía. Yo creía que el juego era más limpio.

-Quizá llamó la atención que siendo un economista no se esperaba que su declaración fuera defectuosa.

-Sí, y por 20 mil pesos. Entonces estamos discutiendo por 20 mil pesos. Porque estamos hablando de los calzoncillos, ¿no?

-También se declaró una corbata por más de 300 mil pesos.

-Eso es mentira. Era todo el paquete, calzoncillos, zapatos, corbata y una camisa. Cosa curiosa: todo eso lo ocupé en la campaña. Y los zapatos quedaron destruidos. No era una corbata que costaba 300 mil pesos.

-Además había un arriendo de vehículo en más de 15 millones de pesos. ¿Es posible eso?

-Fue un auto que se destruyó. Chocó.

-¿Cómo?

-En un árbol. No sé dónde, yo no iba manejando. Tengo entendido que fue pérdida total. No hubo heridos. Chocó contra un árbol, fue algo así, pero lo que se hizo finalmente fue sacarlo de la rendición. El tribunal dijo que lo sacáramos y se sacó.

-También había más de 56 millones que se le pagaron a un empresario agrícola ganadero.

-Hubo gasto de transportes a los que esa persona incurrió con su empresa. Y también por publicidad. Publicidad y transporte. Y acuérdate de que nadie nos daba un crédito a nosotros.

-Hay personas que lo vieron muy mal después de la objeción del Servel. Su temor era no saber cómo pagar el préstamo que el Banco Estado le otorgó para su campaña.

-Pero obvio. Después de la objeción no dormía. ¿Cómo iba a pagar esa plata? Todavía estoy pagando parte del crédito. Yo tenía un crédito de 420 millones y el rembolso fue 360, más la retención de dinero por el caso de los colegios masones. Tuve que pagar como 15 millones de puros interesas extras. Estoy pagando mes a mes la cuota del diferencial.

-¿Qué hizo después de las elecciones?

-Lo primero que hice fue irme a Puerto Velero con mi señora y mi hijo. Lo único que quería era dormir. Terminé destruido, porque yo le puse alma, corazón, empeño. Yo quedé muy mal. Necesitaba estar en paz conmigo mismo, de entender bien lo que pasó y ahora lo entiendo plenamente. Hicieron lo que tenían que hacer. Yo estaba jugando tenis en la calle y llegué a Roland Garros. No tenía ningún auspiciador. Había que matarme o sacarme. Tenían que liquidarme. Me metí en un terreno que me era desconocido. Y sí, me equivoqué. Decían que la política es sin llorar, pero descubrí que la política es más cochina. Fue muy duro todo lo que pasó. Fue concertado. Todavía me acuerdo de la entrevista a la señora Matthei en Mega. Ella utilizó todos los medios y mucha plata para atacarme. Pero ahora los entiendo. Porque si hubiera sido segundo, mato a la derecha. La destruyo. Afortunadamente Penta, Soquimich, Corpesca han hecho el trabajo por mí.

-Después de las elecciones se fue del país. ¿Por qué? Laboralmente, ¿en qué plano quedó?

-Cometí un error de estimación. Dije: fue un juego democrático, y queda ahí. Pero no fue así. Pensé que iba a ser un juego justo. Postulé a la Universidad de Santiago, como cualquier sujeto, para profesor, pero me rechazaron. Y créeme que mi currículo académico es muy superior. En una universidad privada lo mismo. Yo quería recuperar mi vida. Pero entendí el mensaje. La Matthei me dijo que no me veía en ningún lugar. Afortunadamente, el mundo es grande. Chile, que lo adoro, es chiquitito. Creo que si postulo a alguna universidad acá, me van a rechazar. Por eso me fui a Estados Unidos con mi mujer y mi hijo. Me compré una casa con crédito hipotecario y pedí otro que lo usé para invertir en la bolsa. Con eso genero ingresos.

-Muchos dicen que es un retroceso regresar a trabajar a un canal pequeño y no estar haciendo clases en una universidad importante, con el currículo que tiene.

-Menoscabar a un canal evangélico es menoscabarse a ellos mismos. Yo estoy agradecido de ellos. Y también hago otras cosas. Hago informes para un conglomerado internacional, pero no les voy a decir el nombre para que no me vayan a molestar ahí. Y hago clases en línea en una universidad que tampoco les voy a revelar.

-¿Por qué?

-¡Porque me van a ir a molestar allá!, te apuesto.

-¿Lo dice por la acusación de acoso?

-Sí.

-Pero la investigación hecha por la Universidad Texas Tech dice que usted tuvo participación en esos hechos. El detalle dice que le ofreció pisco a una funcionaria dentro de la universidad y que esta perdió la consciencia. Luego usted la abandonó.

-Eso es falso. Siempre que viajo a Estados Unidos me piden pisco y vino, y yo llevo. Todos los académicos me piden. Me dicen: oye, el pisco es famoso, me encanta el carmenere. ¿Cómo no voy a estar orgulloso de llevarlo? Ahora, si te lo tomas en la pega es problema tuyo. Llevé cuatro botellas de pisco y los repartí a cuatro académicos. Yo ni siquiera tomo. Que esa funcionaria se emborrachó, es efectivo. De hecho, yo mismo le abrí la puerta al marido para que la fuera a buscar. Pero no tengo nada que ver con eso.

-La misma investigación dice que en un viaje de estudios a Chile, acosó sexualmente a una alumna. Se señala que le tocó la pierna y que le pasó 70 mil pesos para que se comprara un vestido.

-Lo que pasó fue que me dijeron que los alumnos querían salir y yo ya, perfecto, los llevé a Bellavista y bailé con todos. Conversé con un montón de gente. Nunca he tocado ninguna pierna. Lo que hice bailando salsa es que le toqué la cintura dos veces a una alumna que no sé quién es, ni cómo se llama. Lo de los 70 mil pesos es falso. Lo que hicimos es que fuimos al Alto Las Condes y les pasé dinero que ellos me pidieron, y que me tenían que devolver, para que se compraran cosas. No elegí ningún vestido. Compramos camisetas de Chile, una culebra de madera, un vestido, un libro. Mira, el mismo decano de la universidad dice que fue un abuso lo del informe y los alumnos fueron manipulados. El mismo demandó a quienes hicieron esta investigación. ¿Sabes por qué se hizo? Porque a él lo querían sacar. El decano tenía tres demandas. Es un tipo extraordinario. Como yo era amigo de él, me relacionaron con esto. Él está acusado de bajar el sueldo a un funcionario, de cambiar unos exámenes, y ahora de esto. Sacar un decano en Estados Unidos es muy difícil, entonces buscaron toda la artillería.

-Usted ha dicho que el conocimiento es atractivo. Que por eso hay alumnas que se enamoran de los profesores.

-Pero eso no lo dije en términos sentimentales. ¿O tú me decís que no es atractivo Stephen Hawking? Hawking escribe algo y yo lo veo de inmediato. Y no lo hago por su apariencia física. Estás mal entendiendo. Estoy enamorado de Hawking, pero no significa que me quiero casar con él.

-¿Me habla en serio?

-¡En serio! Es así. No puedo andar explicando todo lo que digo para que se me entienda.

-¿No le da la sensación de que siempre le pasa algo? Donde va, algo lo marca.

-En todo evento ocurren cosas, lo que pasa es que hacer un escándalo sobre mi persona es más rentable. Lo que yo haga, se nota. Imagínate si boto un chicle en la calle, porque me estaba atorando. ¿Cuál va a ser el titular?: Parisi destruye el medioambiente.

-Últimamente se le intenta vincular a gurús económicos como Rafael Garay. ¿Qué opina de eso?

-Eso es maldad. Maldad periodística.

-Pero efectivamente se conocieron. Usted fue profesor de Garay en la Universidad Adolfo Ibáñez. Y le prestó apoyo a través de un video cuando era candidato a senador por la Región del Biobío.

-Pero le he hecho clases a miles de alumnos. Y el video lo hice porque me lo pidieron y lo hice también para molestar a ME-O porque él era el que lo apoyaba originalmente. En política esas cosas hay que hacerlas. Pero como te digo, no lo conocí, nunca conversé con él fuera de un set, nunca me junté con él, nunca supe nada de él. Es una pena lo que pasó con él. A mí no me gusta que a la gente le vaya mal. Creo que siempre hay mejores soluciones que la que está viviendo. Pero es un delito lo que se le acusa y de eso se tiene que encargar la justicia. Tiene que ser juzgado por los estamentos correspondientes.

-¿Por qué cree que hay gente susceptible a caer en este tipo de estafas de rentabilidad? ¿Es el deseo de conseguir dinero fácil?

-Yo no creo que el chileno no quiera trabajar, pero la televisión muestra un nivel de exitismo increíble. El mundo es una sociedad consumista. Si no, no habría obesos.

-¿Obesos?

-Claro, mientras más sube el ingreso es una forma de autocompensarse. Por eso teníamos un programa para los obesos.

-Pero le pregunto por qué cree que hay una sociedad que puede caer en esas estafas.

-Tenemos una sociedad sobreconsumista. Falta regulación. Han abusado de la gente. Es muy difícil que las personas autorregulen sus gastos. El sistema te obliga a endeudarte. Acá está todo hecho para que te endeudes. Nadie te protege. Y hay gente que está desesperada, que tiene una enfermedad de cáncer, que tiene una tremenda deuda. Los chilenos están desesperados, asustados, desprotegidos. Literalmente están desnudos frente a los abusos financieros.

-¿Qué hay detrás de este ánimo de estafar? ¿Qué hay detrás de sujetos como Garay?

-Ambición y codicia. Por ejemplo, Luksic: tiene una fortuna de 20 mil millones. Para qué necesitas tanta plata, y más encima en un país pobre como Chile. Y más encima con esos grandes abusos. Garay no es un tema relevante para mí. No quiero que se me vincule con eso. Vincúlame con la Iglesia evangélica, con eso sí, porque estoy trabajando ahí. Con el caballero Garay nunca trabajé.

-Bueno, su vinculación a la Iglesia evangélica no parece azarosa. Hay un potencial de 1,8 millones de posibles votantes ahí.

-Yo te diría que la labor que hace la Iglesia evangélica es significativa. El 70 por ciento de los presos que participa en cultos evangélicos se reinserta laboralmente. Socialmente hay que agradecerlo. Tanto así, que el Gobierno les ha pasado 5 mil millones de pesos para arreglar la catedral evangélica.

-Pero en época de campaña todos se acercan a los evangélicos.

-Ah, sí, ¿ah? Bueno saberlo.

-El dominio parisi2018.cl ya está registrado.
 
-No lo sabía. Eso lo hace gente que me sigue.

-Un candidato o un potencial político, ¿puede tener las marcas que usted tiene?, ¿lo inhabilita su pasado?

-(Enumera con los dedos) Banco de Talca. Coimas de Lan Chile en Argentina. Tsunami. Recolectar plata en un crucero en Estados Unidos con gente extranjera. Recibir plata de SQM, tener operadores políticos, tener que declarar por Pascua Lama. Es el proceso. Es el proceso de sacar cosas, inventar cosas y utilizar los medios para afectarte. Yo lo aprendí.

-Hay gente cercana a usted que cree que no resistiría emocionalmente una nueva elección. Que perdería todavía más.

-Entonces esa persona no me conoce.

-¿Va a ser candidato?

-Hay un equipo trabajando. No te lo aseguro. Pero sería lindo competir.

 

Tomo todas las medidas que puedo. Miro dónde estoy sentado, la gente que me rodea. Tengo que cuidarme de todo porque no quiero más sorpresas.
No me fío
de nadie

Rafael
Garay no es un tema relevante para mí.
No quiero que
se me vincule
con eso

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