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Fernando Atria (PS):

"Estoy disponible para una precandidatura presidencial "

domingo, 25 de septiembre de 2016

Mariela Herrera Muzio
Reportajes
El Mercurio

El constitucionalista dice que si su nombre contribuye a generar un debate de ideas, está abierto "para lo que sea". Y aunque su opción es mantenerse dentro del PS, apuesta por el diálogo con el Frente Amplio y por que "en algún momento podamos converger".



"Mentor de los líderes universitarios que llegaron al Congreso", "orejero de la Presidenta Michelle Bachelet", "promotor de la asamblea constituyente". Son algunos de los "títulos" que le han colgado a Fernando Atria, abogado constitucionalista, autor -junto a otros académicos- de "El otro modelo", y líder de la facción Izquierda Socialista, del PS.

Aunque dice que hay algo de mito en los pergaminos que le asignan, no parecieran incomodarle. Hoy está concentrado en "cambiar la política desde el interior de la institucionalidad"; es decir, desde el Partido Socialista, sin descartar mirar a La Moneda.

-¿Por qué optó por un camino al interior del PS y no ser parte de un nuevo movimiento?

-Porque pienso en la articulación de una izquierda políticamente relevante y no testimonial. Es mucho más difícil que esa izquierda tenga relevancia política real sin el PS. Una solución "a la española" -en que fuera de los partidos tradicionales surgió un movimiento- no es imposible, pero es más difícil. También está la solución inglesa, donde por dentro del Partido Laborista surgió un liderazgo que pretende restablecer que el partido es de izquierda, pasando por arriba del neolaborismo. Nosotros estamos apostando por el "camino inglés".

-En este escenario, ¿dónde queda el llamado "eje histórico PS-DC"?

-No digo que no haya que tener una relación con la DC, pero en el entendido de que el PS contribuye a esa articulación sin negar su condición de partido de izquierda. Eso supone que dentro de la DC también hay una reflexión que tendrán que hacer. Cuando converso con amigos militantes DC, los veo mucho menos a la derecha de lo que veo a la señora Aylwin o al senador Walker. La DC también tiene una división entre las cúpulas y la base militante.

-¿Cómo ve el futuro del Frente Amplio de izquierda, donde están muchos de sus "discípulos", con quienes mantiene diálogo?

-Tengo amigos que están en eso, algunos fueron estudiantes míos. Lo veo con mucho interés. Es un fenómeno que hay que apoyar y fomentar. Ha habido un momento de fraccionamiento de la izquierda, que en parte es consecuencia de que el PS dejó de ser la casa de la izquierda y se movió hacia el centro, lo que produjo un vacío que causa este fraccionamiento. Tenemos diálogo con esos movimientos. Ellos apuestan al camino a la española, y espero que en algún momento podamos converger.

"Estoy dispuesto a aprovechar cualquier oportunidad para contribuir a una discusión de verdad"

-¿Le solicitaron desde el Frente Amplio que usted sea su carta presidencial?

-No, ellos no me lo han solicitado directamente. Estoy dispuesto a colaborar desde mi posición en lo que se pueda. Pero ahora mi posición es en el PS.

-¿Ha pensado en una precandidatura?

-Hoy es fundamental mirar lo que viene como una oportunidad para discutir sobre el futuro de Chile, cómo queremos que sea en 20 años y qué corresponde hacer ahora para moverse en esa dirección. En lo que a mí concierne, estoy dispuesto a aprovechar cualquier oportunidad para contribuir a una discusión de verdad. Desde hace un tiempo he tratado de articular ideas en lo que he escrito, y he recorrido buena parte del país hablando sobre derechos sociales, lo público, la universidad, la nueva Constitución, la asamblea constituyente. Esta es la discusión que el país necesita con urgencia. Si la discusión que viene, a propósito de las presidenciales, es así, por supuesto que estaré disponible ahí con entusiasmo.

-¿Disponible para qué?

-Para lo que sea. Habrá que estar en donde uno pueda contribuir a tener esa discusión. Y si eso significa asumir una precandidatura, bueno, la asumiré. O si eso significa apoyar con entusiasmo a otro que esté en esa línea, será eso.

-¿Por lo tanto está disponible para una precandidatura presidencial?

-Si esa es una manera de contribuir, sí. Pero los cálculos y los personalismos no deben consumir la discusión de ideas.

"La 'gradualidad' es que las cosas no cambien"

-¿Tiene proyección la Nueva Mayoría?

-En la medida en que haya una decisión de continuar la agenda transformadora, eso debería producir la convergencia de quienes están interesados en defenderla.

-Hoy, las encuestas muestran bajo apoyo a la Presidenta, la coalición y las reformas. Se puede concluir que es un fracaso de esa agenda transformadora...

-La agenda transformadora demostró que la actual cultura política chilena no está a la altura de lo que necesita el país. Tenemos a un gobierno que insiste en las reformas y a una oposición que dice que son lo peor que le pudo pasar a Chile, pero si el desapego con el Gobierno fuera un rechazo a las reformas, eso sería capitalizado por quienes se oponen a ellas, y eso no está ocurriendo. Lo que hoy existe es un rechazo a la política como la conocemos.

-¿Quiénes no habrían estado a la altura de esa agenda?

-Uno puede andar apuntando, pero en eso se ignora el problema de fondo, que es que hay una manera de entender la política que hace que sea imposible hacer transformaciones. Si estamos en un momento de estrechez económica, por ejemplo, y el ministro de Hacienda está tan preocupado de mantener los equilibrios, ¿por qué la Ley Reservada del Cobre se discute después? ¿Por qué hay como temor para abordar el régimen de pensiones de las Fuerzas Armadas? ¿Por qué no hay nadie que esté entusiasmado con el proyecto de educación superior? Hay un patrón de una política que está atravesada de todo tipo de neutralizaciones, de cosas que no se pueden hacer, que no se pueden decir. Y el ciudadano común y corriente ve que esto parece una cocina bien oscura.

-Tampoco se ve decisión de parte del Ejecutivo. Este año, nuevamente llevará la gratuidad vía glosa, y el Mineduc anunció que reestudiará aspectos de la reforma.

-Porque el Ejecutivo también es parte de esta manera de ver la política. ¿Por qué en Educación la gradualidad era mirada con cierta sospecha? Porque todos sabemos que la gradualidad, en este contexto político, es que las cosas no cambien y que se corrijan en los márgenes.

-¿Es cierto que usted era una de las personas que más escuchaba la Presidenta Bachelet? Su libro "El otro modelo" se dice que se tomó mucho en cuenta...

-No he tenido una relación personal y directa con Bachelet. He estado con ella un par de veces, para la campaña y después en algún momento almorcé en el mismo salón en que estaba la Presidenta cuando vino Thomas Piketty. Con esto no quiero aparecer como que me estoy lavando las manos: el diagnóstico que hicimos en "El otro modelo" sigue siendo perfectamente válido.

-¿Y con el asesor Pedro Güell?

-Tengo el mayor de los respetos por Pedro Güell, creo que es de las personas más brillantes que he conocido. Nos juntamos de vez en cuando, conversamos, tenemos una buena relación. Pero hay todo un mito, ¡una vez hasta llegó una carta al Segundo Piso para mí! ¡Y yo nunca trabajé ahí!

-Hoy pareciera que el tema de una nueva Constitución ha perdido fuerza. Ud. fue parte de la comisión programática de Bachelet sobre esta materia ...

-El Gobierno lo abordó de la manera que pudo. Y esa manera hace que sea bien poco probable que lleve a una solución del problema constitucional. Este proceso constituyente va camino a tener la misma suerte que la reforma constitucional de 2005. Entrará un proyecto al Congreso y a "la cocina". De ahí saldrá algún texto que nos dirán que ahora sí que sí que el problema constitucional quedó solucionado, y poco después nos daremos cuenta de que no será así.

"Con Guillier hay espacio para una discusión de ideas"

-¿Qué opina de que hoy las opciones presidenciales sean los ex mandatarios Sebastián Piñera y Ricardo Lagos?

-Es como si la clase política estuviera preocupada de darle a la ciudadanía una especie de certificado por escritura pública de que no entienden nada. Como que lo que tenemos que hacer es cerrar los ojos y pensar que estamos en 2000 o 2010 y con eso todos los problemas van a desaparecer, y tendremos 20 años de paz y tranquilidad, y crecimiento al 8%.

-¿Qué representa Lagos para usted?

-Esto se lo escuché al propio Presidente Lagos: que estamos en un cambio de ciclo. Eso quiere decir que lo que nos sirvió en el pasado no necesariamente es lo que necesitamos para el futuro. Y quienes hicieron las cosas en esos años estarán constantemente defendiéndose. Hay toda una generación política que a estas alturas su contribución al país debería ser escribir sus memorias.

-¿Y el senador Alejandro Guillier?

-Las recientes encuestas, lo que muestran es que el PS ha pasado de tener tres candidatos a tener cero. Lo bien que le va a Guillier se basa en el hecho de que es percibido como que no es un político. Lo que me gustaría es que, a propósito de él, se diera una discusión programática, cómo ve el país en los próximos 30 años y qué es necesario hacer. A diferencia de Lagos o Insulza, con el senador Guillier hay espacio para una discusión programática de ideas. Miro con interés lo que está pasando con él.

"No creo que esto pueda decidirse por encuestas, pero resulta que el anuncio del ex Presidente Lagos era ponerse en competencia, y eso no ha tenido el impacto que él esperaba. Además, no tiene mucho por dónde crecer; sobre todo, considerando el fenómeno del senador Guillier".

-En el PS también está disponible Isabel Allende.

-Si la candidatura de Isabel Allende fuera una candidatura que pudiera producir este esfuerzo de interlocución hacia la izquierda y que asumiera una necesidad de profundizar y mantener -corrigiendo lo que haya que corregir- la agenda transformadora que este gobierno ha tratado de impulsar, creo que habría espacio para un liderazgo presidencial distinto.

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