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Chile 4.0

miércoles, 21 de septiembre de 2016

Economía y Negocios


Oliver Flögel
Gerente general de Microsoft Chile
y socio de Scale Capital

Las Revoluciones Industriales han tenido en la Historia de la humanidad, efectos en todas las esferas en las que nos desenvolvemos. La economía, sociedad, política e incluso, la religión, se han visto influenciadas por los avances que hemos tenido a través de los siglos, con el uso de la tecnología. Hoy, según muchos expertos y entidades, entre otros el Foro Económico Mundial, estamos viviendo la Cuarta Revolución Industrial, impulsada por el Internet de las Cosas -IoT-, la robótica, Inteligencia Artificial, el uso de los datos y la Nube, entre otras importantes creaciones de este último periodo. Todas ellas, nos presentan un sinnúmero de oportunidades que debemos aprovechar en todas las áreas que nos sean posibles.

Particularmente, los datos y el uso de la nube, o Cloud, representan una posibilidad enorme para el desarrollo de la educación, seguridad, salud, servicios públicos y la economía. El Cloud o Cloud Computing, es un espacio virtual en donde es posible almacenar y procesar una cantidad gigantesca de datos, que opera a través de servidores o datacenters repartidos en el planeta. En este espacio virtual, se puede acceder desde los simples correos electrónicos, hasta manejar negocios vía remota, pasando por soluciones tecnológicas que apuntan, entre otras cosas, a mejorar la calidad de vida de las personas, a resolver problemáticas ciudadanas, hacer más eficientes los negocios y otra gran cantidad de beneficios que, sin esta plataforma, resultarían mucho más complejos de resolver o aplicar.

¿Qué pasa en Chile con el uso de la nube? En relación con la industria, en un reciente estudio de la Fundación Chile y Microsoft denominado Chile 4.0: El Cloud Computing y el Futuro de la Productividad realizó una encuesta a stakeholders de empresas nacionales, que entregó como resultado, que existe una gran falta de conocimiento en cuanto a la nube, por parte de los tomadores de decisiones, lo que, en definitiva, frena su implementación en las distintas industrias. En ese sentido, el llamado a quienes tienen la posición de definir los rumbos de las distintas industrias y áreas de desarrollo del país, es a conocer la Nube y a confiar en los innumerables beneficios que ella tiene.

Sin ir más lejos, el aparato estatal, que se ha presentado permanentemente como un ente poco moderno, con reparticiones que más que ayudar a la comunidad, dificultan el acceso a servicios ciudadanos, hoy está dando pasos importantes para dejar esa imagen atrás y muchos de ellos, son impulsados por el uso de la nube. Ejemplo claro de ello, es la implementación del Escritorio Empresa, que lanzó hace poco tiempo atrás el Ministerio de Economía, que es una plataforma web que dinamiza los procesos de creación de empresas, fundamentalmente, pequeñas y medianas, a través de una solución tecnológica que funciona en la nube. De la misma forma, otra iniciativa que hemos comentado en este mismo espacio, es la Dirección de Obras Municipales Digital, que ayuda a quienes deben realizar trámites de construcción o remodelación, a disminuir los tiempos y conocer el estado de la tramitación de sus solicitudes de una forma clara y transparente.

En el mundo, hay ejemplos exitosos de sobra del uso de la nube. Las redes sociales, los servicios de transporte y hotelería, además de otras tantas áreas que impulsan el desarrollo de la economía digital. Y es que el Cloud brinda la posibilidad de operar y pagar por su uso, dependiendo de la demanda que se tenga. Esto implica que si se debe operar a gran escala en algún momento determinado, el gasto será sólo por ese periodo, para luego volver al uso normal. De la misma forma, permite gestionar de manera remota un negocio, o conectar a personas y que ellas puedan trabajar de manera colaborativa, sin necesidad de desplazarse.

En nuestro país, el llamado a utilizar la nube, ha sido recogido, por ejemplo, por las Startups, que son empresas que nacen y se despliegan en esa plataforma. De hecho, tenemos un ecosistema para los emprendedores que ha sido altamente valorado alrededor del mundo, en el que el Estado y los privados estamos impulsando, al punto que somos el top dentro del emprendimiento latinoamericano.

El Chile 4.0 no es un sueño inalcanzable. Al contrario. Con los niveles actuales de conectividad que nuestro país tiene, es posible alcanzar metas importantes: desarrollar nuestra economía digital, generar empleo, mejorar nuestra educación y otras tantas que se encuentran dentro de nuestras posibilidades. Sólo nos resta el confiar más y subirnos a la Cuarta Revolución Industrial con firmeza y seguridad, porque contamos con herramientas para ello, sobre todo, con las digitales, pero también debemos tener el compromiso de quienes serán parte de ella.

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