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El chileno que creó la primera patente local para el supercomputador Watson

lunes, 19 de septiembre de 2016

Pablo Tirado
El Mercurio

Patrick Mardones creció en la población La Victoria, quiso estudiar psicología, pero no tuvo los recursos económicos. Finalmente, ideó una plataforma que previene incendios.

Patrick Mardones quería estudiar psicología. Su plan, eso sí, dio un giro radical cuando quiso matricularse y se dio cuenta de que no tenía el dinero suficiente para pagar la carrera. Al final terminó inscribiéndose en ingeniería en computación, una carrera que hace más de una década le costaba $46 mil mensuales. "Llegué a programar porque era lo que alcanzaba, era lo más barato", dice.

Criado en la población La Victoria, la infancia de Patrick, como la de muchos chilenos, estuvo marcada por problemas económicos y familiares. "Mi mamá era muy humilde, mi papá siempre se fue por su lado y me ayudaba a veces. A mi vieja la tuve que sacar de ahí, trabajaba para ayudarla a ella y para mí. Me costó harto salir de donde estaba", recuerda hoy con 36 años y con el hito de ser el primer chileno que ha conseguido registrar una patente para el gigante tecnológico IBM.

Un bombero más

Su invención para la multinacional tecnológica se llama "Cognitive Forest" y es una herramienta que utiliza la tecnología del supercomputador Watson para prevenir incendios forestales. "Tengo cuadriculado un sector de árboles. En esa zona se instalan sensores que están transmitiendo información del suelo, del aire, de la temperatura, de la polución y distintos parámetros que van a un switch de internet (...). Yo esos datos los tomo y los genero en pantallas de alerta. Esos datos, más la ayuda de Watson, permiten generar alertas sobre algún riesgo", cuenta Mardones, quien explica que anualmente la industria forestal pierde millones de dólares producto de los incendios.

En términos prácticos, Cognitive Forest opera comparando la información que entregan los diferentes sensores instalados en los árboles, entregando advertencias sobre cuando se está produciendo un siniestro o cuando existen altas probabilidades de que suceda. "Todos estos datos los leen científicos y hacen algoritmos y esos algoritmos son los que Watson ocupa para tomar estos datos y decir: "Ah, está pasando esto, el clima fue seco, vayan a regar"", explica.

Aunque en el mercado ya existen algunas alternativas que ofrecen soluciones similares, Mardones cuenta que la suya es única y que, por eso mismo, IBM la patentó: "Es cognitiva, aprende, da tendencia y valor y eso no lo tiene nadie. Es un bombero más y aprende como el mejor bombero. Si pasa algo es el primero que manda la alerta y, además, está diseñado para enviar drones si así fuese necesario", comenta.

El sistema que creó Mardones tiene aplicaciones en diversas industrias, mucho más allá de la forestal. "Se puede expandir a todo. El modelo de sensores y datos tiene un modelo común al medio. Puede ser polimorfista, solo se cambian los parámetros de medición y al Watson que se usa, que en este caso fue el bombero. También pude tener un Watson cuidador de plagas, de viñedos, etc.", dice.

Asimismo, cuenta que actualmente está trabajando en otras 15 tecnologías nuevas, algunas de ellas relacionadas con el agua y el tráfico marino. "Me gusta hacer cosas que ayuden al mundo, que sean complicadas, pero que le solucionen la vida a la gente. Me gusta que las cosas se hagan bien", dice.

Incentivos para innovar

Llegado al mundo de la programación, más que por una coincidencia, por un tema económico, Mardones aprendió a querer rápidamente su trabajo. Durante su trayectoria ha trabajado en empresas como Telefónica y Ripley y hasta en el sector público. En cada una de ellas -cuenta- se propuso aplicar algún grado de innovación. "Dentro del mundo de la computación, yo soy súper experto en las tecnologías antiguas".

El ingeniero está convencido de que cualquier persona que se lo proponga puede destacar en la industria tecnológica, siempre que tenga los incentivos para hacerlo. En su caso, explica, fue la libertad que le dieron en IBM para crear y para trabajar a su modo. "Yo venía de un mundo más libre, no de un mundo cuadrado como uno se podría esperar que es una empresa grande como IBM. Mi visión era errada, porque en IBM me pude desarrollar como yo quería".

En la misma senda, señala que para que Chile cuente con más desarrolladores y éxitos en el mundo tecnológico es clave que se mejoren los procesos de enseñanza. "Creo que la educación hoy día no es holística, cuadra mucho a los niños".

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