Opinión de empleadores y hasta número de premios Nobel influyen en los rankings universitarios
domingo, 11 de septiembre de 2016
Margherita Cordano F.
Educación
El Mercurio
Esta semana se supo que QS posicionó a la Universidad de Buenos Aires como la mejor institución de América Latina, mientras que la medición de Times Higher Education ni siquiera la incluye en su lista. Los resultados difieren por las variables que cada firma analiza.
Por segundo año consecutivo, la Universidad de Buenos Aires es la mejor institución de educación superior en Latinoamérica, según el informe que elabora la firma británica QS. La clasificación -que se dio a conocer a principios de semana- ubica al establecimiento argentino en el puesto 85° a nivel mundial, muy por delante de las otras instituciones iberoamericanas en la lista de las mejores 200: la Universidad de Sao Paulo está en el puesto 120, mientras que la Autónoma de México, Católica de Chile y de Barcelona alcanzan los números 128, 147 y 160, respectivamente. "La Universidad de Buenos Aires sostiene su buen desempeño global en su excelente reputación, tanto entre los académicos y los empleadores que han entregado su opinión en las encuestas globales que QS realiza anualmente. En ambos indicadores, la institución se ubicó entre las mejores 50 del mundo, aunque el puesto 25° en el indicador de reputación entre empleadores ha sido su logro más destacable, que demuestra que continúa educando a los graduados más valorados por las empresas de América Latina y otras regiones del mundo", indica desde Londres Martin Juno, analista de la compañía británica. En un universo cercano a los 20 mil planteles, QS elabora sus resultados en base a 916 universidades. La reputación de las distintas casas de estudio evaluadas es una de las variables que más pesa en este ranking : el 50% del puntaje de cada institución proviene de encuestas realizadas a académicos (40%) y empleadores (10%). Los otros indicadores son la proporción de estudiantes por cada docente (20%), la cantidad de publicaciones citadas por profesor (20%) y la proporción de alumnos y docentes extranjeros (10%). Suministro de datos A pesar de sus buenos resultados en esta medición, la universidad argentina no figura entre los mejores planteles del ranking elaborado por la firma Times Higher Education (THE), también de origen británico. En su análisis, las mejores instituciones de la región corresponden a dos brasileñas; la Universidad de Sao Paulo y la Estatal de Campinas. En el caso argentino, solo la Universidad de Córdoba aparece en su clasificación mundial, situándose entre las mejores 600 a 800 instituciones (no se le otorga un número exacto). "La Universidad de Buenos Aires rehusó participar en el ranking de THE. No suministraron datos, lo cual resultó en su exclusión", explica Ángel Calderón, especialista en evaluación en educación superior y asesor de Planificación e Investigación del Royal Melbourne Institute of Technology de Australia. Que sean las mismas universidades quienes entregan datos sobre su desempeño no es raro. Se hace desde hace 15 años, cuando comenzó la tendencia de clasificar a unas y otras con el objetivo de orientar a los interesados. Aunque cada firma dice preocuparse por verificar la información, en ocasiones se tiende a cuestionar qué tanto ocurre esto. Otra de las críticas más fuertes es que los rankings "no dan cuenta de la idiosincrasia de los sistemas nacionales o de las peculiaridades de cada país. Por ejemplo, no se da cuenta del acceso a universidades de personas de grupos en desventaja social", ejemplifica Calderón. "Actualmente, QS no utiliza la tasa de graduación entre sus indicadores. Las particularidades distintivas de cada sistema educativo dificultan la comparabilidad a nivel internacional", agrega Juno. Innovación en el aula A pesar de estas simplificaciones, Calderón se refiere a las clasificaciones como un mal necesario. Aunque se trata de una mirada acotada de las muchas aristas que componen una universidad, con el tiempo, "se han transformado en instrumentos de medición pública que han resaltado la necesidad de mejoría en muchos niveles", dice a "El Mercurio". En el caso de THE, las variables evaluadas corresponden a cinco ítems: el ambiente educativo (la proporción entre estudiantes y profesores, o el número de académicos doctorados) pesa 30%, igual que el volumen de publicaciones y la influencia de estas, que se mide según la cantidad de citas que se replican. La internacionalización de cada plantel pesa 7,5% y la innovación que se genera desde la sala de clases equivale a 2,5% del total. "Son 13 indicadores que se agrupan en estas cinco áreas", comenta Ellie Bothwell, parte del equipo detrás de la medición. "Es una metodología que se compiló después de una amplia consulta con el sector". Por su parte, el ranking de Shanghái -que se dio a conocer en agosto- utiliza seis indicadores para clasificar. Corresponden al número de alumnos y profesores que han ganado premios Nobel y medallas Fields, el número de investigadores altamente citados, el total de artículos publicados en las revistas Nature y Science en los últimos cinco años, el número de textos citados por terceros y el rendimiento per cápita respecto del tamaño de una institución. 1 er 37.781 empleadores participaron en las encuestas de reputación realizadas por QS en su última medición. Más de 74 mil académicos también contribuyeron con su opinión. 21 de septiembre es la fecha en que Times Higher Education dará a conocer su nuevo informe sobre las mejores universidades del mundo. El actual corresponde a la medición 2015. 700 millones de dólares es el presupuesto anual de la Universidad de Buenos Aires, según indicó al diario La Nación su rector Alberto Barbieri.
lugar ocupa Estados Unidos si se trata de tener las mejores instituciones educativas en el mundo: mientras que en el ranking QS destaca el Instituto Tecnológico de Massachusetts en el primer puesto, en THE gana el Instituto de Tecnología de California. El ranking de Shanghai lo lidera la Universidad de Harvard.
