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A propósito del despojo en la iglesia Los Jesuitas de Calera de Tango

Robo de figuras religiosas: PDI da consejos para facilitar la búsqueda de piezas valiosas

domingo, 11 de septiembre de 2016

Lilian Olivares
Nacional
El Mercurio

Más que la obra en sí, lo importante son los detalles que rodean la figura, dice el inspector de la Bidema Jimmy Vera. Y advierte que es fundamental tener un minucioso registro fotográfico de la pieza que se quiere resguardar.



A lo menos 20 figuras religiosas de un valor histórico importante aparecen en la nómina de obras de arte robadas en los últimos cinco años en el país, que exhibe la PDI en sus páginas. Entre ellas hay un Cristo colonial del siglo XVIII con ojos de vidrio y un Cristo de marfil del siglo XVII, ambos de la tienda de antigüedades Pacareu.

Uno de sus dueños, Joaquín Pacareu, recuerda que el despojo se produjo el 28 de febrero de 2015 y hasta la fecha no han tenido noticias. Antes habían sufrido un "alunizaje" (su tienda queda en Nueva Costanera, Vitacura). "Pero fue más quebradera de vidrios. Esto fue mucho más profesional: Abrieron las vitrinas, escogieron cuidadosamente las piezas, las sacaron sin arrastrarlas, sino levantándolas delicadamente y luego cerraron las vidrieras. Sabían qué hacían", comenta.

No tuvieron el mismo cuidado los ladrones que el sábado 3 de este mes irrumpieron por una ventanilla del campanario de la iglesia Los Jesuitas, en Calera de Tango, y huyeron con tres imágenes también selectamente escogidas entre otras piezas de la misma antigüedad: la Virgen Purísima, una imagen policromada tallada en un solo tronco, de 1,70 m de altura; y dos santos: Luis de Gonzaga y San Ignacio de Loyola vestido con un género blanco. Estas últimas, de 1,60 m de alto. Los desconocidos dejaron en el camino parte de un ramo de lirios que tenía la imagen de Gonzaga y una oreja completa del santo tallado.

Interpol dio la alerta internacional y la Brigada Investigadora de Delitos contra Medio Ambiente y Patrimonio Cultural (Bidema) de la PDI inició la investigación del hecho.

Según el inspector Jimmy Vera, de la Bidema, este tipo de delitos es lento de investigar. Advierte que hay mucho mercado para esas obras a través de internet. Y que, por lo mismo, hay que tomar precauciones. De partida, guardar fotografías de las figuras y fijarse especialmente en sus detalles... en lo que pudiera hacerla diferente y que permita identificarla.

Sobre el tipo de delincuentes que se dedica a este rubro, explicó que muchas veces son "personas que trabajan de ocasión". Vale decir, se dedican por un tiempo al caso. Hace un estudio de seguridad y detectan las falencias en la protección de los lugares donde han decidido robar. "Por eso es importante que las iglesias, los anticuarios y los museos tomen medidas de seguridad con rondas periódicas, y pongan especial atención en el público; en su comportamiento. Por ejemplo, si una misma persona se repite muchas veces, si anda con lentes, con bolsos", dice Vera.

La alerta de Interpol

La dificultad que presentan estos objetos, a diferencia de uno común y corriente, es que muchas veces no tienen número de serie o de inventario. Un televisor robado, por ejemplo, es más fácil de detectar porque al reverso tiene un número. Para poder identificar una pieza religiosa de especial valor, hay que hacer un trabajo de recopilación de información mucho más acabado. ¿En qué nos fijamos? No tan solo en la descripción del objeto. Además, es importantísimo tener un detalle de las roturas de la imagen, las marcas e impresiones que puedan tener. Ese detalle, para nosotros es clave. Y esa es la recomendación que la Bidema hace: que tengan un registro acabado, fotográfico. Siempre es conveniente mantener una buena imagen de los objetos que se pretende cuidar, acompañada de una descripción, tipo de material utilizado, lo que representa, las dimensiones, fecha de cuando se hizo la obra".

Consultado por la tesis del director de la iglesia Los Jesuitas, en el sentido de que las figuras podrían haber sido robadas para venderlas en el extranjero, Vera responde que hasta la fecha en su unidad no han detectado objetos robados en Chile que hayan aparecido afuera. "No obstante, la PDI a través de Interpol, cada vez que en Chile ocurre un robo de un objeto patrimonial, inmediatamente hace un encargo 1-24-7 a todos los miembros de Interpol (significa que está vigente las 24 horas, los siete días de la semana). Se recoge la imagen y se les envía".

Dos angelitos aparecieron 6 años después

Hubo un caso en Los Andes que llamó la atención por el tiempo transcurrido de un robo y la recuperación de las obras. En septiembre de 2009, desaparecieron de la Iglesia San Antonio de Padua, en la comuna de San Felipe, dos esculturas italianas del siglo XVIII. Eran dos ángeles tallados en madera en 1872, fecha en que fue construido el templo. Después de seis años, el Grupo Especializado en Bienes Robados de Los Andes detectó que la tenía un comerciante y restaurador de antigüedades de Renca. Este las había barnizado para modificar su color y las mantenía en su taller a la espera de conseguir una buena venta. La PDI las restituyó a la Iglesia que es Monumento Nacional en abril de este año.

En la Bidema, dice el inspector Jimmy Vera, han recuperado vírgenes robadas del Museo Colonial de San Francisco, de madera policromada. También lograron recuperar un óleo sobre madera, de la Iglesia de San Francisco. "Atrás tenía una inscripción con lápiz verde, lo cual fue un dato importantísimo. Lo ubicamos en la galería de Los Pájaros, en Providencia. Uno de los sujetos intentó vender el óleo a un anticuario que reconoció la obra y nos dio aviso de inmediato. Con la descripción, cruzamos información y pudimos retornarla a sus dueños".

-¿Cuál es, en definitiva, la información más relevante para facilitar la búsqueda?

-Más que la obra en sí, los detalles que la rodean.

Número de serie
La falta de una codificación de estas figuras dificulta su búsqueda.

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