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Recintos han incorporado personal especializado:

Creciente inmigración hace que dominar el creol sea una necesidad en los hospitales públicos

domingo, 11 de septiembre de 2016

René Olivares
Nacional
El Mercurio

Acercar culturalmente a pacientes haitianos y equipos médicos para que se entiendan y acepten, es una tarea que requiere más que una simple traducción desde un idioma poco común.



Hasta la década pasada, la inmigración no revestía mayor problema institucional en el país: la inmensa mayoría de quienes llegaban eran hispanoparlantes, por lo que no estaba la barrera idiomática que sí existe desde el comienzo de la inmigración haitiana al país.

El creol ("criollo haitiano") es un idioma que resulta de la fusión de las culturas haitiana y francesa. Poco se sabía de este en Chile, y los hospitales -que generalmente son el primer acercamiento de los inmigrantes con el Estado chileno- no tenían las herramientas para garantizar a estas personas el derecho legal de entender los procedimientos a los que son sometidos.

Por ello, tuvieron que ingeniárselas. Primero, hace ya varios años, los funcionarios adaptaron cartillas gráficas con dibujos y, a través de esto, averiguaban los síntomas más comunes.

Luego, hubo intentos más profundos, traduciendo para los trabajadores las principales preguntas, pero estos se volvieron insuficientes, en la medida que la inmigración crecía y que la demanda por atención de este grupo aumentaba.

Así es que los hospitales base de las zonas donde se concentran estos grupos (correspondientes a los servicios metropolitano Central y Norte, en Santiago) optaron por ir más allá.

En el hospital Roberto del Río están catastrando la cantidad de pacientes inmigrantes que atienden, pues hasta ahora no saben con exactitud cuántos son. "Es difícil en un hospital de niños, porque en general los niños que se atienden son chilenos, así es que tuvimos que empezar a preguntar por la nacionalidad de los padres", explica la médico Carla Jadue, a cargo del proyecto.

Además, en ese recinto decidieron crear desde julio la figura del "facilitador intercultural", a cargo del haitiano Ralph Jean Baptiste. Él es oficialmente el vínculo entre pacientes y equipos de salud. Cuenta que el choque cultural es fuerte, más allá del idioma, y que tiene que intentar acercar posiciones. "Hay mamás haitianas que no aceptan que el pediatra les diga que tienen que darles colados para comer a sus hijos, porque en Haití esos productos no existen y siempre se les ha dado comida normal a los hijos", ejemplifica.

Baptiste tiene una oficina en el tercer piso del hospital, pero realmente es en los pasillos donde trabaja, explicando a los papás colombianos, peruanos, bolivianos -en un perfecto castellano- o a los haitianos, cuáles son los trámites para lograr que atiendan a sus hijos en el recinto, en Fonasa o en alguna otra repartición estatal.

En el hospital San Borja Arriarán, una matrona ocupa una función similar. Lidia Monroy fue parte durante un año del programa de voluntariado de la fundación América Solidaria, que la destinó a Haití. Ahí aprendió el creol. Cuando volvió a su puesto en el hospital San Borja Arriarán, se dio cuenta de lo importante que era manejar ese idioma. Hoy asesora a todas las áreas del hospital, a la espera de que la semana que viene se sume una "facilitadora intercultural" de forma oficial.

Monroy cuenta que en el parto, "las haitianas entran en una suerte de trance durante el trabajo de parto, que los funcionarios del hospital han debido aprender a respetar".

En la maternidad de dicho recinto, este año, el 51% de los partos ha sido de madres extranjeras. El año pasado era el 40%. Es una imagen que permite proyectar cómo serán los jardines infantiles en un par de años, los colegios en seis o siete y las universidades en 18 años más.

Facilitadores
Los hospitales San José, Roberto del Río y San Borja tienen personal que ayuda en la relación de extranjeros y médicos.

"Hay mamás que no aceptan que el pediatra les diga que tienen que darles colados a sus hijos, porque en Haití no existen".
RALPH JEAN BAPTISTE
Facilitador intercultural Hosp. de Niños Roberto del Río

"Las haitianas entran en un trance durante el trabajo de parto, que los funcionarios del hospital han debido aprender a respetar".
LIDIA MONROY
Matrona Hosp. San Borja Arriarán

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