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Investigación Humor gráfico

Von Pilsener inmortal: los 110 años del primer personaje de la historieta

domingo, 11 de septiembre de 2016

IÑIGO DÍAZ
Artes y Letras
El Mercurio

Nada más que 17 episodios dedicados a Von Pilsener dibujó Pedro Subercaseaux con el seudónimo de Lustig. Son las aventuras de un alemán extraviado en un país de salvajes, publicadas en Zig-Zag entre 1906 y 1907. En un nuevo libro de su serie de rescates del patrimonio gráfico, el investigador Jorge Montealegre aborda el gesto pionero del personaje y su supervivencia en el tiempo.



Fue un aterrizaje forzoso el del emisario alemán Fritz Von Pilsener en Chile. Con más de 107 kilos de peso arribó a Valparaíso en 1906, procedente de Berlín. Venía comisionado por el gobierno de su país para estudiar el comportamiento y "las costumbres salvajes de una lejana rejión llamada Chile", según detalla la leyenda de la primera viñeta cómica publicada en Zig-Zag por el joven dibujante Pedro Subercaseaux Errázuriz, creador del personaje.

En esa oportunidad, Von Pilsener trastabilló y cayó al mar cuando bajaba del vapor. Debió ser rescatado luego por una grúa en el Muelle Fiscal. Pero lo peor estaba por venir: a los pocos días de instalado en Valparaíso sobrevino el gran terremoto del 16 de agosto.

"Cuando estuve investigando la serie de historietas de Von Pilsener me llamó la atención que apareciera ese episodio, porque Subercaseaux fue quien ilustró la portada de Zig-Zag del terremoto de 1906 con una imagen muy llamativa. Luego, cuando ya se había convertido en monje benedictino, pintó una escena del terremoto de 1647", dice el escritor Jorge Montealegre (1954), quien es el autor de una investigación que observa la historia de este pintoresco personaje alemán, considerado el punto de partida para el humor gráfico y el cómic en nuestro país.

"Von Pilsener. Primer personaje de la historieta chilena" (Ediciones Asterión) es un análisis de diversas aristas que viene a complementar una primera investigación del mismo Montealegre sobre este peculiar personaje y su autor, publicada en 1993. Es, además, el sexto título de la Colección La Castaña de esta editorial, que se propone recuperar el patrimonio gráfico nacional.

Montealegre ha sido un activo investigador y principal rescatista de esta cronología gráfica. Tiene publicaciones como "Prehistorieta de Chile" (2003) e "Historia del humor gráfico en Chile" (2008), y para la serie La Castaña enlista más títulos acerca de autores y dibujantes chilenos "Apariciones y desapariciones de Luis Jiménez" (2011), de la que fue editor, "Nato, la sonrisa imborrable" (2012), "Coré, el tesoro que creíamos perdido" (2012) y "Rodrigo Lira, poeta en la tierra del cómic" (2014).

Representación gráfica

Von Pilsener es una piedra angular. Sabio alemán, manso, barbudo, glotón y cervecero, vestido de levita, bastón y sombrero tipo tirolés, siempre está acompañado por su dachshund -o perro salchicha- de nombre impronunciable: Dudelsackpfeifergesselle. "Algo así como 'aprendiz de gaitero'. Yo tardé mucho tiempo en decirlo correctamente", señala Montealegre. Las aventuras de Von Pilsener tuvieron apenas 17 publicaciones en Zig-Zag, entre junio de 1906 y junio de 1907, y allí el dibujante de 26 años firmaba con el seudónimo de Lustig. Sus viñetas presentaban seis escenas distribuidas en una página. En ocasiones fueron nueve cuadros.

"Ese breve período es suficiente para considerar a Von Pilsener como el personaje referencial. Tenía vida propia y sus historias lograban una continuidad. La comunidad de dibujantes de cómic y humor gráfico lo ha adoptado como pionero. Tanto así que en 2006 se celebró el centenario de la historieta chilena, considerando el hito de su primera publicación (24 de junio de 1906) en Zig-Zag. Además, en esa ocasión los dibujantes Themo Lobos, Vicar, José Palomo y Hervi recibieron el Premio Von Pilsener", comenta el investigador.

Von Pilsener personifica la figura del afuerino y de paso trata el fenómeno migratorio "tan importante a comienzos del siglo XX y tan vigente al día de hoy", señala Montealegre. Pero aquí su estudio se detiene con mayor foco en la representación humorística del alemán instalado en Chile.

Según el investigador, Von Pilsener le da forma a ese extranjero que podría haber llegado al sur de Chile a mediados del siglo XIX, durante le proceso de colonización impulsado por Vicente Pérez Rosales. Un alemán de Valdivia, Frutillar o Puerto Varas.

Idas y venidas

El trazo de Subercaseaux fue tan determinante, indica Montealegre, que todo el folclor oral que hasta entonces existía sobre Don Otto, con sus chistes y relatos que se contaban y se cantaban, tomaría más tarde una forma visual que no tenía, basada claramente en la imagen del Von Pilsener, de Lustig. "Los personajes se mezclan. Uno, Don Otto, está en el inconsciente colectivo; otro, Von Pilsener, es más un personaje de culto para los dibujantes jóvenes y de élite para el lector, porque nació en una revista de élite", agrega.

La vigencia del Von Pilsener original fue muy breve. Sus entregas ni siquiera mantuvieron una periodicidad semanal o mensual, y tampoco logró un desenlace narrativo durante su último episodio. Ese final llegó simplemente cuando Pedro Subercaseaux ingresó al monasterio y dejó de dibujarlo.Las aventuras del alemán ocurren en tres momentos. Su accidentado arribo a Valparaíso, su regreso a Berlín para reportar sus descubrimientos y reflexiones, y finalmente un regreso a nuestro país, donde Von Pilsener se reintegra a esta sociedad provinciana como asiduo participante de la política, la hípica, el teatro e incluso de la reposada vida playera viñamarina. Hasta allí la pluma de Lustig sigue vigente, muchas veces con el contraste que produce entre dibujo y leyenda al pie.

Cuando Von Pilsener debió emplearse en un teatro de variedades para subsistir, tuvo la infortunada idea de echar mano a antiguos chistes alemanes. "Lustig señala que 'fue sacado en triunfo hasta la calle', mientras la viñeta muestra que Von Pilsener es echado a patadas del teatro. Esa ironía de Subercaseaux tiene un humor muy elegante", dice Montealegre.

Abandonado en 1907 por su autor, otros dibujantes -algunos incluso no identificados- lo tomaron como propio para extender así sus aventuras en diversas páginas y publicaciones. Para entonces no existían las restricciones de derecho autoral que norman ahora la actividad. "Von Pilsener les pertenecía a todos", dice Montealegre.

El profesor alemán continuó la marcha y sobrevivió a la serie inicial de Zig-Zag. Tuvo sucesivas vidas en revistas como Corre Vuela, Sucesos, La Careta, Topaze o El Peneca. Von Pilsener fue protagonista, incluso, de publicidades de cerveza.

"Se mantuvo vigente aproximadamente hasta los años 40. Incluso existen dibujos muy posteriores, realizados por Hervi, quien lo sitúa, por ejemplo, en Colonia Dignidad. También aparece representado en Condorito. A lo largo del tiempo, la psicología del personaje va cambiando porque se incorpora al chiste político. Según donde aparece se le asigna una opinión y un enfoque distinto. Lo que no cambia es su apariencia. Von Pilsener seguirá siendo Von Pilsener para siempre", cierra Montealegre.

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