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Experimento finalizó este fin de semana:

La monotonía complicó al equipo que simuló vivir en Marte por un año

martes, 30 de agosto de 2016

M. C.
Vida Ciencia Tecnología
El Mercurio

Después de 12 meses aisladas, las seis personas que participaron en el experimento se alistan para conversar sobre los posibles problemas técnicos y psicológicos de una misión real.



Después de vivir un año en un domo al norte del volcán Mauna Loa, en Hawai, este domingo los seis voluntarios que se aislaron para simular las condiciones de vida en Marte por fin respiraron aire fresco. En los meses anteriores, sus movimientos habían estado limitados a la construcción de 11 metros donde habitaban, además de los alrededores de su hogar temporal. En este último caso regía una condición: al salir de la casa, todos debían llevar trajes de astronautas.

La iniciativa fue financiada por la NASA y desarrollada por la Universidad de Hawai, en Estados Unidos. Se le considera la segunda más larga de su clase -la supera un experimento ruso de 520 días- y en ella participaron voluntarios hombres y mujeres provenientes de Estados Unidos, Alemania y Francia. Entre ellos, estaba el astrobiólogo francés Cyprien Verseux, quien poco después de abandonar el domo y saludar a su familia, dijo estar seguro de que una futura misión a Marte sería exitosa.

"Es realista. Creo que los obstáculos tecnológicos y psicológicos pueden superarse", explicó luego de indicar que lo más desafiante de la experiencia resultó ser la monotonía. "Siempre estábamos en el mismo lugar, siempre con las mismas personas". El científico convivió con un físico, un piloto, un arquitecto, un periodista y un especialista en suelo. Para pasar el rato, juntos optaron por aprender a bailar salsa y a tocar el ukelele.

Invernadero

La investigación "es vital en lo referente a elegir tripulantes, determinar cómo van a trabajar en diferentes clases de misiones y resolver los aspectos relacionados con una colonización", explicó Tristan Bassingthwaighte, parte del equipo de la Universidad de Hawai.

En los próximos meses, estos seguirán trabajando con los voluntarios para indagar más sobre cómo se sintieron, de qué forma resolvieron conflictos personales, qué aspectos técnicos resultaron más difíciles, qué recomendarían para optimizar los resultados y qué cosas los sorprendieron. "Uno puede conseguir agua en un terreno aparentemente seco", ejemplificó la voluntaria Christiane Heinecke.

Se refería a los resultados que tuvieron armando un invernadero en un terreno que se considera hostil; la alta elevación de la zona significa que casi no hay crecimiento de vegetación, similar a lo que se presume del suelo marciano.

De ahí que entre las cosas que los participantes dijeron estar más ansiosos de volver a ver estuvieran sus familiares, animales e incluso plantas. En una conferencia de prensa desarrollada a los pocos minutos de abandonar el domo, también manifestaron querer bañarse en el océano y comer productos frescos: en los últimos doce meses, la base de su dieta fue el queso en polvo y el atún en lata.

Aunque por ahora no se conocen mayores detalles, la NASA ha anunciado su intención de enviar una misión humana a Marte en el año 2030.

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