"Hemos pagado los errores de deportistas menos responsables, deportistas que violaron las reglas y hoy respondemos colectivamente...", decía Yelena Isinbayeva antes de que el llanto la traicionara y fuera consolada por el propio Presidente ruso, Vladimir Putin. La doble campeona olímpica del salto con garrocha y el Mandatario fueron los encargados de despedir a parte de la delegación olímpica rusa, que hora a hora sigue perdiendo integrantes, debido a que las federaciones internacionales de cada disciplina están eligiendo con "pinzas" a los deportistas que podrán competir en Río. "Vayan y demuestren lo que pueden hacer, por ustedes y también por nosotros", añadió la "Zarina", ganándose el aplauso de sus compañeros, mientras que Putin precisó: "Cualquier victoria en ausencia de los atletas rusos tendrá un sabor distinto", además de subrayar que los JJ.OO. se han desvirtuado. Mísera esperanza La reina de la garrocha mundial, quien estará ausente de Río, debido al castigo impuesto por la Federación Internacional de Atletismo (IAAF), guardaba hasta ayer esperanzas de que su suerte cambiara. "Mi ánimo no es precisamente festivo. No puedo decir lo que he sufrido. Lo asumiré cuando lo entienda o alguien me diga: 'Yelena, no vas a ninguna parte', pero mientras conserve una mínima posibilidad de acudir a Río, aunque esta sea mísera...", dijo a los periodistas antes de ingresar al palacio presidencial. Aunque ya la IAAF había vuelto a rechazar un pedido de "reconsideración" enviado por el ministro de Deportes ruso, Vitaly Mutko.