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Los usuarios deberán dar acceso al GPS y cámara de su celular, así como al contenido de su mail :

Pokémon Go y otras aplicaciones pueden poner en riesgo la protección de datos personales

domingo, 24 de julio de 2016

A. Chaparro y A. Zúñiga
Nacional
El Mercurio

Pronto estará en Chile, pero en muchos de los países donde ya está disponible se ha abierto un debate por el uso y tratamiento de información que se entrega. También por los problemas de seguridad para los usuarios y la eventual comisión de delitos.



Pokémon, la contracción de Pocket Monster (Monstruos de Bolsillo), es el nombre de la franquicia que partió en los 90 con un videojuego, donde los usuarios debían capturar y entrenar a estas criaturas para, posteriormente, enfrentarlas. Su último producto -que se suma a la serie de televisión, cartas y otros- es Pokémon Go, aplicación que crea la ilusión de tener frente a frente a estas criaturas.

Se trata de un juego de realidad aumentada para teléfonos móviles que ya está disponible en una veintena de países y abrió distintos debates. Dos de ellos, legales. A Chile llegaría en los próximos días.

La aplicación no tiene costo, pero requiere que el usuario dé acceso al GPS y cámara de su celular, así como a la cuenta de correo que tenga en Google, incluida parte importante de su contenido.

Esas condiciones para su instalación están generando algunas aprensiones en la opinión pública por los riesgos que puede haber en el eventual tratamiento de los datos personales entregados por los jugadores a Niantic Inc., empresa creadora del juego en alianza con Pokémon Company y Nintendo.

Según consignó el New York Times, la firma aseguró que solo se ha "usado información básica del perfil de Google" y que está "trabajando en una solución para cambiar los permisos" a un nivel menos invasivo, pero ello aún no ocurre.

En EE.UU., donde ya es posible acceder al juego, los usuarios activos diarios llegaron a 21 millones en los últimos días. Todos ellos habrían aceptado los "términos y condiciones" actuales.

Para el abogado Claudio Magliona, coordinador del Magíster en Derecho y Nuevas Tecnologías de la U. de Chile, lo usual es que las personas no presten mucha atención a este tipo de exigencias si lo que quieren es acceder a ciertas aplicaciones. "Solo cliquean 'aceptar', pero hay que recordar que en internet hacer clic es equiparable a firmar (una autorización)", advierte. Por eso, la primera medida de precaución que recomienda es "ver a quién le doy mis datos".

La opinión del jugador

Entre quienes permanentemente descargan aplicaciones de distinto tipo en sus teléfonos móviles, la protección de los datos personales efectivamente no preocupa demasiado.

La razón es simple, explica Álvaro Cámbara, médico y aficionado a los videojuegos. "Lo más probable es que la aplicación pida los mismos permisos que otras. Además, asumo que el desarrollador es una empresa seria, que no usará de mala forma mis datos", dice.

Una opinión similar tiene Sergio Abogabir, emprendedor en el área de tecnologías y quien ya tiene el juego en su celular. "Lo instalé y los términos y condiciones no los leí, al igual como no leo ninguno, porque la verdad son infinitos y todos dicen más o menos lo mismo".

En Chile, la recolección y tratamiento de datos personales se rige por la Ley N° 19.628, que establece, entre otras cosas, que se requiere autorización del titular para su uso, cuando la normativa no lo permite.

Menores y la regulación local

Magliona piensa que esta regulación es útil. Por ejemplo, menciona que "hay principios en la ley de protección de datos que exige la proporcionalidad: que aquellos que se han solicitado sean proporcionales a la necesidad de datos que se están pidiendo".

Pero es una norma que requiere actualización y "existe consenso en que no es suficiente para garantizar la protección".

Entre las mejoras propone una modificación al sistema de reclamo, que hoy es judicial y exige la contratación de un abogado, pudiendo facilitarse el acceso si existiera una entidad administrativa. Aunque más importante -dice- es la protección de datos de menores de edad.

Hay que preocuparse por este tema, porque "no hay una regulación clara y hoy sabemos que muchos menores acceden a internet, entonces, hasta qué punto es legal y razonable pedirle datos personales a un menor", reflexiona.

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