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Delegación boliviana en el norte de Chile:

El paso a paso de la operación Choquehuanca

domingo, 24 de julio de 2016


Reportajes
El Mercurio

Al comienzo el gobierno boliviano se negó, por varios días, a entregar los detalles de la delegación. Y al final colmó la paciencia del Gobierno al cantar el Himno del Mar en Antofagasta. Son los extremos de una visita que incluyó una dudosa detención en el río Lauca, empujones a autoridades chilenas y un inédito montaje comunicacional que dejó las relaciones en estado terminal. Matías Bakit R.



Fue la gota que rebasó el vaso. Ya había terminado la visita de la delegación boliviana -encabezada por el canciller David Choquehuanca- a los puertos del norte de Chile cuando, al interior del Hotel Antofagasta, en plena conferencia de prensa, comenzaron a entonar el Himno del Mar, aludiendo a la "nostalgia" por el territorio perdido.

A esas alturas, el día martes 19, los ánimos en la Cancillería ya estaban caldeados. El análisis era que Choquehuanca y compañía habían intentado burlarse de Chile, provocar al país e incluso adjudicarse falsos derechos soberanos de instalaciones al interior del Puerto de Arica.

Todo esto ya había sido analizado en la mañana, entre las 10:30 y las 12 horas, en una reunión del llamado Comité de La Haya, formado para dar seguimiento al juicio ante la Corte Internacional y compuesto, entre otros, por el ministro Heraldo Muñoz; el subsecretario, Edgardo Riveros; los agentes José Miguel Insulza y Ximena Fuentes; el asesor Alberto van Klaveren; el embajador en misión especial Gabriel Gaspar y el experto comunicacional, Ascanio Cavallo.

Ahí se concordó que había que dar una señal concreta de enojo. Y se sugirió la posibilidad de denunciar el tratado bilateral que genera la exención de visas para las autoridades bolivianas, idea que el canciller Heraldo Muñoz aprobó, en principio.

Pero la entonación del himno naval por parte de la delegación boliviana precipitó las cosas y puso en marcha la respuesta chilena. En poco tiempo, el ministro se contactó con la Presidenta Michelle Bachelet, quien dio luz verde a la idea. Posteriormente, Muñoz conversaría con las comisiones de Relaciones Exteriores de ambas cámaras, que entregaron apoyo unánime.

Fue el episodio final del polémico viaje, cuyos preparativos formales se hicieron casi a última hora, pero que llevaba un mes siendo anunciado por los bolivianos a través de la prensa, en un juego comunicacional destinado a exasperar a Chile.

Este es el cronograma de cómo, en una semana, terminaron precipitándose los hechos.

Miércoles 13. 18:00 horas.

El vicecanciller boliviano, Juan Carlos Alurralde, visita al cónsul de Chile en La Paz, Milenko Skoknic, y le entrega lo que desde Santiago hace rato se espera: una nota oficial anunciando el viaje de Choquehuanca a Chile. El documento tiene solo siete líneas, en las que simplemente se comunica la visita, "en el marco del Tratado de 1904", a los puertos de Arica y Antofagasta. Skoknic pregunta por detalles sobre el programa y los integrantes de la comitiva. No hay respuesta.

Poco después, el Gobierno chileno se entera de que los medios de prensa bolivianos han sido citados a las 5 am del domingo 17, para salir con destino a Arica.

Jueves 14. 15:00 horas.

Chile advierte, por medio de una nota diplomática, que, si no se acuerda un programa entre las partes, la visita de Choquehuanca solo podrá considerarse como privada. Ese día y el siguiente se insiste en pedir a Bolivia los detalles del viaje.

Viernes 15. 18:00 horas.

La Paz hace llegar la lista de integrantes de la delegación. Y aunque las autoridades chilenas ya están convencidas de que el viaje tiene como fin montar un "show comunicacional", el número de personas igual sorprende: 58, desglosadas en 7 funcionarios de Cancillería, 3 senadores, 5 diputados, 3 oficiales de la Procuraduría de Bolivia, 10 choferes y 30 periodistas.

Es este último número el más revelador, pues advierte del tamaño del aparataje mediático. Según se recuerda en el ministerio, ni siquiera el secretario de Estado de Estados Unidos, John Kerry, había venido a Chile con una delegación tan numerosa.

Sábado 16.

El comité de La Haya se reúne para discutir el asunto. Tras eso, el embajador delegado en el Norte Grande, Gabriel Zepeda, recibe la misión de comunicarse con los intendentes, gobernadores y autoridades de los puertos, así como con la PDI y Carabineros. El mensaje es claro: hay que tratar la visita como un viaje "privado", sin privilegios especiales, pero, eso sí, teniendo prudencia con la investidura de Choquehuanca.

También se emite un comunicado, calificando la inminente visita como una "descortesía flagrante", dada la precipitación y la insistencia boliviana en no concordar un programa.

Un día después, el canciller Muñoz se contactará vía WhatsApp con distintos parlamentarios de las comisiones de Relaciones Exteriores de ambas cámaras para coordinar reacciones. La idea es responder a las provocaciones mostrando calma.

Domingo 17. 12:00 horas.

La delegación llega a mediodía al Control Fronterizo Chungará, en la frontera con Chile, en siete autos y un bus. Choquehuanca pide ser exceptuado de la revisión aduanera. Además rechaza someter a revisión su equipaje. Siguiendo la instrucción de prudencia dada por las autoridades, los agentes del complejo no impiden el paso del visitante, pero sí levantan un acta del incidente, marcando la irregularidad.

En otro de los autos, los perros del SAG encuentran cinco manzanas que el senador Omar Aguilar no ha incluido en la declaración jurada que toda persona debe hacer al ingresar al país, conforme a las normativas silvoagropecuarias. Ante la negativa de los funcionarios chilenos a su pedido de cambiar la declaración, los trata de "antibolivianos" y se niega a firmar el acta de incidente obligatoria.

Domingo 17. 13:56 horas.

El grupo se detiene en el humedal de Cotacotani, desde donde el canciller Choquehuanca camina 300 metros hasta un punto que posteriormente identificaría como el río Lauca. Desde ese lugar, sin embargo, solo puede verse un pequeño afluente del río en cuestión, según han explicado conocedores de la zona.

La comitiva sigue rumbo a Putre, donde almuerza y permanece hasta las 18 horas.

Domingo 17. 20:00 horas.

Con dos horas de atraso, el grupo llega a Arica, donde el Consulado de Bolivia ha organizado la conferencia "Saludo por la unidad de los pueblos" en un terreno al costado de su sede. A la actividad asisten unas 150 personas.

Lunes 18. 9:15 horas.

En el Terminal Puerto de Arica (TPA) se recibe una solicitud que anuncia la visita de la delegación "al promediar las 9.00 am", es decir, para 15 minutos antes. De hecho, el grupo llega en el mismo momento en que los ejecutivos leen con sorpresa los requerimientos de los visitantes. Entre otros, permitir el ingreso de 50 personas, distribuidas en 13 vehículos. Ello contraviene normas internacionales que prohíben que quienes visiten los puertos los recorran libremente: deben hacerlo en buses provistos por el lugar y siguiendo a un guía. Además, según el reglamento, la visita debe ser avisada al menos 48 horas antes.

Por lo anterior la autoridad portuaria rechaza el ingreso, pero propone como opción que la comitiva entre al inicio del segundo turno, a las 15:30. Por la premura, solo se permitirá el paso de 25 personas.

La respuesta provoca la ira entre los miembros de la delegación, quienes intentan exigir la entrada inmediata, argumentando que los terminales aduaneros que Bolivia administra le otorgan una especie de derecho soberano a ingresar.

Finalmente, los visitantes deciden esperar las seis horas que faltan permaneciendo en las puertas del lugar.

Lunes 18. 15:50 horas.

En un bus asignado por el TPA la delegación boliviana recorre el puerto en un trayecto de dos horas. El grupo realiza distintas paradas para destacar lo que Bolivia denunció el año pasado ante la Aladi como supuestos incumplimientos del Tratado de 1904.

Durante el trayecto, se producen varios incidentes. La mayoría, protagonizados por el presidente del Senado boliviano, José Gonzales, quien varias veces interrumpe al guía de la empresa portuaria, incluso -según algunas versiones- insultándolo.

De las discusiones son testigos las autoridades del puerto y el embajador Zepeda, quienes también viajan en el bus y en las distintas paradas intentan intervenir para responder a las acusaciones de las autoridades bolivianas. Cada vez que ello ocurre, miembros de la delegación recurren a empujones y codazos, buscando impedir que sus explicaciones sean escuchadas.

Martes 19. 8:30 horas

La comitiva llega a Antofagasta luego de haber viajado toda la noche en bus, desde Arica. Aquí no hay mayores dificultades, pues, al contrario de lo sucedido antes, la delegación boliviana sí ha formulado el necesario aviso con 48 horas de anticipación.

El grupo visita a las 9:30 el antepuerto de Portezuelo y a las 11:00 el puerto mismo. Finalmente, a las 15 horas, en el Hotel Antofagasta, el canciller Choquehuanca resume las supuestas "violaciones de Chile" en un Power Point ya preparado, para luego concluir con la entonación del Himno del Mar, provocación que colma la paciencia de La Moneda.

Ver entrevista al gerente del Puerto de Arica en B 6.

La delegación boliviana viajó 2.314 km en bus. Las excepciones fueron Choquehuanca y los presidentes de las cámaras, quienes hicieron el último viaje, de Iquique a La Paz, en avión.

En la nómina inicial de la delegación estaba el procurador Héctor Arce, uno de los ideólogos de la demanda ante La Haya. Finalmente no viajó.

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