Socialistas y Ciudadanos niegan apoyo parlamentario para que Rajoy forme gobierno
martes, 28 de junio de 2016
Francisca Maturana Torres
Internacional
El Mercurio
El actual Presidente en funciones reclamó su "derecho a gobernar", al contar con el mayor caudal de votos.
A pesar de ser el claro vencedor de las elecciones legislativas en España, la falta de mayoría absoluta obligó al Partido Popular a volver a negociar con los mismos jugadores. El Jefe del Gobierno en funciones, Mariano Rajoy anunció ayer que buscará dialogar con "todos" los partidos y reclamó su "derecho a gobernar". Pero un acuerdo podría no llegar tan rápido: tanto los socialistas del PSOE como Ciudadanos se mostraron contrarios a facilitar su investidura. "Mi mano sigue estando tendida para formar ese gobierno que garantice la estabilidad que España necesita", afirmó ayer Rajoy tras reunirse con su formación para analizar los resultados del domingo. Más de 7,9 millones de electores -el 33% de los que acudieron a las urnas- respaldaron el proyecto defendido por el PP (centroderecha), que será la principal fuerza política en el Parlamento, con 137 de los 350 escaños, que no le valen para gobernar en solitario. La formación, que resultó la más fortalecida, ganó casi 700.000 votos, o 14 diputados, con respecto a los comicios que derivaron en un bloqueo político el pasado diciembre. Por su parte, el PSOE se salvó de ser desplazado como la fuerza más importante de izquierda, pero se quedó con 85 escaños, cinco menos que en diciembre, el peor resultado de su historia. Esta vez, el PP tiene dos alternativas de gobierno: por un lado, un acuerdo con el PSOE, al que también se podría sumar Ciudadanos, y, por otro, con el partido de Albert Rivera y con dos formaciones nacionalistas moderadas minoritarias: el Partido Nacionalista Vasco, con cinco diputados, y Coalición Canaria, con uno. La suma daría 175 escaños, a uno de la mayoría absoluta. Rajoy se mostró abierto a "hablar con todos" para acabar con el bloqueo, ya que la convocatoria de unos terceros comicios sería "algo inaudito e irresponsable". Sin mencionar directamente ninguna sigla, Rajoy afirmó que "el Partido Popular sigue dispuesto a dialogar, a hablar y a pactar". Urgencia Haciendo especial hincapié en la "urgencia" de la formación del nuevo Ejecutivo, Rajoy señaló que los contactos comenzarán tras el consejo de la Unión Europea sobre el Brexit que se realizará en Bruselas esta semana, y la primera llamada será al "PSOE, que es la segunda fuerza política de España". El objetivo -agregó- es tener gobierno "a finales de julio o principios de agosto (...) porque los retos que tenemos por delante son importantes". A pesar de las peticiones de diálogo de Rajoy, la formación liderada por Pedro Sánchez rechazó respaldar al jefe de Gobierno en funciones. "Nosotros no vamos a apoyar a Rajoy para la investidura, y tampoco nos vamos a abstener; tiene que ser Rajoy el que busque entre sus afines ideológicos apoyos suficientes para sacar adelante esa investidura", manifestó el portavoz de los socialistas en el Congreso, Antonio Hernando. "El PSOE estará donde nos han puesto los ciudadanos en este momento, que es en la oposición", agregó. La legislación española establece que el candidato a Presidente debe presentarse a una votación de investidura en la que necesita una mayoría absoluta en la cámara. Si no lo consigue, 48 horas más tarde se celebra una nueva votación, en la que bastaría una mayoría simple, lo que abre la puerta a que la abstención de otros partidos permita el nombramiento. Pero al rechazo de los socialistas se sumó Ciudadanos, uno de los más afectados en las legislativas, al obtener 32 escaños, ocho menos que el año pasado. El líder de la formación, Albert Rivera, aseguró que no apoyarán "ningún gobierno de Mariano Rajoy". "Si todo tiene que ser igual, con el mismo Presidente, estaremos en la oposición. Si alguien quiere contar con los votantes de Ciudadanos, tiene que saber que queremos cambio", agregó. Pese a estas declaraciones, el dirigente liberal anunció que promoverá una mesa de negociación tripartita junto al PP y al PSOE. Pero a Rajoy la opción de ceder el liderazgo le resulta inaceptable. El Mandatario consideró que fue revalidado en las urnas al ser el único candidato que mejoró su posición respecto de las elecciones de diciembre y que en esas condiciones ninguno de sus opositores tiene derecho a exigirle la renuncia. "No vamos a abdicar de la responsabilidad de gobernar, y yo no voy a renunciar a gobernar porque hay ocho millones de españoles que nos han apoyado. Me gustaría gobernar con un apoyo suficiente, pero si no es posible, gobernaremos con los apoyos que nos han dado los españoles, y supongo que algunos pactos puntuales", afirmó ayer el Presidente en funciones. Contra los pronósticos, la tercera fuerza en el Parlamento será la coalición de izquierdas Unidos Podemos, que buscaba en estas elecciones terminar con el bipartidismo en España (ver nota relacionada). Para Cesáreo Rodríguez-Aguilera, experto de la Universidad de Barcelona, fue precisamente el llamado "del PP a concentrar el voto conservador frente a la posibilidad de que Podemos quedara segundo" lo que ayudó a Rajoy a crecer en estas elecciones, el llamado "voto del miedo". De todas formas, el futuro se prevé complejo. Si se mantiene el rechazo de los partidos de la oposición a apoyar un gobierno del PP, se podría provocar otra vez el bloqueo institucional que se dio tras las elecciones de 2015 y que llevó a la repetición de los comicios. El Congreso elegido el domingo se conformará el 19 de julio, y los partidos tienen hasta entonces para negociar, pues a partir de esa fecha comenzará la ronda de consultas del rey Felipe VI para determinar a quién le encarga la formación del gobierno. ''No vamos a abdicar de la responsabilidad de gobernar, y yo no voy a renunciar a gobernar porque hay ocho millones de españoles que nos han apoyado".
Mariano Rajoy,
LÍDER DEL PP.
