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Fue miembro de la primera selección chilena, en 1910:

Próspero González, el obrero que brilló en otra Copa Centenario

domingo, 26 de junio de 2016

David Reyes
Deportes
El Mercurio

Pionero del fútbol criollo, González fundó el club de trabajadores Arco Iris F.C., protagonizó la primera gira exitosa del combinado nacional a Brasil y también la primera farra de un camarín chileno, fue confundido con el heredero de un millonario y murió en la misma pobreza en que nació.



"Si usted no lo conoce, le confundirá con el montón. De jockey y humilde traje, quizá usted tendría para él hasta un gesto desdeñoso. Y, sin embargo, ese obrero retraído y de vestimenta precaria tuvo días de gloria, supo de las emociones que produce el aplauso atronador y sintió la ráfaga acariciadora del vítor frenético... constituyó un ídolo de las multitudes". Así describe a Próspero González (1884-1936) el periodista Carlos Zeda en la revista Los Sports del 30 julio de 1926, luego de visitarlo en su hogar, golpeado por la pobreza. "Está viejo dentro de sus cuarenta años", agrega el cronista sobre uno de los pioneros del balompié chileno.

Próspero González fue integrante de la que es considerada la primera selección que se conformó en Chile, llena de apellidos y acentos británicos, como L.C. Gibson y J. H. Hamilton del Valparaíso F.C.; Andrés Hoyl, Frank Simmons y J. P. Davidson del Badminton; Henri Allen del Unión F.C., y Colin Campbell del Santiago National F.C. Con ellos fue a disputar la Copa Centenario de la Revolución de Mayo a Buenos Aires en 1910.

González, que fue el único obrero de esa delegación, se dio a conocer en ese torneo, y en 1913 sería la estrella de la gira a Brasil, la primera exitosa del combinado nacional y en la que ocurriría la primera farra de una selección chilena. En 1916, jugaría el primer Sudamericano. "González no registra goles, porque era un medio zaguero, lo que hoy llamaríamos un volante", dice el historiador de la Universidad de Chile Eduardo Santa Cruz.

Amor a la camiseta

A principios del siglo XX, Santiago estaba acordonado por los conventillos e invadido por el fútbol, el deporte que entró al país por Valparaíso en los pies de los comerciantes ingleses y que hipnotizó primero a la aristocracia, y luego a las clases populares. González fundó junto a un grupo de trabajadores el Arco Iris FC en 1904. "No es un fenómeno excepcional", asegura Santa Cruz, "para esa época el fútbol se había difundido territorialmente y por las diversas clases sociales, gracias a los profesores normalistas que lo enseñaban en las escuelas públicas", explica el historiador. "Próspero simboliza un tipo de deportista criollo que no era el sportman aristocrático, y es uno de los primeros ídolos en una época en la que no había código laboral, se trabajaba 12 o 14 horas, de lunes a sábado y los obreros le tenían que quitar espacio a su tiempo libre para el fútbol, el día domingo", dice Santa Cruz.

La investigadora estadounidense Brenda Elsey, autora del libro "Citizens and Sportsmen: Fútbol and Politics in Twentieth-Century Chile", coincide: "Es uno de los primeros ídolos de fútbol en Santiago. Los clubes y ligas reflejaban grandes diferencias en el acceso a los espacios públicos, pero también se daba la paradoja de que en el deporte la gente puede suspender por unos momentos su racismo o clasismo con el fin de ganar". Elsey profundiza: "(Próspero) cambió el estereotipo del jugador de la clase obrera demasiado apasionado".

-¿Qué contribuyó a que se convirtiera en ídolo?

"Los primeros periodistas deportivos describían a González como un talento único y disciplinado. Además, él rechazó jugar para los equipos más ricos de ese tiempo, desafiando la idea de que los jugadores pobres estaban motivados por el dinero".

Sebastián Salinas, experto en historia deportiva, reseña: "Él fue muy respetado, porque nunca quiso abandonar el Arco Iris, el club obrero que fundó, pese a que tuvo ofertas y era uno de los mejores jugadores de Santiago". Con el Arco, en 1906 ganó la copa de la asociación Arturo Prat. Además, conquistó los torneos Centenario, Benjamín Franklin, Nataniel Cox, Héctor Arancibia Laso y dos veces la Copa Unión.

Solo cuando dicho club desapareció, tras dos décadas de existencia, González decidió vestir la camiseta del Primero de Mayo, otro club obrero. Ya tenía 40 años.

Victorias y farra

"Seguramente era el jugador más popular de su época. Tiene una gran anécdota: en 1913, la selección se dividió y una facción fue de gira a Brasil con Carlos Fanta como técnico. Al regreso, Próspero fue recibido como un héroe, pero se supo que allá un riquísimo hacendado aseguró que era su hijo resucitado y trató de convencerlo para que se quedara", revela el periodista Edgardo Marín. No fue lo único que ocurrió en la gira.

Aquella fue la primera ocasión en que viajó una selección compuesta solo por chilenos. El 16 de septiembre de ese año, "El Mercurio" publicó: "Los últimos telegramas han dado cuenta del hermoso triunfo que nuestros representantes obtuvieron en el primer match jugado contra los bravos foot-ballers de las escuelas militares de Brasil... y en el que se disputó el valioso premio ofrecido por el Presidente Hermes da Fonseca, quien presidió el acto... Ya somos poseedores del más preciado trofeo que se ha disputado en Brasil".

Los chilenos se impusieron por 2-1 al combinado de Guerra y Marina en Río de Janeiro. Luego de ganar la Copa Mariscal Da Fonseca, jugaron varios amistosos con clubes de esa ciudad y de Sao Paulo.

Las dos horas de entrenamiento al día que realizaba la selección austral impresionaron a los brasileños, según consignan los corresponsales: "La prensa local comenta que la conducta de nuestros jugadores es intachable".

La verdad es que no fue tan disciplinado el viaje. El propio González se lo contó a Zeda: "Era la víspera de nuestro partido con el Carioca, once sobre el cual, nos habían asegurado, íbamos a una fija. En esa confianza aceptamos los festejos de nuestros compatriotas 'palos gruesos' en la industria del café. Los cajones champañeros se vaciaban como por encanto... Al final, el Carioca nos dio una paliza: 6 goles por 1".

Fue en la estación de trenes Campos Salles de Sao Paulo donde vivió la extraña anécdota del hacendado que lo quiso adoptar: "Allí, un caballero, que después supe que era muy rico, me echó los brazos al cuello y rompió a llorar porque creía que yo era su hijo que había resucitado. Tanto era el parecido físico. No había quien lo convenciera de lo contrario. El buen señor lloraba y me sujetaba del vestón para que no me fuera", le narró el futbolista al cronista de Los Sports.

Su vida prosiguió lejos de riquezas y comodidades. En la década de los 30 se realizaron eventos benéficos para ayudarlo económicamente: "Era muy pobre, dejó una viuda y cinco huérfanos, pero es muy difícil rastrear datos sobre Próspero, muchas cosas se transmitieron por la tradición oral", cierra Santa Cruz.

Falleció el 31 de octubre de 1936, un domingo, día de fútbol para los obreros. "El Mercurio" consignó que su deceso se produjo "después de penosa enfermedad". De sus funerales se hizo cargo la Asociación de Fútbol de Santiago. Al día siguiente, se escribió en este diario: "La figura de Próspero González fue en su tiempo, no solo la más brillante, sino también, la más respetada".

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