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Los protagonistas rememoran sabrosos capítulos del choque entre la Roja y los cafeteros:

Las historias tras bambalinas de los duelos entre Chile y Colombia

miércoles, 22 de junio de 2016

Raúl Neira y David Reyes
Deportes
El Mercurio

Las pillerías de la selección de Luis Santibáñez para ganar a cualquier precio; la agridulce jornada del "Pillo" Vera en la semifinal de la Copa del 87, y las razones que tuvo Nelson Acosta para darle la titularidad a un bisoño Claudio Bravo, en 2005, son algunas escenas de colección.



En octubre de 2005, por las clasificatorias al Mundial de Alemania, Chile visitó a Colombia en la calurosa y húmeda Barranquilla. En la jornada previa, el tema era quién jugaría en el arco: el experimentado Nelson Tapia, que venía de actuar en el 5-0 en contra ante Brasil, o Johnny Herrera, entonces de 24 años.

Pero Nelson Acosta tenía un as bajo la manga.

Caía la noche del viernes 7, en el Hotel Puerta del Sol, cuando el técnico llegó hasta la habitación de Claudio Bravo. "¿Cómo estás?", disparó. "Bien", contestó el guardián de Colo Colo. "Qué bueno, porque mañana jugás vos", agregó el DT.

El arquero, que tenía 22 años y un solo partido oficial en la Roja -en la Copa América 2004-, mostró una sonrisa nerviosa. "De qué te reís... Hablo en serio. Mañana sos titular", le recalcó Acosta.

En la caída de la Roja en Brasil, hubo varios errores en el juego aéreo. "Miré los defensas que tenía y había poco para cambiar y mejorar. Entonces, creí que quien nos podía dar una mano en ese tema era Bravo, que por arriba andaba espectacular. No había discusión: el que mejor salía a cortar centros era él... Tomé la decisión y no se la dije a nadie. No estaba tan equivocado: Claudio no salió más del arco de Chile", reflexiona Acosta. Once años después, es el jugador con más partidos por la selección: 104.

Gol y "castigo"

Por la Copa América de 1987, Chile se topó con Colombia en semifinales, en Córdoba. No hubo goles en los 90'. "Entré en el alargue y nos hicieron el 1-0", recuerda Jaime Vera. El gol de Bernardo Redín, sin embargo, encontró una rápida respuesta en Fernando Astengo, quien anotó el 1-1 con un cabezazo.

Poco después, el "Pillo" marcó la diferencia. "Aproveché un rebote en el área chica y puse el 2-1... Fue el gol más importante de mi carrera, sin ninguna duda. Está en la historia del fútbol chileno, porque nos permitió disputar la final del torneo", cuenta.

El gol fue celebrado por todos, incluido el técnico Orlando Aravena, quien en medio de los festejos tuvo tiempo para dedicarle palabras poco felices al héroe de la jornada.

"Estábamos abrazados", recuerda Vera, "y me dice 'bien Jaime, bien, pero igual no vai a jugar la final...Yo pensé que era una broma, porque bromeaba con todos. Pero desafortunadamente no jugué ante Uruguay. Don Orlando, con quien yo tenía una gran confianza y era el único jugador que lo tuteaba, quería que jugara Hugo Rubio, quien estaba saliendo de una lesión al tobillo".

Señoritas en el hotel

La Copa América de 1979 no tuvo una sede fija, por lo que se disputó con partidos de ida y vuelta. El 5 de septiembre, Chile -dirigido por Luis Santibáñez- derrotó a Colombia por 2-0 en el Estadio Nacional. "Era el tiempo del fútbol malandra", advierte Leonardo Véliz, parte de aquel plantel. Y explica: "Todo valía y los partidos se empezaban a jugar en los pasillos, tenías que cuidarte de las comidas en los hoteles o te ponían Valium".

Los cafeteros se concentraron en el Hotel Carrera, "y se les puso como anzuelo un grupo de niñas muy bonitas; algunos colombianos agarraron papa la noche previa. Se les tomaron fotos. El día del partido, en el camarín de la Roja preguntan quién se atreve a entregarles las fotos a los colombianos en la cancha, envueltas en los banderines que se intercambian, y me ofrecí para pasárselas al portero Pedro Zape. Bonvallet se la pasó al negro Willington Ortiz, su mejor hombre", recordó Véliz.

"Ortiz, al ver la foto, le dijo a Eduardo que le pudieron haber tomado más fotos. Claro, el negro venía de un barrio bravo y le dio lo mismo", cierra el "Pollo".

"Tomé la decisión y no se la dije a nadie. No estaba tan equivocado: Claudio no salió más del arco de Chile".
NELSON ACOSTA Y EL DÍA QUE PREFIRIÓ A BRAVO.

"Yo pensé que era una broma, porque bromeaba con todos. Pero desafortunadamente no jugué ante Uruguay".
JAIME VERA Y LA "FELICITACIÓN" DE ORLANDO ARAVENA.

"Se les puso como anzuelo un grupo de niñas muy bonitas; algunos agarraron papa la noche previa y se les tomaron fotos".
LEONARDO VÉLIZ Y EL 2-0 DE 1979.

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