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El establecimiento fue destacado por sus buenos resultados:

La educación emocional se toma el corazón de un jardín infantil en Copiapó

domingo, 19 de junio de 2016

M. Cordano
Educación
El Mercurio

Profesores y apoderados trabajaron de forma conjunta para ganar fondos que les permitieran instruirse en el tema. Hoy tienen niños mucho más dispuestos a expresarse.



Todas las mañanas, los niños del Jardín Infantil Las Campanitas cierran sus ojos por cinco minutos. A veces lo hacen sentados en su puesto, otras acostados en el suelo o desde el círculo que juntos forman en la alfombra. Sin importar el lugar, la actividad se repite: todos se llevan las manos al pecho y se concentran en escuchar los latidos de su corazón.

"Son niños acostumbrados a un mundo que se mueve rápido. Y lo que buscamos es que logren desconectarse, que se acostumbren y no se incomoden con estos ritos del silencio", cuenta Bernardita Guerrero, directora de este establecimiento en la ciudad de Copiapó. Ahí acuden poco más de 200 niños; desde alumnos que viven en tomas hasta otros cuyos papás trabajan en las empresas que están alrededor.

"Hay contextos bien distintos, pero hace dos años todos coincidían en decir que sus hijos tenían mañas. Hablaban de berrinches, y se quedaban con la idea de que eran niños explosivos", indica Guerrero. Lo explica para justificar cómo es que el jardín llegó a transformarse en una institución cuyo sello está puesto en la educación emocional de los niños. Tan en serio se toman la tarea, que en 2014 postularon y ganaron fondos del Gobierno Regional, lo que les permitió comenzar a ser asesorados por especialistas externos.

"Las educadoras estaban buscando entender cómo se expresan los niños. A mí me ha tocado vivir en varios países asiáticos, así que a Chile me traje una serie de métodos que se inspiran en lo que aprendí en Tailandia, Laos o Hong Kong en relación con un área que se conoce como educación contemplativa", explica Francisco Leria, psicólogo y académico de la Universidad de Atacama. Por seis meses, Leria visitó Las Campanitas para hacer talleres en torno a conceptos relacionados con la meditación, el yoga y la comunicación.

"El ejercicio de sentir sus latidos en silencio tiene por objetivo cultivar la atención, y en un siguiente paso ayudar a los niños a expresarse. Por eso a las educadoras se les enseña a guiar la actividad para que al término de esta ellos cuenten cómo estaba su corazón, al mismo tiempo que se les explica que es normal que a veces esté triste y otros días feliz".

Resonancia

En un principio no resultó fácil mantener a un grupo de niños quietos y atentos a nada más que su cuerpo. Pero con la práctica lograron acostumbrarlos y ahora es común que quieran manifestar cómo se sienten ante distintas situaciones.

"Cuando en Copiapó hubo un aluvión, uno de los niños contó que su corazón estaba con pena porque había perdido sus juguetes por culpa del barro. Al otro día, muchos otros llegaron con juguetes suyos de regalo, lo que muestra que supieron escuchar y que hubo una resonancia emocional, porque fueron y les contaron a sus papás", ejemplifica Leria.

"Otros niños han contado que están tristes porque no ven al papá, o que están contentos y sorprendidos porque la mamá no les sirvió la leche en una mamadera, sino en un jarro", agrega Bernardita Guerrero.

Desde que se atreven a hablar más de sus emociones, las pataletas de sus hijos se han vuelto más escasas, cuenta Sandra Gallo, mamá de dos niños de seis y tres años y actual tesorera del Centro de Padres del establecimiento.

"A todos los papás se les invitó a participar en los talleres con el psicólogo, lo que ha hecho que el proyecto -para el que incluso dimos ideas cuando se postuló a los fondos- sea parte de la comunidad. Con las reuniones aprendimos que no todo es maña, que siempre es importante conversar para ver qué cosas gatillan eso".

Los buenos resultados que ha traído este periodo de pausa por el que trabajaron papás, niños y profesoras han hecho que esta semana los representantes del jardín estén en Santiago participando en un seminario organizado por la Fundación Integra, centrado en compartir buenas ideas para la primera infancia.

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