Marcando una décima por debajo de las estimaciones de mercado, el IPC en mayo subió 0,2% respecto al mes anterior acumulando una variación de 4,2% en doce meses, con lo cual sigue ubicándose sobre el techo del rango meta del Banco Central, de 3% más menos un punto. Los productos que más subieron en el mes fueron los tomates, con una alza de 40,9%. Ello tuvo una incidencia de 0,148 punto porcentual en el IPC total del mes. También escalaron los zapallos italianos, con 26,3%, y las alarmas para la vivienda, con 6,7% (ver nota secundaria). Entre las bajas de precio figuran música y películas (-13%), vino espumante (-7,2%) y transporte aéreo (-6,7%). De este modo, las alzas en la división de Alimentos y Bebidas No Alcohólicas tuvieron una incidencia positiva, las que fueron contrarrestadas por las bajas en la división salud. La principal sorpresa fue una caída de 0,1% en el IPCSAE -que excluye alimentos y energía-. Factores transitorios como alzas en los tomates y la gasolina son los que explican el aumento en la variación mensual, pero -destaca un informe de BBVA Research- los servicios muestran decaimientos inflacionarios que "pueden vincularse a las abultadas holguras y pérdida de dinamismo del mercado laboral en empleo y salarios". En el mismo sentido, BICE Inversiones plantea que el bajo crecimiento de la economía y el deterioro en el mercado laboral podrían comenzar a desacelerar la inflación anual en los próximos meses. El 51% de la canasta de bienes y servicios que componen el IPC anotó alzas de precio en mayo, proporción inferior a los registros para el mismo mes de 2014 y 2015. "Esto refleja que, en el margen, la persistencia inflacionaria perdió más fuerza de la prevista", es el análisis de Banchile Inversiones. En su Informe de Política Monetaria (IPoM), el Banco Central mantuvo esta semana la proyección de inflación anual de 3,6% a diciembre, que había previsto en marzo, y anticipó que esta variable descenderá a valores en torno a 3% en la primera mitad de 2017. En opinión de analistas, las últimas cifras de IPC evidencian menores presiones inflacionarias que las previstas hace unos meses, lo que refuerza los argumentos para mantener la tasa de interés de política monetaria (TPM) este año y el próximo e incluso para eliminar el sesgo alcista. No obstante, uno de los riesgos para la inflación planteados por el Banco Central es el proceso de alza de tasa de la Reserva Federal de Estados Unidos por su impacto en el tipo de cambio y en la inflación. En la encuesta quincenal que levanta el Banco Central, operadores financieros proyectan para el IPC de junio un aumento de 0,3% respecto a mayo. Analistas prevén que este mes incidirán, entre otros, factores estacionales en los precios de verduras, alzas en las gasolinas y también en los paquetes turísticos producto del inicio de las vacaciones de invierno.
El IPC de mayo reajustará el valor de la UF a niveles de $26.067,69 el 9 de julio.