jueves, 26 de abril de 2007
Soledad Neira
Economía y Negocios, El Mercurio
A esto se suma la inversión en infraestructura y concesiones, las que superan los US$ 50 millones.
AISÉN.– Unas 40 mil toneladas potenciales de cosecha de salmón había en los 12 centros de cultivo que estaban operativos, de los 15 que hay en el área más cercana al epicentro del terremoto y posterior tsunami ocurridos en el fiordo de Aisén.
Son 12 millones de peces, de distinto peso y tamaño, unos US$ 110 millones en precio de exportación, cerca del 5% de las exportaciones anuales de toda la industria que en 2006 sumaron US$ 2.207 millones.
A eso hay que sumar la inversión en centros de cultivo, concesiones, balsas, jaulas, fondeos, equipos de alimentación, entre otros, que superan largamente otros US$ 50 millones.
A cinco días de la tragedia aún no hay una estimación oficial de daños porque nadie ha podido entrar a los centros y probablemente no puedan hacerlo en las próximas 48 horas, según confirmó el comandante en jefe de la Segunda Zona Naval, almirante Roberto Carvajal.
El oficial dijo que sigue latente el riesgo de nuevos desprendimientos y que sólo han permitido el desplazamiento de las embarcaciones que buscan personas desaparecidas, y de grandes embarcaciones.
Representantes de todas las compañías ubicadas en el fiordo hicieron ayer una propuesta a la Armada para inspeccionar sus centros con naves grandes, buzos que vean las instalaciones y los peces, lo que está siendo evaluado, dijo el almirante Carvajal.
Precisó que las exigencias que impondrá la Armada apuntan a embarcaciones de más de 25 toneladas de Registro Grueso, con personal especializado y acompañados por personal naval.
Sólo entonces se conocerá la magnitud de los daños. Pero hay seguros comprometidos, explica Rodrigo Infante, gerente general de SalmonChile.
Infante dijo que todas las empresas tienen seguros de biomasa (número de peces por el peso).
El apuro de los empresarios apunta también a la condición en que puedan estar los peces. En el mejor escenario podrían seguir en sus confinamientos y permanecer sin alimento hasta unos días antes de empezar a perder peso.
César Barros, presidente de SalmonChile, recordó que estando en el agua los peces pueden sobrevivir hasta 15 días, en algunos casos, sin ser alimentados.
Riesgo ecológico
Pero "hay que evitar que mueran", dice Víctor Puchi, de AquaChile, por el impacto ecológico, social y económico. Recalcó que es vital mantener el flujo hacia las plantas de proceso y que al menos hay que mantener los empleos. También está la posibilidad de que los peces hayan escapado de las jaulas por la destrucción de éstas y eso representa un problema porque la normativa ambiental fija plazos y cuotas para su recuperación.
Otro tema complejo es el de las plantas de proceso, que están paralizadas porque no están recibiendo peces y porque además hay un prolongado corte de luz.
Salmones Antártica no tiene más concesiones que las del fiordo, donde 9 de 13 están en el área más complicada. De su producción dependen unos 300 trabajadores de centros y más de 700 de la planta de procesos que está en Puerto Chacabuco, hoy paralizada al igual que las factorías de FrioSur y PescaChile.
Hoy, los empresarios salmoneros se reunirán con el Gobierno y plantearán al ministro del Interior, Belisario Velasco, un plan de contingencia.
