Mineros de Santa Ana se alistan para tomar control del pirquén
domingo, 29 de mayo de 2016
SEBASTIÁN HENRÍQUEZ
Nacional
El Mercurio
En 2015, los mineros protestaron a 450 metros de profundidad, alegando sueldos impagos. La empresa controladora quebró y ahora ellos serán los dueños.
En agosto del año pasado, 184 mineros del yacimiento Santa Ana, el más grande de la cuenca del carbón, ubicado en Curanilahue, región del Biobío, se tomaron el pirquén. Esto, alegando por sueldos impagos en varios meses. La situación se agravó cuando varios de ellos decidieron encerrarse a 450 metros de profundidad, en una de las galerías de la mina. Allí estuvieron dos semanas hasta que el Gobierno logró parar la manifestación, comprometiéndose a entregar una manutención de $400 mil a cada uno, a través de capacitaciones pagadas, pensiones de gracia para los mayores de 50 años y ayudas sociales. Hoy los pirquineros van por la tercera tanda de capacitaciones -a cargo del Sence- y estas tienen ahora un foco especial. Ya no se trata de enseñar manejo de explosivos u operación de maquinaria. Ahora, los trabajadores se apuntan en cursos de gestión minera y administración. Esto, porque han decidido hacerse cargo de la mina, actualmente en quiebra. Lo anterior es posible, pues los ex empleados de la Santa Ana son parte de la junta de acreedores que está a cargo de la liquidación de la empresa dueña de la mina, SW Curanilahue. La junta ya acordó que el precio de venta será de $250 millones, que serán cancelados a cuenta de los créditos de los mismos trabajadores. Esta operación entre particulares, sin embargo, ha estado acompañada por los órganos del Estado en todo momento. Así, a través de un estudio de $30 millones a cargo de Corfo, se determinará la viabilidad de la empresa. El traspaso debiera concretarse en 60 días, una vez que los mineros constituyan personalidad jurídica. En tanto, y a través de un FNDR por valor de $1.150 millones, se capacita a los mineros -junto a otros veinte de otra mina cerrada recientemente- en gestión minera y administración. El proyecto, que dura nueve meses y que partiría en mayo, es el último que contempla manutención para los mineros. Actualmente, la mina permanece cerrada. Así lo ordenó el Sernageomin, que detectó falencias en la construcción de galerías y los sistemas de ventilación y eliminación de agua, por lo que los mineros deberán superar este obstáculo antes de convertirse en productores.
