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Miguel Crispi, recién renunciado asesor del Mineduc y fundador de Revolución Democrática (RD):

"El senador Walker (DC) es el principal adversario de la reforma educacional"

domingo, 29 de mayo de 2016

Gabriel Pardo
Nacional
El Mercurio

El sociólogo y ex líder estudiantil afirma que RD construirá un frente amplio distinto de la Nueva Mayoría, la que -afirma- "no ha tomado la decisión de dar una disputa real contra la captura de la política".



Miguel Crispi Serrano llegaba hasta el lunes en su bicicleta al Ministerio de Educación. Sin corbata ni trajes, era considerado uno de los "asesores claves" en el gabinete de esa cartera.

Decidió, sin embargo, tras más de dos años, renunciar a su cargo una vez que Revolución Democrática (RD), movimiento que ayudó a fundar junto al hoy diputado Giorgio Jackson, se convirtió en partido.

Dice que la ministra Adriana Delpiano lo entendió y él agradece su paso por el Mineduc.

RD nunca fue parte de la Nueva Mayoría y afirman que construirán un camino distinto. Habían acuñado el término de "colaboración crítica". Es decir, se sumaron a cargos de gobierno, manteniendo independencia para discrepar. Algunos de sus militantes siguen en esas tareas.

Crispi (31, ex socialista, sociólogo, barba tupida, anteojos con marco negro, camisa fuera del pantalón y "aries", dice, bromeando) es un tipo que primero parece tímido y luego muy seguro.

Fue presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad Católica. Y más tarde impulsor -para algunos, uno de los "cerebros"- de las protestas de 2011, cuando Jackson, Camila Vallejo (PC) y compañía tuvieron notoriedad presionando por cambios en la educación.

Para bien o para mal, es de familia de políticos. Su madre, Claudia Serrano, es embajadora ante la OCDE y ex ministra del primer gobierno de Bachelet.

Después de su renuncia -junto a Gonzalo Muñoz, jefe de la División de Educación General- llovieron (más bien granizaron) los comentarios. Los RD celebraban. Sus críticos dijeron "oportunistas", "asegurados". Se especuló que Crispi podría ser candidato a alcalde por Santiago, lo que se descartó.

Ahora está en la sede del partido -en calle General Bari, Providencia, donde destacan en la pared frases de Salvador Allende-. Habla calmo, tras una sesión de fotos que parecía incomodarlo.

-Se les acusa de oportunismo y de que debieron dejar el ministerio antes de empezar a reunir firmas para su partido.

-Lo que para algunos es oportunismo, para nosotros es consistencia. Si nos hubiéramos ido antes, nos criticarían por otra cosa. Es de sentido común que dejemos de ocupar cargos de responsabilidad política en un gobierno que no es el nuestro.

-Pero definieron que harían una "colaboración crítica" al sumarse al gobierno sin ser de la Nueva Mayoría (NM). ¿Cómo se explica que lo dejen ahora?

-Entramos al gobierno en una fórmula de colaboración crítica, de un movimiento que decide empujar agendas, y en particular la educacional, poniendo cuadros importantes, sin ser parte de la NM. Esa fórmula encuentra un techo cuando nos convertimos en partido.

-Se les moteja de "asegurados", "hijos de papá"... ¿Se sienten amenazados?

-Quienes hacen esas críticas se sienten amenazados. Los que nos convocaron, en el caso de Eyzaguirre -y luego la ministra, que nos ratificó-, no veían una amenaza, sino una colaboración desde nuestra experiencia política y técnica.

Luego dice, serio: "Se trataron de construir imágenes respecto de 'los niñitos de la Católica, acomodados, hijos de...', y hoy inscribimos un partido con 10 mil militantes. Hemos hecho una opción de invitar a la ciudadanía. Y en el momento más crítico de la política desde el retorno a la democracia logramos juntar 10 mil firmas".

-Durante la gestión de Eyzaguirre hubo críticas a la gratuidad universal y escollos con la ley que terminaba con lucro, copago y selección (Ley de Inclusión). En el oficialismo se rumoreaba que parte de la responsabilidad era de la gestión de los RD en el Mineduc.

-El principal legado del periodo de Eyzaguirre es la Ley de Inclusión, muy resistida en su momento por la NM. Incomprendida hasta hoy por algunos que siguen diciendo que había que partir por la educación pública. Tomamos parte de que para fortalecer la educación pública, antes había que desarmar el mercado educativo. Eso fue costoso para el gobierno, y apoyamos al ministro en esa posición.

-¿Qué pensó cuando Eyzaguirre dijo la famosa frase de los patines ("Tenemos un competidor corriendo con patines de alta velocidad y otro descalzo. El descalzo es la educación pública. Me dicen, ¿por qué no entrenas más y le das más comida al descalzo? Primero tengo que bajar al otro de los patines")?

-Como cualquier cercano al ministro, uno se agarra la cabeza, porque son errores...(se queda pensando)

-¿No forzados?

-No forzados, para no decir involuntarios, que al final ensucian un debate que es muy sensible. Con el ministro, como una infidencia, conversamos sobre su aprendizaje de cuán complejo era el mundo de la educación. A porrazos se aprendió de cuán sensible era esta reforma.

Siempre se comentó que RD llegó al ministerio para ser nexo con el movimiento estudiantil. Frente a ello, Crispi responde:

-Quien crea que el movimiento puede ser cooptable o administrable no ha aprendido nada de lo que pasa desde el 2011. No entramos para administrar al movimiento estudiantil. Sí entramos -además de colaborar en los contenidos de la reforma- para generar mayor apertura de vínculos y diálogo con el movimiento. Esos esfuerzos no fueron muy exitosos, y quizás responde a que el conflicto que se expresa hoy en el espacio educacional es más amplio.

-¿Cómo interpretaban la resistencia de padres y apoderados frente a terminar con el copago?

-No esperábamos esa reacción. Yo no la esperaba, al menos del mundo progresista. En los padres que se opusieron en su momento al fin al copago, sí había articulaciones impulsadas por la UDI y la oposición, pero eran muchos padres, y uno no puede suponer que todos eran de la oposición. Da cuenta de que vivimos en un país bastante conservador: puedo querer más integración, pero no con mis niños. Ahí uno se da cuenta cuán neoliberales somos. En la defensa del derecho a pagar se ve la derrota del Estado y la victoria de la sociedad neoliberal.

-Pero los apoderados decían defender el derecho a elegir.

-Ese fue un debate muy tergiversado, donde Ignacio Walker (DC) jugó un rol clave. Walker es el principal adversario de la reforma educacional.

-¿Por qué adversario?

-Porque él construyó ciertas imágenes; por ejemplo, que este proyecto deterioraba la libertad de elegir de las familias, cuando lo que teníamos era un sistema donde las familias no podían elegir. Se elegía en función de la capacidad de pago, y eso no es elegir. Dimos una pelea fuerte, porque no estuvimos disponibles a aceptar esas construcciones malintencionadas que buscaban debilitar la reforma y defender otros intereses, los de los sostenedores.

"Nuestro proyecto y alternativa tiene una opción decidida a entregar más poder, no a controlarlo. Es inverso a lo que hacen los partidos hoy día".

"Trataron de construir imágenes respecto de los 'niñitos de la Católica, acomodados, hijos de...', y hoy inscribimos un partido con 10 mil militantes".

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