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Los cinco años del Presidente peruano en el poder

El legado de Humala: un gobierno con énfasis social pero marcado por la falta de liderazgo

domingo, 29 de mayo de 2016

GASPAR RAMÍREZ
Internacional
El Mercurio

A una semana de la segunda vuelta presidencial entre Keiko Fujimori y Pedro Pablo Kuczynski, el Mandatario se prepara para entregar una administración con buenos índices económicos, pero con problemas en seguridad y cuestionamientos por el protagonismo de la Primera Dama.



El 28 de julio de 2011, en un acto en el Congreso, Ollanta Humala juró defender la soberanía de Perú, la integridad física y moral del territorio, la inclusión social y varias otras cosas, todas, "honrando la Constitución de 1979", y no la vigente, de 1993, escrita durante el gobierno de Alberto Fujimori. Aplausos y pifias. Un inicio conflictivo de una presidencia que se suponía de izquierda y nacionalista, y que en los cinco años siguientes demostró no ser ni lo uno ni lo otro, y que se dedicó a los programas sociales, como le gusta decir a Humala, pero con un liderazgo débil, como dicen sus detractores.

La semana pasada, en un acto en Cusco, Humala llamó la atención a los alcaldes por no gastar los ingresos mineros en escuelas, hospitales y alcantarillados. De cara a la segunda vuelta del próximo domingo 5 de junio, donde Keiko Fujimori y Pedro Pablo Kuczynski se pelean la presidencia, el Mandatario destacó su legado en educación, infraestructura y programas sociales.

Luis Benavente, director de la consultora Vox Populi, dice que el impulso a los programas de apoyo social "es un activo político" del gobierno de Humala.

En inauguraciones, actos públicos y cada vez que pueden, el Presidente y sus ministros enumeran cifras que muestran que en cinco años el gasto en educación llegó a casi el 4% del PIB y que el Sistema Nacional de Becas ayudó a 100 mil estudiantes.

"No es gran cosa", dice el analista Fernando Rospigliosi, sobre los programas sociales de Humala. "Simplemente regalan dinero, alimentos, o dan becas para estudiantes. Eso no requiere mucha ciencia. Es una forma de clientelismo que no resuelve los problemas de la pobreza ni del crecimiento", dice el ex ministro del Interior de Alejandro Toledo.

Las cifras macroeconómicas son otro orgullo del Presidente. Pedro Cateriano, el séptimo primer ministro de la era Humala, dijo en una conferencia con medios internacionales la semana pasada que "la única manera de desterrar la pobreza es mediante la generación de riqueza y eso ocurre cuando el país recibe inversión extranjera".

Humala deja dos megaproyectos mineros en marcha, Las Bambas, de la empresa australiano-china MMG, y Toromocho, de la china Chinalco, con inversiones por 11.000 y 3.000 millones de dólares, respectivamente. Según Cateriano, estas dos minas fueron decisivas para que la economía de Perú creciera 3,26% en 2015 -después del 2,4% de 2014- y siga expandiéndose en 2016.

Benavente coincide y destaca que el impulso a la economía de mercado y una eficiente gestión económica, han permitido, a pesar de la desaceleración, "que el Perú haya continuado entre los países con crecimiento económico en la región".

Ese es el vaso medio lleno que ven desde el Palacio Pizarro.

Medio vacío

El diario El Comercio, en una columna reciente, resumió las críticas y males del gobierno: Cerca de "dejar el poder, Humala se muestra en toda su dimensión: hacer lo que sea -mentir si es posible- por alcanzar un objetivo. Y esto refleja también lo que han sido estos cinco años de gestión: un gobierno timorato que retrocedió ante la protesta social que paralizó importantes inversiones, un político que no supo mantener a una bancada unida y que cedió ante las ansias de poder de su esposa, quien hizo de él un Presidente en la sombra".

Aparte de los dos proyectos minero que Humala deja en marcha, hay otros dos en pausa. Conga, de la estadounidense Newmont Mining, y Tía María, de Southern Copper, con inversiones de 6.400 millones de dólares, quedaron paralizados por protestas de las comunidades que reclaman por los daños a la naturaleza que implican los proyectos extractivos.

"La economía ha crecido los últimos años, pero en la minería, que era el motor del crecimiento en el Perú, ha habido serios problemas por los conflictos sociales mal manejados por el gobierno de Humala", dice Rospigliosi. En entrevista con Reuters, Carlos Gálvez, presidente de la Sociedad de Minería de Perú, dijo que a Humala "le faltó liderazgo y capacidad de convocatoria" para impulsar el desarrollo minero, clave para la economía del país.

En cuanto a políticas públicas, un tema del que Humala habla poco, la principal preocupación de los peruanos, según los sondeos, es la inseguridad. La Cámara de Comercio de Lima (CCL) publicó un informe esta semana que dice que la inseguridad y la violencia costaron el 6% del PIB de Perú en 2015, 1,5 puntos más que en 2014. En el ranking, Perú fue superado solo por Ecuador, Brasil, Venezuela y Colombia.

Para Rospigliosi, lo peor del gobierno de Humala es "el deterioro de la seguridad": "Las políticas públicas han estado muy mal. Los delitos, los homicidios, todo ha aumentado. Vivimos una crisis de seguridad".

Los problemas del Presidente también vienen desde más cerca. En 2011, la imagen que proyectaba la Primera Dama, Nadine Heredia, era: 35 años, madre de dos niñas y de un niño recién nacido, socióloga, combativa, el cerebro detrás de Humala, estrella política en ascenso. Cinco años después, la imagen de Nadine Heredia es: 40 años, acusaciones de corrupción, conflictiva con todas las fuerzas políticas, buscó la candidatura presidencial pese a que la Constitución lo prohibía y debilitó el liderazgo de su esposo.

Al banquillo

El parlamentario oficialista Daniel Abugattás, vocero de las campañas del PNP en 2006 y 2011 y hoy alejado de Humala, dijo esta semana que, luego de dejar el Palacio Pizarro, tanto el Presidente como Heredia pasarán los próximos años en "el banquillo de los acusados".

"Heredia ocupó un lugar que no le correspondía, tomaba decisiones y se convirtió en un verdadero poder en el gobierno durante todos estos años, de una manera no solo ilegal, sino también ilegítima", dice Rospigliosi.

Las críticas a Humala se suman desde su propia agrupación, el Partido Nacionalista Peruano (PNP), que ni siquiera llevó candidato para la primera vuelta del 10 de abril. El abanderado nacionalista era el ex ministro del Interior Daniel Urresti, quien fue bajado por el propio Humala. "No entiendo cómo (Humala) me pudo hacer eso, es como si te traicionara un hermano. Hasta ahora me duele, hasta ahora no lo asimilo del todo", dijo Urresti a RPP.

Si bien Benavente destaca los avances sociales y algunas políticas económicas de Humala, cree que el Presidente "no será recordado por eso". El director de Vox Populi no duda: "Prevalecerá en la memoria de los peruanos la frustración generada por su clamorosa falta de liderazgo, por su insospechada incapacidad política, por haber caído en manos de su mujer para las decisiones de gobierno, porque perdió la confianza de millones de peruanos que se sintieron traicionados, por las fuertes sospechas de corrupción. En fin, cinco años de oportunidad perdida cuando cada segundo era urgente".

45,4% de intención de voto tiene Keiko Fujimori frente al 41,6% de su rival, Pedro Kuczynski, en un estudio de la firma GfK dado a conocer ayer. Otros tres sondeos conocidos durante la semana también mostraron a la candidata encabezando las preferencias.

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